Por qué es una mala idea que recojas las conchas que te encuentras en la playa
Multitud de pequeñas criaturas marinas usan las conchas para refugiarse
La erosión de las conchas contribuye a renovar la arena
Recoger conchas es ilegal y puede dar lugar al pago de elevadas multas

Recoger conchas en la playa parece una actividad inofensiva que, además, tiene el importante aliciente de que llevarnos a casa un bello recuerdo de nuestras vacaciones de verano. Pero lo cierto es que con ello podríamos causar un grave impacto sobre la costa que tanto nos gusta visitar cada año.
Lo primero que debemos entender es que todos los elementos que coexisten en un determinado ecosistema desempeñan algún tipo de función que contribuye a mantener un delicado equilibrio que, en caso de quebrarse, puede provocar una cascada de consecuencias negativas tanto para el entorno como para las especies que dependen del mismo.
Esto es lo que pasa también con las conchas, que a menudo dan la impresión de encontrarse vacías en mitad de la arena o de la orilla. Pero, ¿y si esto no fuera realmente así? De hecho, en multitud de ocasiones, estas cubiertas de carbonato cálcico que en su día sirvieron para proteger a algún pequeño animal acaban siendo empleadas por otras muchas criaturas marinas.
Cangrejos ermitaños
Así sucede, por ejemplo, con los cangrejos ermitaños, que suelen refugiarse en conchas abandonadas, y de hecho se van trasladando a otras de cada vez mayor tamaño a medida que van creciendo.
Se podría decir que las conchas son su hogar o, al menos, el lugar que escogen para protegerse de algunos peligros del exterior. Algo muy similar sucede con otras especies de invertebrados y de pequeños peces.
La pregunta a la que debemos dar respuesta es qué ocurre cuando dejamos a estas criaturas tan vulnerables sin sus escondites predilectos. Lo que está claro es que, lógicamente, se quedan más expuestas ante sus depredadores en un medio en el que además tienen difícil escapatoria.
Impacto sobre el entorno
Habrá quien diga que no hay que exagerar, que por recoger un par de conchas tampoco se va a estar poniendo en peligro el buen estado de nuestras costas y de su flora y fauna. Lo cierto es que los estudios realizados sí que evidencian un impacto sobre el entorno nada desdeñable.
El principal trabajo sobre esta materia fue el liderado por Michal Kowalewski, paleontólogo del Museo de Florida. Dicho estudio fue además realizado en España, en concreto en la Platja Llarga de Tarragona.
Según los datos recogidos por Kowalewski y su equipo, el aumento del turismo en la zona en las últimas tres décadas provocó una disminución del 70% de conchas de moluscos en los meses de verano, y del 60% en el resto del año.
«Los patrones de abundancia de conchas mostraron fuertes correlaciones negativas (en múltiples escalas de tiempo) con las llegadas de turistas, lo que sugiere que el turismo y las actividades relacionadas con el turismo pueden ser una fuerza impulsora detrás del declive acelerado de conchas de las costas marinas», detalla el estudio.
Desechos plásticos
Otro estudio publicado el pasado año en Science of The Total Environment revela un dato igualmente preocupante: 10 de las 16 especies de cangrejos ermitaños terrestres están sustituyendo las conchas por desechos de origen humano, principalmente tapones de plástico.
Lo cual es una evidencia clara de dos problemas entrelazados: la creciente escasez de conchas naturales debido a las malas prácticas de los visitantes, por un lado; y el aumento de la contaminación provocada por los plásticos en los mares y playas, por otro lado.
Arena
Aquí no se terminan los servicios que nos prestan las conchas dejándolas donde están. También hay que mencionar que su lento proceso de degradación contribuye a la formación de arena nueva, que resulta fundamental para estabilizar las playas y como barrera natural frente a la erosión de las olas, las mareas y las fuertes tormentas.
Dicha degradación de las conchas libera, además, nutrientes esenciales, comenzando por su principal componente, el carbonato cálcico, del que se aprovechan multitud de especies que lo necesitan para construir su propia concha o exoesqueleto, incluyendo moluscos, corales y varios tipos de plancton.
Pájaros
Por otro lado, algunas especies de pájaros que habitan en zonas costeras emplean conchas y fragmentos de conchas para construir sus nidos. Este es el caso del chorlitejo patinegro, un ave que además podemos encontrar fácilmente en la costa mediterránea.
Leyes
Otra buena razón para no recoger conchas es que es ilegal. La Ley de Costas prohíbe retirar de las playas aquellos elementos que forman parte del dominio público marítimo-terrestre, lo cual incluye conchas, rocas, arena o caracolas. Sólo se permiten excepciones para cuestiones muy específicas, principalmente de carácter educativo y científico.
Además, las multas por incumplimiento pueden ser bastante elevadas, situándose entre los 500 y los 3.000 euros, aproximadamente.
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