Opinión

Begoña Gómez, ‘autoridad del Estado’

OKDIARIO ofrece hoy la prueba de que Begoña Gómez utilizó la Sala de Autoridades del aeropuerto de Barajas pese a que su uso está restringido por un Real Decreto -como parece lógico- a las autoridades del Estado, entre las que no se encuentra la mujer del presidente del Gobierno. En el documento que hoy aporta este diario queda meridianamente claro que su acceso se produjo en su condición de «esposa del presidente del Gobierno», lo que supone una irregularidad manifiesta, más aún si se tiene en cuenta que Begoña Gómez, que iba acompañada de su hija y otras personas de confianza, realizó un viaje estrictamente privado, cuando ni siquiera las autoridades del Estado pueden hacer uso de la sala en viajes particulares.

La utilización de las salas de autoridades de los aeropuertos es restringida, en virtud del Real Decreto 20/99 de 1983 que establece que su acceso es para la Casa Real, el presidente del Gobierno, los ministros, los secretarios de Estado, los subsecretarios y los secretarios generales de los ministerios, así como los directores generales de la Policía y la Guardia Civil. También, obviamente, los presidentes de Congreso y Senado, los presidentes del Tribunal Constitucional y del Supremo y los miembros del Poder Judicial, así como los ex presidentes del Gobierno, el jefe de la oposición, el fiscal general del Estado, el presidente del Consejo de Estado, el del Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo, los delegados del Gobierno de CCAA, el gobernador del Banco de España y los Jemes. La condición, en todo caso, es que el viaje que realizan sea oficial. Los cargos del ministerio de Asuntos Exteriores y los embajadores también pueden usarla previa petición, mientras que el resto de los autorizados tienen derecho por sí mismos y sólo lo tienen que notificar a la Sala de Autoridades del Aeropuerto del que se trate con antelación.

Parece evidente que las ínfulas de Begoña Gómez no conocen límites y que va por la vida explotando su condición de mujer del presidente. El problema es que ha ido tan lejos que se ha pasado de la raya. Ya se cree autoridad del Estado. Por cierto, alguien en AENA tendrá que dar explicaciones.