El Nissan GT-R nos abre su corazón

No es el deportivo más bonito ni tampoco el que mejor suena, pero el Nissan GT-R tiene algo que lo hace especial. Estamos ante uno de los catalogados como supercoches, un modelo que vio la luz en 2008, pero que tiene una trayectoria de muchos años más. Y ya en su momento lo fue, pero a día de hoy sigue siendo el deportivo más brutal que podemos conducir por poco más de 100.000 euros.

Y que el Nissan GT-R tenga esta fama no es casualidad. Su desarrollo nace en Japón, país en el que si de algo saben es de automóviles. Y la concepción de esta bestia del asfalto es tomada muy en serio por Nissan, que delega en expertos artesanos la fabricación de este modelo y de su parte más importante: el corazón.

Los takumi, la clave del éxito

Takumi es una palabra japonesa que significa «artesano mecánico», y en este caso son los privilegiados que se encargan de dar vida al brutal propulsor del Nissan GT-R. Ólvidate de grandes procesos industriales o complejas máquinas de montaje, el motor del GT-R se fabrica completamente a mano y detrás se encuentran los que Nissan considera los cuatro mejores «artesanos mecánicos» del país.

Takumi Kurosawa, Tsunemi Ooyama, Izumi Shioya y Nobumitsu Gozu son las manos encargadas de crear esta obra de arte. Prueba de ello es que su nombre aparece inscrito en cada bloque motor de este deportivo de altos vuelos.

Desde la salida al mercado de la actual generación del Nissan GT-R, la marca nipona ha efectuado diversas mejoras en este modelo. Aún así, ha logrado mantener un precio muy ajustado con el que ningún rival puede competir. Si echamos un vistazo al mercado encontramos numerosos deportivos que alcanzan la potencia del Nissan GT-R (550 CV proporcionados por un V6 sobrealimentado), pero también nos damos cuenta de que casi la totalidad de ellos superan e incluso doblan el precio de este samurái japonés.

Además, es raro que puedas encontrar un modelo con similar cifra de potencia y que sea capaz de ofrecer las prestaciones de un GT-R. Y es que con 2,7 segundos para hacer el 0 a 100 km/h este japonés es capaz de triturar a cualquiera que se ponga a su lado. Se trata de un coche casi de circuito con el que podemos rodar por las calles.

El equipamiento y su calidad general no es la mejor del mercado, todo hay que decirlo. Pero yo, si tuviera que gastarme 100.000 euros en un coche, no hay duda de que me lanzaría a por el Nissan GT-R.