Los niños son especialmente vulnerables al plomo: ésta es su toxicidad y riesgos
Cualquier concentración en sangre es tóxica
Puede provocar déficit intelectual, hiperactividad, agresividad y conducta antisocial
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El plomo es un metal tóxico del que no se conoce un umbral seguro para la salud y puede afectar a cualquier sistema y órgano del cuerpo humano. Es posible que haya plomo en algunas pinturas, tierra, cosméticos, juguetes y otros productos de consumo.
Aunque no se haya definido una concentración segura, con el tiempo se han establecido umbrales de plomo en sangre recomendados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos considerados «niveles preocupantes», pero que se han interpretado erróneamente como límites de toxicidad.
¡Al laboratorio!
Los especialistas del laboratorios clínicos han tenido que mejorar los métodos de análisis para poder medir con exactitud y precisión concentraciones mucho más bajas, además de afrontar nuevos retos, como la necesidad de adquirir nueva instrumentación y medidas para eliminar la contaminación por plomo en los reactivos y los procesos del laboratorio.
La población infantil es especialmente vulnerable a la exposición al plomo por su situación de desarrollo, así como porque presentan una mayor absorción de este metal tóxico tanto a nivel respiratorio como digestivo.
Lo explica la miembro de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQC) y miembro con voto del subcomité de procedimientos analíticos para la determinación de plomo en sangre (Comité de Química Clínica y Toxicología) del Clinical and Laboratory Standards Institute (CLSI) de EE.UU., Montserrat González Estecha, los efectos adversos de la exposición en niños se alcanzan con concentraciones en sangre inferiores a las de los adultos y dan lugar a déficit intelectual, trastornos en la audición, lenguaje, hiperactividad con déficit de atención, agresividad y comportamiento antisocial. «Además de los efectos neurológicos, pueden producir efectos adversos cardiovasculares, inmunológicos y endocrinos», precisa la especialista.
«Recomendado» o «tóxico»
La Dra. González, coautora de la tercera edición de Measurement procedures
for the determination of lead in whole blood publicada por el CLSI en abril de 2024, advierte del error de considerar los umbrales de plomo en sangre recomendados por los CDC como límites de toxicidad.
En especial, en 1991 el level of concern de 10 µg/dL, que era un nivel de
actuación y preocupación, se ha interpretado de forma masiva como el límite a partir del cual una concentración de plomo en sangre era tóxica. Esta mala interpretación ha contribuido también al cambio por los CDC a valor de referencia, dado que no existe un umbral seguro y cualquier concentración en sangre produce toxicidad.
Sin embargo, es frecuente leer nuevamente límite de toxicidad en la
interpretación del valor de referencia de los CDC, establecido en 2021 en 3,5
µg/dL”, apunta la experta, quien aclara que ese valor es simplemente el
percentil 97,5 del plomo en sangre de los niños americanos de 1 a 5 años
obtenido en la encuesta NHANES durante los años 2015 a 2018, habiendo
descendido en la actualidad. Para aquellos países en los que no se realiza aún biomonitorización, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda utilizar el valor de 5 µg/dL para identificar niños que necesiten un seguimiento o intervención.
De acuerdo con la experta, la primera medida ante un resultado elevado de
plomo en sangre es la retirada de la fuente de exposición. «La concentración de plomo en sangre obtenida en el análisis ayudará en primer lugar a detectar si hay exposición y en muchos casos incluso ayudará a identificar la posible fuente, así como los efectos adversos esperables según la concentración obtenida. También es útil para realizar el seguimiento y confirmar que se ha eliminado la exposición», explica.
La miembro de la SEQC ML incide en la importancia de la biomonitorización humana del plomo y otras sustancias tóxicas en España para conocer la situación actual en la población, especialmente en la población infantil más vulnerable y refiere que en España se ha creado recientemente la Comisión Interministerial de Biomonitorización Humana.
«La evidencia de los últimos 40 años demuestra que se puede prevenir que los niños tengan concentraciones elevadas en sangre, controlando o eliminando las fuentes de plomo en su entorno y medioambiente, realizando una prevención primaria», concluye.
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