Calviño es un bluff

Calviño es un bluff
La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño.

Un solo dato pone los pelos de punta acerca de la situación macro del Reino de España: el Banco Central Europeo cesará en julio la compra de deuda española, que el año pasado ascendió a la friolera de alrededor de 120.000 millones de euros. Hasta ahí todo dentro de la normalidad de este Gobierno que nos lleva directitos al abismo y a otro default vía incremento exponencial de la prima de riesgo. Lo de siempre: los socialistas hunden la economía que ya llegará luego el PP a rescatarla. El estremecimiento llega cuando nos enteramos que en torno al 99% de la deuda que emitíamos hasta ahora la adquiría la institución que preside Christine Lagarde y vicepreside Luis de Guindos y tan sólo el 1% particulares. Vamos, que vienen curvas no, curvísimas. Un drama para un país cuyo déficit anual supera el 6% y cuya pella pública es del 120% del PIB, el triple de la que sufríamos cuando gobernaban los malos-malísimos de Felipe González y José María Aznar.

Hay un dato que aterroriza: somos el único país de la UE que aún no ha recuperado el PIB previo a la crisis provocada por el virus chino

Esta coyuntura puede acabar siendo el tiro de gracia para una economía que ni juega la Champions como aseguraba Zapatero cuando íbamos camino de la mayor crisis de nuestra historia ni es el jardín del Edén que nos dibuja Pinocho Sánchez. Las cuentas, que no los cuentos de este Ejecutivo tan mentiroso como incapaz, revelan otro hecho que aterroriza, vaya si aterroriza: somos el único país de la Unión Europea que aún no ha recuperado el Producto Interior Bruto previo a la crisis provocada por el virus chino. Cerramos ese año para olvidar que fue 2020 siendo los campeones comunitarios en destrucción de PIB: un 10,8%. El año pasado crecimos un 5,3%, éste lo haremos al 4,3% según los datos del Ministerio de Economía, lo cual significa que aún nos quedarán 1,2 puntos para cubrir el agujero dejado por el Covid. Todo ello si nos atenemos a las siempre mentirosescas proyecciones del Ministerio de Economía.

La política de tierra quemada queda tanto más clara si tenemos en cuenta que, por muy técnico comercial del Estado que sea, Nadia Calviño falla en sus previsiones más que una escopeta de feria. Durante 2021 hubo de modificar sus pronósticos en tres ocasiones y este año se está repitiendo la película: primero nos vendió la moto de un esplendoroso 7% de crecimiento y ahora lo ha jibarizado al 4,3% y me temo que no será la última vez que lo retoca. Los expertos en Econometría, que son los que saben de esto de verdad, hablan de una subida de entre el 2,5% y el 3,5%. Servidor es más pesimista: el primer trimestre nuestra riqueza engordó un 0,3%, lo cual anualizado totaliza un raquítico 1,2%. Dios quiera que me equivoque pero me temo que el guarismo definitivo estará más próximo al 2% que al 3%. Una calamidad.

Sólo nos puede salvar de la hecatombe una temporada turística tan bestia como la de 2019, cuando visitaron nuestro país 84 millones de personas, récord histórico. Si no, el armagedón está garantizado porque no rellenaríamos el gap de PIB de 2020. Por cierto: rellenar no conlleva superar el desastre porque en el saldo global eso significa tanto como que en 2021 y 2022 hubiéramos estirado nuestra riqueza cero patatero. En resumidas cuentas, que 2020, 2021 y 2022 es como si no hubieran existido.

Lo del paro y la población activa es otro acto de propaganda de este Gobierno tramposo y embustero. Tan cierto es que teóricamente acumulamos una población activa de 20 millones de personas y sólo 3.174.000 personas sin trabajo como que eso es un brindis al sol. Aún quedan 100.000 españoles en ERTE y otros 100.000 autónomos en cese de actividad, lo cual significa que a las cifras oficiales hay que agregarles 200.000 españoles más. La suma no termina ahí porque quedarían los fijos discontinuos que, antes de la contrarreforma laboral de Yolanda Díaz, figuraban como parados cuando concluía su temporada laboral y ahora ya no se inscriben en las estadísticas negras de ese Sepe que de toda la vida de Dios se denominó Inem.

