La DGT te explica cómo detectar un pinchazo y qué hacer

Los pinchazos son más habituales de lo que podamos pensar.

  • Juan Carlos Acero
  • Desde 2014 especializado en la redacción de contenidos y el marketing. Me encanta escribir sobre automoción y el mundo de la empresa. En mi carrera como redactor he escrito para multitud de medios especializados.

Toda la gente puede llegar a sufrir un pinchazo en carretera y la ignorancia o improvisación se dicen que son de las compañeras peores de viaje, pues pueden ser una total catástrofe. Esto es lo que tienes que hacer si pinchas  un neumático en mitad de la carretera.

¿Cómo actuar ante un pinchazo?

La detección de un pinchazo es algo que da gran complejidad y, en algunas ocasiones, puede que no se llegue a perder el control del vehículo. Cuando esto ocurra, no todo el mundo va a poder saber cómo se actúa ante un pinchazo y de qué forma es posible la recuperación del control para poder aparcar en un sitio seguro.

Antes de que hablemos sobre de qué manera es posible la detección del pinchazo, se debe saber que los neumáticos que es más posible que revienten son los que se encuentran en un peor estado.

Todo esto hace que sea necesario contar con alguna previsión cuando se circulen, hacer una revisión con cierta frecuencia y que se haga el mejor mantenimiento.

Los neumáticos es el único elemento que contacta con el asfalto de manera permanente, de tal forma que influye de manera directa en la seguridad y en el resto de pasajeros del propio vehículo.

Detecta el pinchazo

Cuando se pincha, es posible que el aire pase progresivamente del neumático o que se vaya a desinflar de manera inmediata.

En los coches nuevos, lo que ocurre es que hay un sistema para el control de presión que te alertará si se produce un accidente, pero muchos vehículos no cuentan con él, y es posible que no vayas a reparar en el problema hasta que se pierda el control del coche.

Un signo claro que va a indicar que haya un neumático que haya pinchado es que se endurezca la dirección y que tire hacia un lado. Si se va a una alta velocidad va a ser más complicado poder detectar que vas a pinchar en medio de la ciudad, puesto que, además de que pierda el aire, el ruido se va a escuchar de forma importante.

Mantener la tranquilidad

Cuando se pierde el control parcial del coche, se tiene que agarrar con firmeza el volante, reduciendo progresivamente la velocidad, y mantener la calma sin que se pise demasiado el freno.

Cuando nos encontramos en esta situación, el freno motor va a ser el mejor aliado que sea posible. Hay que avisar al resto de los conductores, con las denominadas luces de emergencia, de que se va a parar y hacerlo en un sitio en el que se comprometa ni tu propia seguridad ni la de los demás.

Ponerte el chaleco y colocar los triángulos de emergencia

Llegados a este punto, es posible cambiar el neumático si se lleva una rueda de emergencia, utilizar el kit para la reparación de los pinchazos o que se llame a los servicios de asistencia.

¿Cómo se soluciona un pinchazo en carretera?

Esta guía no la vas a necesitar si tus propios neumáticos son antipinchazos, lo mismo que si careces de rueda de repuesto, vas a tener que aprender a usar el kit antipinchazos.

Para el cambio de la rueda se necesita el gato, una llave para tornillos antirrobo y el resto de tornillos y de la rueda de repuesto.

Lo primero es aflojar algo las tuercas antes de que se levante el coche. En el caso de que cuente con tapacubos, solo hay que retirarlo, aflojar los tornillos y colocar el gato en el sitio que quede designado en el propio manual de usuario con los vehículos.

Se debe levantar el vehículo hasta que la rueda no vaya a tocar el suelo, retirando los tornillos y extraer la rueda.

Luego se coloca junto al gato para que si falla, el chasis no golpee contra el suelo.

Se debe colocar la rueda de repuesto y apretar los tornillos con la propia mano. Se retira la rueda pinchada, se baja el vehículo, retira el gato y se aprietan los tornillos con la llave.

No te olvides de comprobar la presión del neumático para poder sufrir un pinchazo en carretera para que no se comprometa la seguridad vial.