Chanel, víctima del feminismo más reaccionario
Lo acontecido en las últimas horas en relación con la victoria de la cantante Chanel en el Benidorm Fast -que la designó representante española en el festival de Eurovisión- es la demostración más palmaria de hasta qué punto el feminismo radical es capaz de derrochar inquina y sectarismo. Y todo porque la favorita de la izquierda más reaccionaria, Rigoberta Bandini, avalada, entre otras, por la ministra de Igualdad, Irene Montero, o la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no logró el triunfo con esa canción que cabía en una teta con la que el ultrafeminismo pretende vendernos los valores de la lucha por la igualdad de la mujer.
Los mismos que ponían en valor la canción de Rigoberta por ser, según ellos, la encarnación del feminismo cargan ahora contra Chanel, una mujer hecha a sí misma con una dilatada trayectoria profesional. ¿Es que Chanel no merece como mujer el reconocimiento a su trabajo? ¿O es que el feminismo radical establece diferencias a la hora de defender la igualdad, dependiendo de qué mujer se trate? Los ataques en las redes sociales a la ganadora del concurso son la expresión más cutre y casposa de ese reaccionario feminismo ideologizado hasta la náusea que es capaz de destrozar a una mujer por la sencilla razón de que la mujer que ellos defienden es la que se representa bajo un enorme pecho. Y la que sale a escena a cantar y bailar apartándose de sus clichés totalitarios es quemada en la hoguera pública.
A Chanel, de origen cubano, le han dicho de todo y de manera miserable: los que presumen de ser la encarnación del verdadero feminismo han despellejado a una mujer por el mero hecho de que su paradigma de mujer es el que defienden las letras de Rigoberta Bandini. Son tan totalitarios que han lapidado públicamente a una cantante porque otra -su favorita- se preguntaba, bajo un pecho enorme, ¿por qué dan tanto miedo nuestras tetas?
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