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Principales razones por las que los perros pueden tener depresión

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Una de las principales claves para establecer una relación de amor y confianza con el perro es saber interpretar su lenguaje corporal. Es la forma que tiene de comunicarse con nosotros, así que debemos prestar especial atención a todos sus gestos. Cuando los perros tienen depresión, un trastorno cada vez más común, nos lo hacen saber con signos como: pérdida de apetito, somnolencia, pérdida de interés en las actividades diarias, agresividad, irritabilidad, aullidos o ladridos excesivos y sin motivo aparente…

A diferencia de los humanos, que tenemos un sistema de comportamiento complejo basado en costumbres, recuerdos y deseos, los perros responden a un sistema de impulsos mucho más sencillo, donde no existe la proyección de futuro. Además, su memoria funciona en el corto plazo.

De esta manera, hay dos cuestiones que para los canes son fundamentales en su vida: el sentimiento de pertenencia y la costumbre. Tal y como explican los veterinarios, la mayor parte de los problemas afectivos que sufren los perros están relacionados con un déficit en alguno de ellos.

Depresión en perros

Los canes no dudan en mostrarnos su predisposición a participar en cualquier actividad que les gusta. Sin embargo, cuando tienen depresión, su interés por aceptar los estímulos que les damos disminuye de forma significativa. Por lo tanto, podemos darnos cuenta de que a nuestra mascota le ocurre algo cuando no muestra interés por actividades que antes le apasionaban, como salir a dar un paseo o jugar con la pelota.

La apatía y la tristeza también son signos comunes, y en la mayoría de casos ambos desembocan en un estado de desorientación. Y es que, en el ADN de los perros hay costumbres innatas, como correr, jugar o estar acompañados.

Cuando los perros pasan mucho tiempo solos, no se trata únicamente de que echan de menos a las personas con las que conviven normalmente, sino que también sus relaciones sociales se ven limitadas. Necesitan estímulos, y no hay nada que les produzca mayor tristeza que la falta de compañía.

Otra de las razones que puede provocar depresión en los canes son los cambios bruscos en su rutina. Necesitan tener unas costumbres muy marcadas, con unos horarios concretos para salir a pasear, comer, dormir u jugar. Si por ejemplo bajamos a nuestra mascota a la calle cada día a una hora, estamos jugando con su salud y su bienestar. Cualquier tipo de cambio, por mínimo que sea, debe ser introducido de forma gradual.