Alimentos Dieta climática

La dieta climática, buena para ti y beneficiosa para el planeta

Las emisiones provenientes de alimentos de origen animal son el doble que las de origen vegetal

Amigos de la Tierra y el CSIC proponen una dieta climática basada en productos nacionales

Los partidarios de la dieta climática también reclaman la transformación de la industria agroalimentaria

La dieta climática prioriza el consumo de alimentos vegetales sobre los de origen animal.
La dieta climática prioriza el consumo de alimentos vegetales sobre los de origen animal.

Dieta mediterránea, vegana, vegetariana, proteica, paleo, detox… y ahora llega, también, la dieta climática, una nueva forma de alimentarnos que resulta beneficiosa no sólo para nuestra salud, sino que además trata de proteger la naturaleza de uno de sus peores enemigos, como es el cambio climático.

Como sucede con otros muchos tipos de dietas, existen diferentes propuestas de dieta climática. Todas ellas tienen en común que priorizan el consumo de alimentos de origen vegetal, debido a que emiten la mitad de gases de efecto invernadero que los de origen animal, además de no exigir un empleo tan intensivo de recursos naturales y de resultar menos contaminantes.

Amigas de la Tierra y el CSIC presentaron recientemente su Guía Dieta Climática, análisis para una dieta saludable basada en alimentos agroecológicos, con la que apuestan por un menú saludable y de producción local.

Origen nacional

Las dos entidades afirman que el 99% de los alimentos que necesita la población española para alimentarse se podrían cultivar en territorio estatal, y además de forma agroecológica. Consiguiendo con ello evidentes beneficios ambientales.

«Una dieta climática, basada en la necesaria transición agroecológica en España, podría mejorar el impacto ambiental a través de la reducción de gases de efecto invernadero en un 125%, al generarse nuevos sumideros de carbono, lo que equivaldría al CO₂ que emiten unos 34 millones de coches al año, a su vez, se reduciría el uso de suelo en un 34%», aseguran Amigas de la Tierra y el CSIC.

Legumbre y verduras

Triplicar el consumo de legumbres, doblar el de verduras, dejar a la mitad el consumo de azúcar y reducir la ingesta de carne a tres raciones por semana son las principales recomendaciones de los nutricionistas que han elaborado este menú.

El resultado es una alimentación saludable con mejor ratio de ácidos grasos poliinsaturados, así como mayor contenido en hierro, magnesio y antioxidantes. A su vez, el contenido en fibra y en vitaminas A y C es más elevado que en la dieta actual.

Por otro lado, la dieta climática se aproxima en mayor medida, insisten sus promotores, a las ingestas diarias recomendadas de la mayoría de nutrientes y reduce de forma significativa la exposición al cadmio, un mineral tóxico que puede afectar al funcionamiento del riñón y el hígado.

La dieta climática prioriza el consumo de alimentos vegetales sobre los de origen animal.

Transición ecológica

«La dieta climática, nuestra propuesta basada en evidencias científicas, pone de relieve la urgencia de que las políticas públicas vayan encaminadas tanto a la transición agroecológica del modelo productivo como al cambio de los hábitos en la alimentación», afirma Andrés Muñoz, responsable de Soberanía alimentaria de Amigas de la Tierra.

«Hemos comprobado que nuestro territorio cuenta con recursos suficientes, y que sería una transformación muy beneficiosa para los ecosistemas y para la población. Ahora lo que la sociedad espera es que las instituciones se pongan a trabajar en esta línea», añade Muñoz.

Dicha transformación permitiría al sector primario contribuir a la restauración de los ecosistemas y a la captura neta de carbono, y favorecería la fijación de población en la España vaciada con el incremento en los puestos de trabajo en más de 400.000 personas, aseguran desde Amigas de la Tierra.

Declaración de Belém

También se habló de la dieta climática en la pasada Conferencia de Bonn, una reunión preparatoria de la COP30 de Brasil.

En Bonn (Alemania), un centenar de ciudades, autoridades regionales y ONG han presentado la Declaración de Belém —que será precisamente la sede de la COP30— para pedir a la comunidad internacional la promoción de dietas saludables y sostenibles mediante la elaboración y aplicación de Planes de Acción para los Alimentos de Origen Vegetal.

La dieta climática prioriza el consumo de alimentos vegetales sobre los de origen animal.

Mitigación

En palabras de Juliette Tronchon, responsable de Asuntos de la ONU en ProVeg: «Las dietas basadas en plantas no solo desempeñan un papel enorme en la mitigación de la crisis climática, sino que también son saludables para las personas, apoyan la seguridad alimentaria y pueden generar oportunidades de empleo a gran escala».

ProVeg cita un estudio de Nature que señala que las emisiones provenientes de alimentos de origen animal son el doble que las de origen vegetal. También menciona datos de la FAO que apuntan que el 32% de las emisiones de metano producidas por el hombre provienen la ganadería.

Reclamaciones

En este contexto, la Declaración de Belem reclama las siguientes medidas a nivel internacional:

  • Establecimiento de Planes de Acción Nacionales para los Alimentos de Origen Vegetal para aumentar la seguridad alimentaria y la resiliencia, mejorar la salud pública, mitigar el cambio climático, proteger y restaurar la biodiversidad, proporcionar beneficios económicos y garantizar la coherencia de las políticas.
  • Compromiso para fijar una fecha límite para la publicación de los Planes de Acción Nacionales para los Alimentos de Origen Vegetal a tiempo para que puedan ser presentados para su debate en la COP32 en 2027.
  • Compromiso de apoyo financiero para la aplicación de los Planes de Acción Nacionales para los Alimentos de Origen Vegetal con cargo a los presupuestos de promoción agroalimentaria.