Diseño biofílico, el arte de transformar las ciudades en jardines

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

El reto de muchas grandes ciudades está actualmente en convertirlas en entornos más amables, reconectados con la naturaleza y más resilientes a los cambios que ya se están notando con el cambio climático, donde estrategias como el diseño biofílico encajan perfectamente.

A la cada vez mayor demanda de espacios verdes y árboles por parte de la ciudadanía, se suman las peticiones de habilitar refugios climáticos para afrontar las altas temperaturas que cada vez provocan más incidencias en el estado de salud y anímico de la población.

Así se está viendo un auge de integración de la naturaleza en espacios urbanos, edificios e interiores, bien añadidos posteriormente a las edificaciones y actuaciones, o como parte ya incorporada como parte de los diseños arquitectónicos.

Diseño biofílico

El término de diseño biofílico o arquitectura biofíolica se explica como el paso de acercar la naturaleza a los urbanitas, integrándola como parte estructural de los proyectos.

Un concepto que arranca gracias  Edward O. Wilson, renombrado biólogo y conservacionista, que sembró la idea de que los seres humanos tienen un anhelo instintivo de acercarse a la naturaleza e interactuar con ella. Según describe en su obra Biophilia (1984), explorando la base evolutiva de la seducción que la naturaleza ejerce sobre el ser humano, las personas tienen una tendencia innata a centrarse en la vida y los procesos que se asemejan a ella.

El Ayuntamiento de Madrid puso en marcha a finales de 2023 el proyecto piloto Calle 30 Natura, los jardines verticales de mayor extensión en Europa

Jardines verticales de la M-30

Aunque a veces el término no aparece asociado a actuaciones que adhieren la vida vegetal al duro hormigón de las ciudades, una de las recientes aplicaciones de este movimiento en auge podría ser el llevado a cabo por el Ayuntamiento de Madrid en un tramo de la M-30.

Acometiendo una nueva dimensión para las zonas verdes, tal y como las conocíamos hasta ahora, el proyecto piloto Calle 30 Natura, acometió la instalación de los jardines verticales de mayor extensión en Europa a la vera de la M-30.

Estos jardines verticales ocupan unos 3.250 metros cuadrados en los muros de la ronda de circunvalación madrileña a su paso por la Avenida de la Ilustración. Con su instalación, el Área de Gobierno de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento confía en sacar el máximo partido de la capacidad vista en estas coberturas vegetales para lograr tres objetivos: mitigar el calor, paliar la contaminación y aislar del ruido.

Simbiosis entre urbe y naturaleza

Desde Buckley Gray Yeoman (BGY), uno de los estudios de arquitectura internacionales más visionarios, se lidera el desarrollo del diseño biofílico, que integra la naturaleza como parte estructural de sus proyectos y que pretende transformar las ciudades en vergeles. Centros de trabajo, casas, escuelas… no hay ninguno que evite su conexión con la vegetación.

Según BGY, «el diseño biofílico, en su esencia, busca una simbiosis entre los entornos construidos y la naturaleza circundante, reconociendo los beneficios tangibles que esta conexión puede aportar a nuestra salud y bienestar».

«Aunque la idea no es nueva, su resurgimiento reciente responde a una necesidad apremiante en un mundo cada vez más desconectado de lo natural, especialmente en los núcleos urbanos», explican desde el estudio.

Un enfoque que «no sólo busca crear espacios estéticamente agradables, sino también funcionales y propicios para el bienestar humano» destacan desde BYG.

Edificio de oficinas en el distrito madrileño de Salamanca de Buckley Gray Yeoman

Plantas, agua y luz natural

Para estos especialistas, «elementos como la presencia de plantas, la abundancia de luz natural, la integración de agua y la utilización de materiales y formas naturales, entre otros, son pilares fundamentales en este tipo de diseño».

En un momento en que la sostenibilidad y el bienestar se han convertido en prioridades clave en la arquitectura y el diseño, el diseño biofílico se posiciona como una respuesta innovadora y efectiva a los desafíos contemporáneos.

«Al integrar la naturaleza en el corazón mismo de nuestros entornos construidos, estamos reconectando con nuestras raíces naturales y creando espacios que nutren el cuerpo, la mente y el alma. En última instancia, el diseño biofílico no sólo se trata de crear edificios hermosos, sino de construir un futuro más saludable y sostenible para todos», apuntan desde BYG.

Beneficios de la biofilia

En un mundo donde la calidad de vida laboral es un factor crucial, el diseño biofílico emerge como una solución viable y necesaria para mejorar los entornos de trabajo y, por ende, la calidad de vida de quienes los habitan.

Sus beneficios son diversos y bien documentados, abarcando desde la reducción del estrés hasta el aumento de la productividad y la creatividad, pasando por la mejora de las capacidades cognitivas.

Entre los beneficios psicológicos, están el incremento de emociones positivas, el aumento de la atención, la disminución de la ira y el sentimiento de relajación. También se han identificado beneficios fisiológicos, como la disminución de la presión arterial, una frecuencia cardiaca más baja y la reducción del dolor.

Arquitectura biofílica (Foto: Buckley Gray Yeoman)

Experiencia natural

Para Savia, empresa especializada en el diseño, desarrollo y fabricación de nuevos productos y soluciones en madera maciza, el diseño biofílico requiere adherirse a una serie de principios para ofrecer una «experiencia natural» a los habitantes y usuarios de los edificios, según Stephen R. Kellert (1943-2016), destacado investigador estadounidense y Profesor Emérito en la Universidad de Yale.

En Madrid, BGY trabaja intensamente en Boadilla Hills (Boadilla del Monte), un monumental proyecto living de aproximadamente 90.000 m², que no sólo busca ofrecer viviendas, sino también crear una experiencia de comunidad que refleje el espíritu de una villa.

En línea con el enfoque de la arquitectura biofílica, este desarrollo urbano de 4.000 hogares prioriza la conexión con la naturaleza y fomenta un estilo de vida más sostenible y saludable para sus residentes.

Conexión total con la naturaleza

Además, el diseño de Boadilla Hills integra de manera sensible los espacios ajardinados con los árboles protegidos del entorno existente, creando un ambiente armonioso y enriquecedor. Rodeado de exuberantes jardines y zonas verdes, este desarrollo residencial no solo ofrece un refugio urbano, sino también una conexión tangible con la naturaleza.

Esta combinación de planificación urbana consciente y diseño biofílico demuestra cómo es posible crear comunidades que sean tanto vibrantes como respetuosas con el medioambiente, promoviendo así un estilo de vida más equilibrado y en armonía con la naturaleza.

Principios del diseño biofílico

Según el académico Stephen R. Kellert, los principios del diseño biofílico son los siguientes: