Europa se cruza de brazos ante los PFAS o tóxicos eternos
Los PFAS están relacionados con problemas de salud como cáncer, infertilidad y trastornos del tiroides
Todos los europeos tenemos estos PFAS en nuestro organismo
La sociedad civil acusa a la industria química de presionar a la Comisión Europea

Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) son un grupo de más de 10.000 productos químicos sintéticos también conocidos como tóxicos eternos, debido a que son extraordinariamente persistentes, tanto en el medioambiente como en nuestros propios cuerpos.
Los PFAS han sido vinculados por multitud de estudios científicos a problemas de salud de enorme gravedad, que incluyen diferentes tipos de cáncer, alteración de los niveles de colesterol, de la función tiroidea, de la respuesta inmunitaria o de la función hepática y renal, además de dañar la salud reproductiva e incrementar el riesgo de defectos congénitos.
A pesar de que la ciencia ha dado en multitud de ocasiones la voz de alarma sobre este tipo de compuestos, lo cierto es que siguen siendo empleados en una extensa gama de procesos industriales y productos cotidianos, como utensilios de cocina antiadherentes, tejidos hidrófugos y envases de alimentos. También están presentes en el agua, incluyendo el agua potable que sale por nuestros grifos.
Comisión Europea
Recientemente, la Comisión Europea presentó un Plan de Acción de la Industria Química que está siendo duramente criticado, precisamente por no abordar de forma debida los riesgos para la salud humana y medioambiental derivada de los PFAS.
El European Environmental Bureau (EEB) que aglutina a más de 190 entidades europeas, afirmó que el plan descrito muestra «poco compromiso real para combatir la creciente contaminación química que sufre el continente» y, además, recompensa a los contaminadores «canalizando subsidios hacia el modelo de producción tóxico existente».
En palabras de Carlos de Prada, responsable de Hogar sin Tóxicos, iniciativa que colabora con el EBB: «Uno de los aspectos más preocupantes del plan es el escaso compromiso que la Comisión muestra a la hora de afrontar el severo problema generado por los contaminantes eternos, los PFAS, asociados a un mayor riesgo de cánceres y otros problemas de salud como infertilidad, trastornos del tiroides o de la inmunidad».
De parte de la industria
«En lugar de manifestarse claramente a favor de una restricción universal o amplia de los PFAS como grupo, en consonancia con la ciencia y con la dimensión real de los problemas ya generados por estos compuestos químicos en toda Europa, el Plan de Acción presentado por la Comisión parece rebajar las expectativas para complacer a la industria química», lamenta de Prada.
El responsable de Hogar sin Tóxicos apunta que el plan europeo menciona de una manera «un tanto vaga» la necesidad de «minimizar» la contaminación con estas sustancias y sólo anuncia que la Comisión «considerará» eliminar algunos usos concretos de los PFAS, como los relacionados con los materiales en contacto con alimentos, la ropa de exteriores o los cosméticos.
Prohibición extensa
Para de Prada, estas medidas son claramente insuficientes ante la magnitud del problema. «Se debería establecer una prohibición extensa que abarque todos los usos, incluidos los industriales, que representan un porcentaje considerable de la contaminación con estos compuestos, y no sólo su presencia en algunos productos de consumo».
«Realmente esperábamos algo más, teniendo en cuenta el creciente grado de polución de las aguas, los suelos y los organismos de las personas. Todos los europeos tienen ya estos tóxicos eternos en su cuerpo, como muestran los datos de la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana», insiste el también divulgador y periodista ambiental.
Hogar sin Tóxicos muestra además su temor ante la decisión que pueda adoptar la Comisión sobre la propuesta que, en 2022, realizaron conjuntamente cinco países de la UE, que demandaban una «restricción universal» y no tan limitada de los PFAS, asegura la campaña. La Comisión ha anunciado que tomará tal decisión después de que, en 2026, la Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA) finalice su evaluación de la propuesta.
Presión de los lobbies
El Consejo de la Industria Química Europea (CEFIC), organización del sector a nivel comunitario, ha reconocido invertir casi 10 millones de euros al año en actividades de lobby ante los funcionarios europeos tras conocerse el contenido de la propuesta inicial contra los PFAS, denuncia Hogar sin tóxicos.
«CEFIC comenzó a movilizarse haciendo previsiones catastrofistas, absolutamente exageradas, de lo que supuestamente sucedería si estas sustancias se restringían pero, claro está, omitiendo los costes, mucho mayores, que para toda la sociedad tendría no restringirlas. La crisis originada tras la invasión de Ucrania fue utilizada como excusa que permitió que la labor de presión de diferentes actores sobre la Comisión se fuese intensificando cada vez más», asegura la misma fuente.
Carta a von der Leyen
A principios de este mismo año, cerca de un centenar de organizaciones de la sociedad civil dirigieron una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, expresando su «indignación» por la influencia que están teniendo sobre el ejecutivo comunitario los lobbies de la industria que pretenden evitar que se prohíban los PFAS.
Unas sustancias que, según señalaban los firmantes, han generado, probablemente, «la crisis de contaminación más grave de la historia de la humanidad», advierten en la misiva.