Díaz exige no criar pulpos en granjas por su dolor emocional: «Pueden resolver problemas complejos»
La eliminación de la acuicultura de pulpos generaría un impacto en el consumo, que se vería reducido

Sumar, el partido de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, humaniza a los pulpos para exigir la prohibición de la acuicultura de estos invertebrados. Concretamente, la formación expone que los pulpos «son seres curiosos con capacidad de resolver problemas complejos, planificar y anticiparse». Por tanto, según el partido de Díaz, las granjas para la cría de estos animales pueden hacer que padezcan un fuerte «dolor emocional».
Representantes de Sumar, ERC y Podemos han registrado una Proposición de Ley en el Congreso de los Diputados por la que instan al Gobierno a modificar la Ley 23/1984 de Cultivos Marinos para prohibir la cría en cautividad y la acuicultura de pulpos con fines de consumo o cualquier otro fin productivo.
Los socios de Pedro Sánchez, entre ellos el partido con el que gobierna en coalición, exponen la particularidad de estos animales, a los que le consignan atributos casi humanos. «Se trata de animales con una gran complejidad cognitiva y conductual, memoria, curiosidad y capacidad para explorar, utilizar instrumentos, resolver problemas complejos, planificar y anticiparse. Con un desarrollado sistema nervioso, los pulpos pueden padecer dolor físico y emocional. Son, por tanto, capaces de sufrir, así como de recordar ese sufrimiento y de experimentar temor (…) Tampoco existe un método que permita el sacrificio de los pulpos con el debido aturdimiento previo, sin provocarles dolor ni angustia», exponen en su proposición de Ley.
De forma implícita, la eliminación de la acuicultura de pulpos que pretende Díaz y otros socios generaría un impacto en el consumo, que se vería reducido. «Las negativas consecuencias señaladas, sobre los animales y sobre el ya muy fragilizado medio marino, no pueden ser asumidas en favor de la explotación industrial del pulpo, que ni resulta un alimento básico», respaldan.
La proposición expone que la comercialización y la acuicultura de pulpos sean sancionadas como infracciones graves y, más en general, que las infracciones cometidas contra esta ley sean consideradas como violación del precepto técnico marítimo pesquero y sancionadas como faltas leves. De acuerdo con el texto, la cuantía de las sanciones no podrá exceder el 35% del valor del establecimiento de cultivos de acuerdo con una valoración pericial.
La iniciativa también quiere prohibir las operaciones de comercialización de pulpos -también de sus partes o derivados- procedentes de la acuicultura, incluida su tenencia, posesión, transporte, tráfico, almacenamiento, transformación, exposición y venta. A su vez, busca cambiar el régimen sancionador en materia de cultivos marinos para instaurar el de la Ley 3/2001 de Pesca Marítima del Estado en vez del que hay ahora, que data de 1982.
Además, las distintas formaciones exponen el impacto que estas granjas de pulpos tienen para el medio ambiente. «La acuicultura con especies carnívoras como los pulpos presenta en sí misma un problema de insostenibilidad y de ineficiencia en el uso de recursos naturales, no sólo por sus elevados consumos de energía y agua. Su actividad se centra en criar y explotar animales que para alimentarse necesitan proteína de otras especies de animales acuáticos, lo cual conlleva indefectiblemente una mayor presión pesquera sobre las poblaciones de peces», resumen.
Bienestar de los animales
Los pulpos no son la única peculiar preocupación de Yolanda Díaz. Hace unos meses, Sumar instaba al Ejecutivo a «otorgar ayudas a nivel estatal para promover la eliminación de las jaulas» para las gallinas con el objetivo de mejorar el «bienestar animal». En su pregunta por escrito, el partido de Díaz pone como ejemplo al Gobierno de Castilla-La Mancha del socialista Emiliano García-Page. Sumar subraya que el Ejecutivo autonómico había destinado «durante este año 7,5 millones de euros en concepto de ayudas al sector avícola para adaptar los sistemas de puesta de huevos en jaulas a suelo, camperas y ecológicas».
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