Como músico es discutible, pero pidiendo subvenciones David Sánchez es un máquina

El hermano músico de Pedro Sánchez impulsó un proyecto denominado Festival Rural Serata Musicalis que recibió 10.000 euros de subvención del Ministerio para la Transición Ecológica, si bien la Diputación de Badajoz renunció a dicha cantidad porque le parecía poco. Se trataba de realizar  varias actividades en municipios de la provincia afectados por un «patrón demográfico crítico», el «bajo nivel de renta», las «altas tasas de paro» y la «lejanía de grandes centros urbanos»; actividades tales como una representación de El Amor Brujo y talleres con «peñas flamencas locales» o un proyecto de música electrónica para telefonía móvil en el que el público podría «participar de modo activo con sus terminales a partir de un material audiovisual específico».

Como el presupuesto que pasó el hermano músico del presidente del Gobierno era de 259.674,20 euros, muy por encima de la cantidad finalmente propuesta por el departamento de Teresa Ribera, el organismo controlado por el PSOE decidió renunciar al proyecto. Su fin era la «democratización en el acceso a la cultura».

El objetivo final, según se recoge en la memoria explicativa elaborada por David Sánchez, era «abrir camino a una acción cultural disruptiva que contribuya a la renovación del tejido socioeconómico local, diversificando la oferta turística, estimulando el comercio y la producción gastronómica y artesanal, y fomentando nuevas vías de formación profesional, especialmente entre los más jóvenes».

Los correos interceptados por la Guardia Civil, que hoy publica OKDIARIO, recogen el hilo de comunicaciones entre el músico y distintos altos cargos de la Diputación para perfilar su candidatura a las subvenciones y la personal implicación de David Sánchez para lograr las ayudas concedidas por el Ejecutivo de su hermano. De lo que no cabe dudar es de la persistencia y contumacia del hermano de Pedro Sánchez para captar subvenciones, bien del Gobierno, bien de la UE. Si le hubiera dedicado a su trabajo de jefe de la Oficina de Artes Escénicas la misma entrega que puso para hacerse con ayudas de todo signo y condición  tal vez se hubiera salvado de la tetraimputación, pero por otra parte es comprensible: eso de trabajar a destajo para lograr subvenciones debe resultar agotador.