Ciencia Gasolina con plomo

Su tenacidad le hizo vencer: la historia del hombre que derrotó a la gasolina con plomo

Pronto se cumplirán tres décadas desde el fin de la gasolina con plomo

La exposición al plomo está relacionada con problemas de salud mental

El último país en dejar de comercializar gasolina con plomo fue Argelia en 2021

Clair Patterson
El científico estadounidense Clair Patterson fue fundamental para el fin de la gasolina con plomo.

En la década de 1970, casi toda la gasolina producida en el mundo contenía plomo, a pesar de que se trata de un metal altamente contaminante, cuya exposición está relacionada con problemas de salud mental, especialmente en niños. Esta situación comenzó a cambiar gracias a la insistencia de uno de los científicos más brillantes del pasado siglo XX.

Hablamos del geoquímico estadounidense Clair Patterson, quien descubrió la excesiva y peligrosa presencia en el ambiente y en nuestro propio organismo de este tóxico metal de forma casual, cuando andaba embarcado en otro propósito igualmente apasionante: hallar la verdadera edad de la Tierra.

En 1956, el científico determinó que nuestro planeta tenía, aproximadamente, unos 4.500 millones de años. Sus cálculos se basaron en el análisis de los isótopos de plomo de un meteorito. La razón por la que se decantó por este método es más sencilla de lo que parece.

Plomo por todas partes

Como explican en Caltech, su universidad, la velocidad a la que se desintegran ciertos isótopos de uranio en isótopos de plomo es bien conocida. Por tanto, «medir la proporción de átomos de plomo con respecto a los de uranio muestra cuánto uranio ha desaparecido y permite calcular la edad de la muestra», explica el centro académico.

El problema con el que Patterson no contaba es que en las muestras analizadas empezó a detectar la presencia de plomo mucho más moderno, correspondiente a su propia época. También se dio cuenta de que este plomo moderno no estaba únicamente en los meteoritos y rocas que estaba estudiando, sino que parecía encontrarse por todas partes.

En el océano, en la nieve de las montañas e incluso en el aire descubrió el rastro del tóxico metal. Según sus datos, la concentración de plomo en la atmósfera excedía en 1.000 veces los niveles naturales, 600 veces en el caso de los seres humanos. 

Tras muchas investigaciones, Patterson determinó cuál era el principal culpable: el tetraetilo de plomo, un aditivo de las gasolinas que salía del tubo de escape de los coches en forma de finas partículas.

La gasolina con plomo era habitual hasta mediados de los años 1970.

Campaña contra el envenenamiento

La insistencia del científico en que la gente se estaba contaminando por el plomo proveniente de la gasolina y también de otras fuentes, como las tuberías de agua o las soldaduras de los alimentos enlatados, no fueron bien recibidas en su momento.

Especialmente crítico fue su enfrentamiento con la industria del plomo, que se pasó décadas negando la toxicidad del metal pesado a niveles bajos.

Tras las críticas al sector, Patterson tuvo problemas para obtener financiación y contratos, lo que afectó a su carrera profesional. También fue excluido de un panel del Consejo Nacional de Investigación (NRC) dedicado, precisamente, a investigar la contaminación atmosférica por plomo, a pesar de que era entonces el gran experto en el tema.

Victoria

Pese a que fue frecuentemente ignorado y ridiculizado, la creciente evidencia científica sobre la toxicidad del plomo, y su relación con la gasolina, llevó finalmente a que la Agencia de Protección Ambiental norteamericana comenzara a reducir el plomo en la gasolina en 1976.

Pero no fue hasta mediados de los 80 cuando se aceleró definitivamente en este proceso, hasta la erradicación completa de la gasolina con plomo el 31 de diciembre de 1995.

El resto de países siguieron un camino similar. En el caso de España, la comercialización de la gasolina con plomo se prohibió definitivamente en el año 2001. El último país que tomó la decisión de abandonar la gasolina con plomo fue Argelia en 2021.

Gasolinera

Problema no resuelto

Pronto se cumplirán tres décadas desde el fin de la gasolina con plomo en Estados Unidos, pero a pesar del tiempo transcurrido, todavía se siguen analizando las consecuencias que tuvo para la población.

Una investigación de la Universidad Médica de Carolina del Sur (MUSC)  vincula la exposición infantil a la gasolina con plomo con un deterioro de la salud mental en todo Estados Unidos durante los últimos 75 años.

Según este informe, dicha exposición llevó a un aumento estimado de 600.000 puntos de psicopatología en la población estadounidense, lo que se tradujo en alrededor de 151 millones de casos de trastornos psiquiátricos atribuibles al plomo. Un punto de psicopatología es una medida que se emplea para evaluar el grado de deterioro de la salud mental de una persona.

Exposición y enfermedad mental

«En el caso de la exposición al plomo, los científicos utilizaron esta medida para estimar cómo la gasolina con plomo pudo haber contribuido al aumento de enfermedades mentales en EE. UU., que probablemente no se habría producido sin esta exposición», afirman desde la Universidad norteamericana.

Los científicos responsables de esta investigación también recordaron que, aunque ya no haya gasolina con plomo, todavía no se ha eliminado completamente la presencia de este contaminante en el ambiente, motivo por el que piden a la sociedad destinar los recursos adecuados para acabar del todo con este problema.