Obsesos del adoctrinamiento

Obsesos del adoctrinamiento

No importa cuando lean ustedes este editorial, alguien estará adoctrinando a los niños en Cataluña en ese mismo instante. Ya sea en un centro educativo, a través de la televisión pública, o mediante los libros de texto, los golpistas se han convertido en auténticos obsesos del lavado de cerebros. OKDIARIO quiere denunciar cada uno de estos casos. El futuro es de las personas que ahora están en formación. Para construir una sociedad mejor, ese futuro debe estar libre de pensamientos atávicos y proclamas maniqueas y autoritarias. Por eso resulta imprescindible poner de relieve que, por ejemplo, hay niños de 4 y 5 años que son obligados a gritar «¡Independencia!» en un colegio público barcelonés. 

Este hecho particular, acaecido en el centro de La Farigola de Gràcia, ejemplifica el acoso y la manipulación mental que día tras día sufren los más pequeños. Martilleados intelectualmente por las proclamas golpistas con el objetivo de asentar los preceptos de odio a España. Una manera de someterlos mentalmente pero también de propiciar la ignorancia supina que lleva aparejada la radicalidad. Así es más sencillo manipularlos y conseguir que su voluntad tenga la solidez de un guiñapo. Por todo ello, es necesario que la Fiscalía de Menores esté muy atenta. Los niños han sido utilizados en las manifestaciones para ponerlos como escudos humanos ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. También han sido exhortados a hacer cortes de manga a los propios agentes o, hace tan solo unos días durante la huelga convocada en Cataluña, incluso los pusieron en medio de una autopista para reclamar la libertad de los Jordis. 

Este panorama social y doctrinario no dista mucho de la Venezuela de Maduro, de la Cuba de los Castro o de la Corea del Norte de Kim Jong-un. Si bien el golpismo catalán es pacífico en su ADN —al menos de momento— emparenta con las formas de ponzoñosa persuasión de algunas de las dictaduras más rancias de nuestro tiempo, herederas directas de aquellos regímenes del siglo XX empeñados en aniquilar mental e intelectualmente a sus rivales ideológicos. En ese sentido, iniciativas como las de Sociedad Civil Catalana, que ha presentado un formulario para denunciar a las escuelas por adoctrinamiento, resultan fundamentales para acabar con esta lacra. El Gobierno debe estar muy atento a todos estos factores en su próxima Ley de Educación. El futuro del país pasa necesariamente por salvar a estos niños de la quema propagandística que devora Cataluña.

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