Tramposo y pelota

Tramposo y pelota

Pablo Echenique demuestra con su actitud que atesora algunas de las cualidades más comunes del mal político. Manipula, hace trampas y, encima, es un redomado pelota con sus superiores. En ese sentido, el secretario de organización de Podemos ha vuelto a sacar este martes los pies del tiesto al decir que «a pesar de los miserables que la han intentado destruir, España sigue teniendo una de las mejores sanidades del mundo». El recado peyorativo ha venido a propósito de felicitar el reciente nacimiento de los hijos de Irene Montero y Pablo Iglesias. Algo que ha hecho en redes sociales para elevar la lisonja a la categoría de vergüenza ajena. Además, le ha servido para usar a los niños como parte de la burda manipulación que fundamenta y estructura cada mensaje de la formación morada.

No obstante, el cinismo y la falta de principios de Echenique no queda ahí. Al margen de insultar gravemente a los pocos medios y periodistas que informan con rigor sobre los tejemanejes de Podemos, orquestó una consulta interna para dirimir la aceptación, o no, del casoplón de Iglesias y Montero de cara a la militancia. Consulta que, como demostró OKDIARIO, fue tan falsa como la pretendida actitud socialdemócrata que adoptó Pablo Iglesias durante un tiempo. De aquellas votaciones opacas y manipuladas ahora emerge una edil de Podemos que descubre cómo se orquestó todo en el proceso de verificación. Por ejemplo: cuando el total de votos indicaba 111, los votos verificados eran 310. Algo que es del todo imposible y denota nulo rigor en torno al proceso.

Esta manera de proceder fortalece la certeza de cualquier español que sea capaz de mirar la actividad política con asepsia: el negociado que coordina Echenique está dominado por la manipulación y las trampas. Los dogmas que en realidad articulan el desempeño de Podemos. Da igual que Pablo Iglesias vaya desnudo de principios por la vida política española —como si fuera un remedo actual del célebre relato de Hans Christian Andersen—, ante cualquier barbaridad dialéctica o de acción por parte del secretario general de Podemos, ya está Echenique para aplaudir impúdico y tratar de superarla con una nueva ocurrencia. Es lo que tiene la política radical, no importa cuanto desbarre el líder supremo —que diría Augusto Roa Bastos—, siempre hay quien está dispuesto a desbarrar más aún para demostrar una suerte de desquiciada lealtad.

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