Adrián Mardell deja la dirección de Jaguar Land Rover tras liderar el cambio de identidad de la marca

El director ejecutivo de Jaguar Land Rover, Adrian Mardell, dejará su cargo tras más de treinta años en la compañía y tres ejerciendo las labores de CEO, después de liderar el cambio de identidad de la marca hacia la electrificación. Una salida que llega en plena crisis del automóvil europeo por el impacto de los aranceles de Trump al envío de coches a Estados Unidos, el desembarco de nuevas marcas chinas y la aplicación de una estricta normativas en materia de emisiones de CO2 por parte de Bruselas.
Una salida que se suma a otras que se han producido en la industria del automóvil europeo, como es el caso de Luca de Meo de Renault, así como la de Carlos Tavares de Stellantis o la de Wayne Griffiths de Seat y Cupra. Mardell pondrá fin a su carrera en JLR el próximo 31 de diciembre, tiempo en el que el fabricante automovilístico tendrá que buscar un nuevo CEO. No está claro si la compañía reemplazará a Mardell con alguien de adentro, tal y como ha sucedido en Stellantis y en Renault, o buscará fuera de la compañía o incluso fuera del sector de la automoción.
A principios de este mes, el fabricante automovilístico anunció el despido de 500 directivos, preparándose para menores márgenes y un dólar más débil, así como el impacto de los aranceles de Estados Unidos en el negocio.
Adrián Mardell al frente de Jaguar Land Rover
Durante el mandato de Mardell, JLR impulsó una estrategia para desarrollar versiones totalmente eléctricas para todos sus modelos para finales de la década y el reinicio de Jaguar, que se lanzó a fines del año pasado, que generó una tormenta de críticas, no sólo por el alejamiento radical del concept car Type 00 de los icónicos rasgos de diseño de Jaguar, sino también por el uso de modelos andróginos y un nuevo logotipo.
Otro de los desafíos a los que se ha tenido que enfrentar el directo ha sido la guerra comercial desatada entre Europa y Estados Unidos, que es el prinicipal mercado del fabricante automovilístico propiedad de la india Tata Motors.
El vehículo de mayor volumen de la compañía, el todoterreno Land Rover Defender, fabricado en Eslovaquia, está sujeto a un arancel de importación del 15% a Estados Unidos. Lo mismo ocurre con el Discovery. El resto de la gama de JLR (el Jaguar F-Pace y seis Land Rover) se fabrica en el Reino Unido y está sujeto a un arancel del 10%, en comparación con el 2,5 % anterior. Unas cifras que pueden afectar de lleno a las exportaciones de la firma, que tuvo que parar sus envíos a Estados Unidos en abril.
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