La carrera del referéndum
El efecto de Puigdemont en la política catalana se ha notado de inmediato. Ha empezado otra carrera digna de la victoria de Carlos Sainz en Australia. Ahora la del referéndum.
Satisfechos los indultos y garantizada la amnistía, ¿qué más se puede pedir a los Reyes Magos? Aunque estemos en Semana Santa y no en Navidades.
Claro, Esquerra y Junts se disputan vencer al otro en las próximas elecciones autonómicas del 12 de mayo. Si no en la Generalitat -Illa va primero en las encuestas- al menos en el bando independentista. De eso fue siempre el proceso: de la lucha por el poder.
En ERC han saltado todas las alarmas porque en la última encuesta, la de La Vanguardia del domingo, Junts ya pasaba a Esquerra propulsada por el efecto amnistía: 29 a 26.
Y eso que el trabajo de campo fue entre el 16 y el 20 en la conferencia de Puigdemont anunciando su candidatura todavía no influía. Tuvo lugar al día siguiente: el jueves 21.
En la anterior publicada por otro medio de comunicación, la de El Periódico del pasado día había empate 29-32 entre ERC y Junts. La publicaron en martes: Día del Padre.
En cambio, Esquerra ganaba 26 a 24 a Junts en la del CEO del día 21. Pero no me fío de las encuestas de la Generalitat porque sería como fiarse de las encuestas de Tezanos.
Aún recuerdo que una en noviembre del 2012 le pronosticó a Artur Mas mayoría absoluta: entre 69 y 71 escaños. Perdió doce diputados de golpe: de 62 a 50. Nunca una victoria electoral fue tan amarga.
Salvador Illa, por su parte, gana en todas: en esta última con una horquilla de entre 35 y 42. En la de El Periódico entre 35 y 38. Mientras que en la de La Vanguardia con 41.
Pero, como decíamos en un artículo anterior, el problema de Illa no es ganar: es gobernar. La mayoría absoluta en el Parlamento catalán son 68. Incluso subiendo diez, que es mucho, le faltan 25.
Con los Comunes no está el horno para bollos y tampoco llegan porque siempre están en la parte baja de la clasificación. Ahora tienen nueve, los bajan hasta siete.
La única ventaja es que el independentismo podría perder la mayoría absoluta que ha tenido en la cámara catalana desde el 2010.
Aunque incluso en este caso la gobernabilidad socialista no está asegurada porque difícilmente, por no decir imposible, pactaría con PP o Vox si llegara a sumar. El nacionalismo, de una manera u otra, siempre gana.
Por eso se lanzan a la carrera. A falta de una reunión de la mesa de diálogo para hacerse una foto, ERC está poniendo toda la carne en el asador para contrarrestar a Puigdemont.
La ofensiva es doble y se reparten los papeles. Pere Aragonés apuesta por la nueva financiación, que ha presentado tres veces en los últimos seis días.
El martes pasado en rueda de prensa en el Palau de la Generalitat, al día siguiente en Madrid en un desayuno de Europa Press y este lunes en Barcelona ante el Colegio de Economistas.
En la última finalmente se destapó: quiere «un modelo singular como País Vasco y Navarra, ni más ni menos». Me ahorro, para no aburrirles, las pullas del fin de semana a Salvador Illa por no querer el cupo vasco para Cataluña.
Por su parte, Oriol Junqueras y Marta Rovira atacan, por el flanco del referéndum a través de todas sus prolongaciones mediáticas. La número 2 lo pidió ya en una entrevista este domingo en El Periódico y este lunes volvió a insistir en TV3.
Mientras que el líder republicano se puso hasta épico: «Si es necesario volver a la cárcel, volveremos». Así, de paso, le recordaba a Puigdemont que él no había ido a la cárcel. Ya ven el buen rollo que se respira.
De hecho, hace años, en febrero del 2018, el cuñado de Junqueras se fue a un programa de TV3 que veían todos los independentistas, el FAQS, para explicar que el ex presidente no había llamado ni una sola vez a la esposa del líder de ERC para interesarse por su marido, entonces en la cárcel de Estremera (Madrid).
Es cierto que el PSOE se ha apresurado a negarlo. La portavoz de la formación, Esther Peña, ha asegurado que «el partido no está en ninguna negociación que hablé de rupturas de referéndum y de divisiones». «No estamos ni ahora ni en el futuro por opciones que dividan», ha insistido.
Sin embargo, es la misma que decía el pasado día 4 que el PSOE tenía una «posición firme y clara» con la amnistía y que no tenían previsto «hacer ninguna modificación». Tres días antes de que las hicieran.
Al desmentido se ha apuntado también la nueva portavoz del PSC, Núria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), que ya ha dicho que el referéndum es «pantalla pasada» y «volver atrás».
Pero, bueno, Salvador Illa también decía que no a la amnistía y luego tragó. Todavía puede verse en TikTok algún vídeo. «Ni amnistía ni nada de eso. Lo repito para que quede claro: ni amnistía ni nada de eso», proclamaba.
En el mismo vídeo también sale diciendo que «ni Cataluña será independiente ni habrá amnistía ni referéndum de autodeterminación». O sea que ahí lo dejo.