Bacterias Aguas de baño

Los contaminantes de las playas y zonas de baño que la Unión Europea no te cuenta

El último informe europeo califica de excelentes el 85% de las aguas de baño comunitarias

Surfrider denuncia que los análisis realizados obvian multitud de contaminantes

Dicha ONG pide una actualización de la Directa sobre aguas de baño

La UE mide el nivel de escherichia coli en las aguas de baño para garantizar la seguridad y la calidad de las mismas.
La UE mide el nivel de escherichia coli en las aguas de baño para garantizar la seguridad y la calidad de las mismas.

Más del 85% de las aguas de baño de la UE han sido calificadas como excelentes según el último informe de la Agencia Europea de Medioambiente (AEMA) correspondiente al año 2024, mientras que el 96% cumplía, al menos, con la calidad mínima exigida por la Directiva comunitaria sobre el agua de baño.

El problema de estos datos es que se basan, únicamente, en la medición de la presencia de dos bacterias, la escherichia coli y los enterococos intestinales, dejándose fuera otras muchas sustancias tóxicas potencialmente contaminantes, como denuncia Surfrider Foundation Europe, ONG dedicada a la conservación de los océanos.

Para la citada entidad conservacionista, la evaluación actual de las aguas recreativas es «incompleta, poco exigente y profundamente desfasada, frente a los desafíos ambientales y de salud pública de hoy en día». Surfrider acusa directamente a la Comisión Europea de «inacción» ante la contaminación de las aguas recreativas.

Imagen engañosa

En una reciente comparecencia en San Sebastián, la ONG ha advertido de que el informe citado de la AEMA «ofrece una imagen engañosa y peligrosa» porque «sólo se analizan dos bacterias, durante el verano, y en zonas oficialmente designadas para bañistas».

En palabras de Xavier Curto, coordinador de la delegación española de Surfrider: «España, donde el turismo costero representa más del 30% del PIB turístico, cuenta con más de 8.000 kilómetros de costa. Millones de bañistas y aficionados a los deportes náuticos disfrutan de ella durante todo el año y no conocen realmente qué hay en esas aguas, porque no se mide».

Directiva desactualizada

La ONG afirma que la Comisión Europea ha decidido no revisar la Directiva sobre aguas de baño (2006/7/CE), «una normativa adoptada hace casi 20 años y que hoy resulta ineficaz ante los nuevos tipos de contaminación».

«El nivel de ambición de la Directiva no está en consonancia con el Pacto Verde Europeo ni con el Plan de Acción de Contaminación Cero, y tampoco responde al conocimiento científico actual», insiste Curto.

Surfrider considera que en la evaluación actual de la calidad de las aguas recreativas «se dejan fuera, por un lado, áreas para prácticas deportivas como el surf, el paddle surf o el snorkel, tanto en temporada como fuera de ella; por otro, contaminantes invisibles que amenazan la salud pública y los ecosistemas, como microplásticos, cianobacterias, residuos flotantes, contaminantes químicos persistentes (como los PFAS) o floraciones algales nocivas».

Activistas de Surfrider en San Sebastián (Foto: EUROPA PRESS).
Activistas de Surfrider en San Sebastián (Foto: EUROPA PRESS).

Residuos y tóxicos invisibles

«Imaginemos darnos un baño tras una lluvia fuerte en una playa urbana: el agua puede estar cargada de residuos que vienen del alcantarillado, aceites de coches o restos de productos de limpieza, y, sin embargo, puede que no se observen a simple vista», explica Curto.

El coordinador de Surfrider España también advierte sobre contaminantes químicos como hidrocarburos, pesticidas o metales pesados, invisibles pero extremadamente persistentes, recordando que «incluso en concentraciones mínimas pueden provocar alergias, alteraciones hormonales o efectos tóxicos crónicos».

Plásticos y aguas residuales

Igualmente problemáticos resultan los plásticos y microplásticos, al ser vectores de toxinas y bacterias patógenas, así como «las cianobacterias y algas tóxicas, que liberan sustancias neurotóxicas o hepatotóxicas que afectan a personas y animales».

Surfrider cuenta, además, que un mal tratamiento de las aguas residuales puede liberar bacterias resistentes a antibióticos. «Un riesgo emergente de salud pública que no es detectado por los métodos actuales de vigilancia», censura la misma fuente.

Aguas para el baño en la playa de Mallorca

Vigilancia durante todo el año

La ONG demanda que la vigilancia de las aguas de baño se realice a lo largo de todo el año y no sólo en verano, la inclusión de nuevos parámetros de contaminación, la ampliación del número de zonas vigiladas, la mejora del acceso público a la información sobre la calidad de las aguas y la participación ciudadana.

Surfrider también ha anunciado que continuará su trabajo de presión política ante las instituciones europeas para exigir «una normativa a la altura de los desafíos ambientales y sanitarios actuales».

Además, reforzará su labor de sensibilización y movilización ciudadana en España y en toda Europa, con el objetivo de «lograr una verdadera protección de las aguas recreativas y de las personas que disfrutan de ellas, los 365 días del año».

Cierre de playas

Más allá de las demandas de esta ONG, lo cierto es que las dos bacterias analizadas por la AEMA (e. coli y enterococos intestinales) están provocando importantes quebraderos de cabeza en las playas, especialmente en la Comunidad Valenciana.

Así, hasta 18 playas de dicha región han sido cerradas a lo largo del mes de julio, al superarse los niveles máximos admisibles de la presencia de dichas bacterias.

Esta prohibición suele mantenerse hasta que los resultados de los análisis demuestran que los valores vuelven a ser normales, lo cual puede tardar desde unas horas hasta varios días.

Gente dándose un baño en San Sebastián

Dana

Entre las posibles causas de este aumento de la contaminación por bacterias en zonas de baño, muchas voces señalan a los efectos de la dana, que provocó un elevado arrastre de todo tipo de residuos, incluyendo desechos de origen fecal, que han acabado contaminando los ríos y las costas.

Ecologistas en Acción ya advirtió del problema en su informe Banderas negras 2025, en el que criticó que se hayan otorgado banderas azules en prácticamente todas las playas afectadas por los residuos de la dana, sólo siete meses después de la tragedia.

La ONG considera que estas banderas azules son una «grave irresponsabilidad ya que no se han terminado las actuaciones de recuperación y limpieza de las playas valencianas. Además, y sobre todo, no hay resultados analíticos sobre el estado de arenales y lecho marino que han recibido residuos y sustancias contaminantes durante meses». Este aviso, lanzado el pasado 17 de junio, se ha confirmado como acertado un mes después.