Como sucede siempre que gobierna el PSOE en España, somos con mucho los peores de la clase de la UE en el aspecto económico

Moncloa hace lo divino y lo humano, lo legal y lo ilegal, lo moral y lo inmoral, para que no parezca que el paro también se les ha ido de las manos. El jeta de Sánchez ha creado 260.000 empleos públicos desde que ganó la escandalosa moción de censura y esta misma semana ha anunciado otros 45.000. Trescientos y poco mil funcionarios o trabajadores en una Administración que dispone de más del doble de burócratas que hace 40 años sin que ello haya redundado en un mejor servicio al ciudadano, ni muchísimo menos. Sumando los ERTE, los autónomos, los fijos discontinuos y los puestos de trabajo convocados por Sánchez en un caso palmario de política clientelar, estaríamos hablando de 4 millones de parados en total y un 18% de desempleo real.

Y todo ello dando por buenas unas cifras de paro, de más del 13,5%, que nos presentan como si fuera el paraíso cuando en una economía como la española se considera que hay pleno empleo cuando alcanzamos el 5%. La comparación con los Estados Unidos es escandalosa: allí sólo el 3,5% carece de oficio. La que podemos trazar con nuestros socios comunitarios resulta odiosa: Alemania está en el 2,5%, Francia en el 7,4% e Italia en el 8,6%. Como siempre, y cada vez que gobierna el PSOE, los peores de la clase, en concreto, más del doble de la media de la UE, que es de un 6,2%. Los más torpes de los 38 países que conforman la OCDE en esta asignatura clave en Economía. Somos los peores en economía pero también lo fuimos en Covid y lo estamos siendo en la viruela del mono.

Lo de esa inflación que resulta siempre una fábrica de pobres es para mear, no echar gota y salir corriendo. El análisis comparado certifica más allá de toda duda razonable que tenemos los gestores más inútiles de Europa. Nuestro IPC se sitúa en estos momentos en el 8,4%, muy por encima del de Alemania, el 7,5%, de una Francia que está a años luz de nosotros con un 4,8%, del 6,2% de Italia o del 7,2% de nuestros vecinos de Península, los portugueses. Eso se traducirá en que nuestra nación tirará a la cuneta de la sociedad a más ciudadanos que ningún otro estado de nuestro entorno. Una circunstancia que augura un estallido social más pronto que tarde. Nadie aguanta ver cómo todos los meses una mano invisible te roba el 8,3% de tu nómina.

La inflación que sufrimos provoca que la cesta de la compra nos salga hoy por un ojo de la cara, un 30% de media más cara que en 2021

Todo ello por no hablar de la fuga permanente de capitales por el miedo que meten más los socios de Sánchez (ETA, los golpistas catalanes y los embajadores de Maduro) que el propio Sánchez. O de ese subidón de los carburantes, que cuestan ya cerca de un 40% más que hace un año, entre otras razones, porque la escalada de precios se ha comido la patética bonificación de 20 céntimos por libro ideada por ese dueto que componen la sobrevalorada Calviño y la permanentemente hiperventilada Teresa Ribera. La cesta de la compra nos sale hoy por un ojo de la cara, es un 30% de media más cara que en 2021.

Un panorama, en resumidas cuentas, para salir corriendo o para que Dios nos eche una manita forzando al autócrata monclovita a convocar elecciones para dar paso a ese PP que siempre acaba arreglando los desaguisados y el derroche ajenos. Como sigamos así acabaremos en suspensión de pagos o cerca. Como una Argentina, un México o una Venezuela cualquiera. Y, mientras, haría bien el presidente del Gobierno en sustituir a una vicepresidenta económica que, en lugar de arreglar nuestras cuentas públicas y privadas, se dedica a hacer feminismo demagógico y a apuntar a Vox culpándoles de la matanza de Texas, entre otras lindezas. O no era nadie hace cuatro años cuando nos la presentaron como poco menos que Keynes rediviva, Krugman vestido de mujer o la propia Lagarde o lo era y se ha vuelto tarumba. Pero a Nadia Calviño no hay por donde cogerla. El drama es que su incompetencia será nuestra tragedia.

PD: ¿Qué fue de los 140.000 millones de fondos Next Generation?

Lo último en Opinión

Últimas noticias