Presencia de PFAS

Más de la mitad de los políticos europeos tiene niveles alarmantes de tóxicos en sangre

Un estudio revela que 24 altos cargos de la UE están contaminados con PFAS, considerados como químicos eternos

Hugo Morán, secretario de Estado español de Medio Ambiente, participó en los análisis realizados

La iniciativa de realizar estos análisis fue impulsada por el Ministerio de Medio Ambiente de Dinamarca

  • Antonio Quilis
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora director de OKGREEN en OKDIARIO. Anteriormente director de El Mundo Ecológico. Colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Un análisis realizado a 24 altos cargos políticos de 19 países de la Unión Europea ha revelado que más de la mitad presenta concentraciones de PFAS en sangre que podrían entrañar riesgos para la salud.

Con este estudio se concluye que los «tóxicos eternos» han alcanzado a quienes tienen la responsabilidad de legislar contra ellos. Entre los políticos sometidos a estas pruebas figura el secretario de Estado de Medio Ambiente español, Hugo Morán.

Los PFAS, compuestos perfluorados y polifluorados conocidos como «tóxicos eternos» por su extrema persistencia, están presentes en el agua, los alimentos e innumerables productos cotidianos.

Estos compuestos han sido asociados a un mayor riesgo de diversos tipos de cáncer, infertilidad, trastornos tiroideos y problemas de inmunidad. Los resultados de estos análisis evidencian que la contaminación es tan generalizada que ni siquiera los responsables políticos pueden escapar de ella.

Una contaminación que no respeta cargos

Entre los políticos analizados figuran la Comisaria Europea de Medio Ambiente, Jessika Roswall, 11 ministros, 7 secretarios o vicesecretarios de Estado y 4 directores generales o directores ejecutivos. En las analíticas sólo se buscó la presencia de 13 PFAS, de entre los miles existentes. Aun así, en el plasma en sangre de todos los políticos se encontraron entre tres y ocho de estas sustancias tóxicas.

La mitad de las personas analizadas superaban las concentraciones que pueden ser de riesgo según el umbral establecido por los científicos de la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana.

«Los resultados muestran que nadie, ni los propios políticos, puede escapar de los problemas generados por esta contaminación», advierte Carlos de Prada, responsable de la iniciativa Hogar sin Tóxicos, que colabora con la European Environmental Bureau en la difusión de estos temas.

Seis sustancias ya reguladas pero aún presentes

Resulta especialmente preocupante que seis de los PFAS detectados en la sangre de los políticos ya están regulados en la Unión Europea, lo que evidencia la alta persistencia de estas sustancias y lo prolongada que es la amenaza que representan. El PFOS, regulado desde 2008, fue el que presentó las concentraciones más altas, alcanzando hasta 17,19 nanogramos por mililitro en algunos casos.

«El problema de los PFAS va mucho más allá de las pocas sustancias que han sido reguladas hasta ahora, ya que se trata de miles de compuestos, la mayoría de los cuales no han sido regulados, a pesar de que muchos de ellos puedan entrañar riesgos sanitarios», explica De Prada. Se considera que estas sustancias podrían tener efectos en la salud a concentraciones tan bajas como milmillonésimas de gramo.

Llamamiento urgente de 108 organizaciones

En paralelo a la presentación de estos resultados, 108 organizaciones de la sociedad civil europea han presentado un manifiesto en el que denuncian que «la crisis de la contaminación causada por PFAS debe tratarse como una situación de emergencia». Instan a los Estados miembros de la UE y a la Comisión a que prohíban todos los PFAS en los productos de consumo en 2025 y a que se alcance una prohibición completa en 2030.

La iniciativa de realizar estos análisis fue impulsada por el Ministerio de Medio Ambiente de Dinamarca, que ocupa la Presidencia de turno del Consejo de la UE, en colaboración con la European Environmental Bureau y la organización ChemSec. El ministro danés Magnus Heunicke invitó a 32 homólogos suyos a realizarse análisis de sangre durante la reunión informal del Consejo celebrada en Aalborg en julio pasado.

23.000 lugares contaminados en Europa

Los PFAS han sido vastamente empleados durante décadas en productos como textiles hidrófugos, utensilios de cocina antiadherentes, envases de alimentos, espumas antiincendios, pesticidas y cosméticos. En 2023, la iniciativa Forever Pollution identificó 23.000 lugares contaminados con PFAS solo en Europa. Estas sustancias son hoy prácticamente omnipresentes en el agua de todo el planeta, incluidas las aguas superficiales, subterráneas y potables.

Se considera que el agua del grifo es, junto con algunos alimentos, una de las principales vías por las que estas sustancias tóxicas llegan al cuerpo humano. Pueden atravesar los sistemas de depuración y de tratamiento del agua potable urbana, lo que hace extremadamente difícil su eliminación con los métodos actuales.

Una factura millonaria por la inacción

Según algunas estimaciones, limpiar la contaminación por PFAS podría costar a la Unión Europea hasta 2 billones de euros en los próximos 20 años. Solo la remediación ambiental podría costar 100.000 millones de euros anuales, sin contar los entre 52.000 y 84.000 millones adicionales en costes relacionados con la salud.

Patrick ten Brink, secretario general de la European Environmental Bureau, insiste en que «el coste humano y económico de la inacción en torno a la contaminación por PFAS ya es alarmante y crece día a día». Los responsables políticos deben cerrar el grifo urgentemente y detener este ciclo de daños, mientras las presiones de la industria química intentan frenar una prohibición que podría salvar millones de vidas.