Y ahora ¿qué? ¿qué hacemos con éstos?

resistencia amnistía
  • Carlos Dávila
  • Periodista. Ex director de publicaciones del grupo Intereconomía, trabajé en Cadena Cope, Diario 16 y Radio Nacional. Escribo sobre política nacional.

Consumado el inicio del tiranicidio, procede, en opinión de un magistrado del Supremo, preguntarse lo que incluimos en el titular de hoy: ¿qué hacemos con éstos? Él se responde a sí mismo con esta conclusión: hay tres vías, al menos, de resistencia.

La primera, el eco que puedan tener las sucesivas -porque van a sucederse más de una- declaraciones del Parlamento Europeo que «ya se sabe -me dice- no tienen valor resolutorio pero que pueden crear un caldo de cultivo propicio a los castigos contra España». La segunda, de estirpe exclusivamente judicial, el planteamiento de una cuestión prejudicial para colocar al Tribunal de Justicia de la Unión en el trance de mojarse y responder positiva o negativamente a la tal cuestión que no es otra que la injerencia del Legislativo y, sobre todo del Ejecutivo, en el Judicial; ¿es eso conforme a los usos de la Unión? La tercera es inducir a la Comisión Europea, la que ostenta el auténtico poder, a que analice un procedimiento de infracción por ver si todo el asalto que ha emprendido Sánchez contra las instituciones del Estado español, casan con los principios democráticos de la Unión Europea.

Hace una par de días, Elisa de la Nuez, la esforzada abogada del Estado, rectora de Hay Derecho, ya comentaba al cronista que todas estas vías, aparte de problemáticas por depender de la composición de las entidades europeas, son, en el mejor de los casos, de muy larga duración, por lo que advertía de forma muy desconsolada: «Hay que decir la verdad, la amnistía es irreversible». El dictamen coincide al dedillo con la opinión de un antiguo magistrado del Constitucional que aporta un adelanto: «Puede ser que el Tribunal reciba, como va a recibir sin duda, inmediatos recursos y que éstos sean aceptados y puede ser -esto, me insiste es una pura especulación- que el Tribunal ponga pegas a la Ley, pero cuando lo haga habrán pasado años, la amnistía estará aplicada y la sentencia no significaría más que una leve pataleta jurídica que no afectará a esta aplicación». Y coincide este jurista con una desoladora conclusión idéntica a la que señala De la Nuez: «La amnistía es irreversible».

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