La población de oso pardo crece en el Pirineo marcando un nuevo récord
La media de crecimiento anual de la población de oso en los últimos 4 años ha sido del 10,94%
La población de oso pardo (Ursus arctos) continúa creciendo en el Pirineo, tanto del lado español, en Cataluña, como en la zona francesa y de Andorra. Este nuevo dato sitúa al oso pardo en uno de sus mejores momentos de las últimas décadas.
La población de oso pardo en el Pirineo llegó a 83 ejemplares en 2023 y se pudieron contabilizar hasta 16 nacimientos de crías, una de las cifras de entradas «más altas registradas» desde los primeros refuerzos de la especie en 1996, según informa la Consejería de Acción Climática de la Generalitat en un comunicado.
Son las cifras que arrojan el balance anual de la población del oso pardo que realiza el Grupo de Seguimiento Transfronterizo del Oso Pardo en el Pirineo (GSTOP), integrado por la Consejería de Acción Climática de la Generalitat, el cuerpo de Agentes Rurales, y los gobiernos de Andorra y Francia, Aragón y Navarra.
Aumenta su territorio
En total, en el año 2023, en el conjunto de los Pirineos, se detectaron 83 ejemplares de oso, de los cuales 37 eran hembras, 40 machos y 6 individuos de sexo no identificado, y 43 eran adultos potencialmente reproductores (26 hembras y 17 machos), 24 subadultos y 16 crías.
La tasa media de crecimiento anual de la población de oso en los últimos 4 años ha sido del 10,94% y durante 2023 ha habido 7 ejemplares de oso (3 adultos y 4 subadultos) dados por muertos o desaparecidos.
Así mismo, el área de distribución total se estima en unos 7.100 kilómetros cuadrados, lo que supone un aumento de 1.700 kilómetros cuadrados respecto a 2022 y de 600 respecto a 2021.
Situación en Cataluña
En Cataluña, para el control de los ejemplares se disponen de 281 trampas sistemáticas (cámaras fotográficas y trampas de pelo) para detectar la presencia de osos, que han permitido identificar a una población de 41 ejemplares este 2023 en distintas zonas de la comarca de Lérida.
Además, desde la Consejería de Acción Climática se informa que lleva años desarrollando medidas preventivas de coexistencia del oso con la ganadería, que se centran en el agrupamiento y vigilancia de los rebaños durante el día y cierre de los rebaños con la vigilancia y protección mediante perros de protección durante la noche.
El programa de prevención de daños pretende dar una respuesta efectiva a los ganaderos locales propietarios de ovino y caprino que están ubicados en zonas de presencia del oso, y el número de ataques a la ganadería durante 2023 en territorio catalán ha sido de 16.
Una cifra de ataques que se mantiene estable, pese al aumento progresivo de la población de osos. En el caso de la ganadería pequeña (ovejas y cabras) los ataques se produjeron mayoritariamente porque los ejemplares quedaron fuera del cercado durante la noche por razones meteorológicas (niebla) o por separarse del rebaño al recogerlo.
Principales características
Los osos pardos pertenecen a la familia de los Ursidae, siendo su nombre científico Ursus Arctos. Su color es principalmente marrón, aunque en muchos casos son rubios o negros. Renuevan su pelaje una vez al año, y su apariencia suele confundirse con los osos grizzlis.
Estos animales son los que tienen un mayor tamaño de entre los terrestres, y su dimorfismo sexual es muy notorio, ya que los machos tienen un tamaño y un peso mucho mayor que el de las hembras.
Los osos pardos son carroñeros y omnívoros, y sus dientes están adaptados para alimentarse tanto de vegetales como de animales. La miel es su alimento preferido y su dieta se basa principalmente en hongos, brotes, bayas, frutas, pastos, musgos, insectos y raíces. En cuanto a los animales que se comen, suelen ser ardillas, marmotas, ciervos, caribús y cabras de montaña.
Una especie perseguida
Históricamente, la población en España fue reduciéndose hasta finales del siglo XX, pero a mediados de la década de 1990 comenzó un periodo de recuperación que se mantiene en la actualidad.
El declive del oso pardo en los Pirineos a causa de la persecución humana ha sido inexorable. En noviembre de 2004, moría en Francia Cannelle, la última osa autóctona de los Pirineos, haciendo inevitable la extinción de la población original, que contaba con unos 200 osos a comienzos del siglo XX, pues los pocos ejemplares supervivientes eran todos machos.
Desde entonces se ha ido reintroduciéndose, por lo que los osos que actualmente viven en los Pirineos son individuos de origen esloveno o sus descendientes, con la excepción de Canelito (hijo de Cannelle y del macho esloveno Neré)
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