Están como cabras, se atreven a formar pastores jóvenes en Madrid
La Escuela Juvenil de Pastoreo Como Cabras ofrece una formación en vivo con cabras para conocer el oficio y promover su labor ambiental
Están como cabras, o quizá no tanto, porque en el fondo están convencidos de que la labor de pastorear, de difundir y enseñar el oficio de pastor tiene una carga ambiental y educativa muy profunda, en un momento de despoblación en el entorno rural.
Una época en la que la ganadería extensiva y la conservación de nuestros entornos merecen una atención especial para el equilibrio de la biodiversidad, una situación por la que hay que luchar desde muchos frentes.
Y aquí tenemos a dos madrileños, que seguramente no estén como cabras, Javier de los Nietos, hijo y padre, que apostaron hace tres años el tener, mantener y pastorear un rebaño familiar de la especie guadarrameña en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, en la finca La Jarosa.
«Locura caprina»
Y no sólo decidieron ser pastores, también se propusieron trasladar su «locura caprina», su pasión, en sembrar la semilla de serlo e, incluso, de formar y dar a conocer de primera mano todo lo que conlleva el adentrarse en este mundo en vivo y en directo.
Tanto, que han decidido montar la Escuela Juvenil de Pastoreo Como Cabras con un curso para jóvenes de 12 a 14 años durante el mes de abril, coincidiendo con la época de la paridera, para que la experiencia y el aprendizaje sean completos. Toda una apuesta por mantener y difundir la tradición, la profesión y conservar el entorno.
Una aventura educativa
Pero volvamos a los inicios. Allí, junto al Centro de Visitantes de La Pedriza, en Manzanares El Real, donde comenzaron una aventura y un proyecto que difunden a través de su cuenta de Instagram @Como.Cabras, educan y muestran el oficio, dando a conocer qué hacen sus cabras y por qué son tan importantes para el ecosistema.
Javier padre, biólogo, exalcalde de El Boalo, Mataelpino y Cerceda, apasionado por todo lo que atañe a la Naturaleza y a la protección del entorno, es un claro convencido de las posibilidades que pueden aportar iniciativas y experiencias puesta en marcha junto a su hijo.
De los Nietos fue el regidor que puso en marcha el primer rebaño municipal de cabras guadarrameñas de España dirigido a para minorar los impactos y los costes a los pastores de los ataques de lobos y perros asilvestrados en la zona.
Pastor a los 19 años
Su pasión y visión derivó en montar un proyecto, complicado, pero muy interesante, en el que también participa su hijo Javier, que tiene 22 años, estudia psicología y que empezó a sus 19 a ser pastor de cabras, además de compañero de viaje de su padre en esta experiencia tan singular.
Al habla con Javier hijo, nos confiesa que el tiempo dedicado al rebaño le ha quitado horas y días de estudio, no sólo en el día a día en la finca, también en las trashumancias.
Una tarea que puede durar entre dos días y tres semanas, uno moviendo el rebaño de más de 200 cabezas y, el otro, en una furgoneta como apoyo logístico para montar el campamento y dormir con las cabras.
Unas trashumancias en las que también colabora la Universidad Autónoma de Madrid, con un proyecto en el que participan para conocer el impacto del pastoreo por donde pasan y pastan las cabras.
Oportunidad laboral
A 55 kilómetros de la capital, donde millones de personas van a su trabajo o lo buscan, se abre una oportunidad laboral, una forma de aprender una profesión que, en palabras del joven pastor, «de la que se puede vivir, aunque los comienzos sean difíciles».
Confiesa que ha tenido que estudiar, trabajar el rebaño y combinarlo con otros trabajos «para tener dinero para mi ocio personal», advirtiendo que hay que contar con una inversión inicial y dedicarse al cien por cien a ello.
El motor de la constancia requiere «mucha dedicación, de forma voluntaria, amor a lo que estamos haciendo y confianza en que el proyecto tiene futuro», explica Javier, que cuenta que ahora hay subvenciones a jóvenes ganaderos, a jóvenes que emprenden… «a las que no hemos tenido acceso», se lamenta.
Esfuerzo y recompensa
Y, tras el esfuerzo, llega la recompensa… Javier afirma que ahora «se están viendo los frutos y que, seguramente, pues se pueda decir, ¡oye!, sí se puede vivir de esto, pero que requiere siempre un comienzo complicado y de muchas horas de trabajo que se hacen de manera voluntaria».
Los ingresos empezaron a llegar regularmente a partir de 2023 con colaboraciones con la Autónoma, proyectos educativos y ambientales, de campamentos con jóvenes y también del pastoreo en las fajas forestales, unas tareas cada vez más solicitadas por Tragsa, para eliminar de forma natural y no mecánica las malas hierbas de los cortafuegos.
En estas labores de pastoreo y de prevención de incendios también existe una forma de reequilibrar el entorno, y un nicho de oportunidad, que tiene futuro, que ayudará a promover empleo en zonas rurales y a revitalizar pueblos que están abandonados.
Formar jóvenes pastores
Y, tras tres años de inicio, han lanzado la Escuela Juvenil de Pastoreo y este curso que, según reza su publicidad, Esta primavera vamos a pasarlo como cabras. Cuatro días con una programación muy estructurada para que se adquieran todos los conocimientos básicos y prácticos, para comprender cómo es el oficio de ganadero y pastor.
Durante estos días conocerán de primera mano el oficio de los pastores, sus tradiciones, a pastorear, ver cómo los rebaños cuidan el entorno y nos protegen de los incendios, «enamorarse de las chivas recién nacidas durante la paridera y disfrutar del contacto con la naturaleza». Además, también servirá para conocer el papel de los perros pastores, unos aliados fundamentales para manejar y proteger a los animales.
La idea es sembrar la semilla de esta pasión por esta actividad entre los más jóvenes, desde los 12 años, y abrir una ventana de conocimiento y oportunidad a los adolescentes más mayores.
«No tenía ni idea de nada»
Javier hijo nos cuenta que, a pesar de haberse criado en un entorno como el de la sierra «no tenía ni idea del campo, aun viviendo en un pueblo, no tenía ni idea de cómo funcionaban las estaciones, de cómo interaccionan los frutos, las flores con el resto de las especies, ni de cómo iban las gestaciones de los distintos animales, ni qué se necesitaba para pastorear, para ser ganadero o la importancia de las cañadas. Yo no tenía ni idea de nada».
Ahora, piensa dedicarse a ello, ve el campo y sus oportunidades de otra manera, llevando un rebaño que sólo se dedica a la función del pastoreo, del cual no sacan otro rendimiento al animal, ni cárnico ni lácteo.
Afirma que la educación ambiental que se recibe en el colegio, de pequeño, se desvanece en la adolescencia. En esta etapa se desconecta a los jóvenes, «se pierden todos esos conocimientos porque no los practicas, porque no tienes sitios donde desarrollarlos y establecer analogías con lo que has aprendido en el colegio. Yo creo que, ¡vamos!, yo lo hubiera aprovechado un montón».
Conexión rural
En un mundo en el que los jóvenes sólo ven oportunidades en la formación tecnológica, el ser pastor puede parecer una imagen muy bucólica y una opción muy disruptiva, pero que se tiene fomentar por su importancia y por el futuro de los paisajes.
Sus impulsores creen que su apuesta diferencial con otras escuelas de pastores para mayores, que se presentan como una alternativa a la falta de empleo, en Como Cabras apuestan por crear conexión con un oficio desde una edad más temprana, plantando la simiente de la vocación.
Para conectar con Como Cabras:
Instagram: @Como.Cabras
Mail: [email protected]