Este material natural es «el oro del ártico» y solo se consigue a mano en una remota isla del Atlántico
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En la costa occidental de Islandia, un grupo reducido de agricultores dedica parte del verano a recolectar un producto singular, conocido como «el oro del ártico» que marcó la economía local durante siglos. Lo que pocos se imaginan, es que procede de un ave marina que habita en climas fríos y que desarrolló un plumaje especializado para resistir las temperaturas más bajas del planeta.
La recolección de este recurso no es un proceso industrial ni mecanizado. Todo se realiza de forma manual, con especial cuidado de no alterar el ciclo natural de la especie. Su rareza y propiedades térmicas lo han convertido en un bien escaso que solo un número limitado de personas logra adquirir.
¿A qué le llaman el oro del ártico y dónde se consigue?
El oro del ártico hace referencia al plumón del pato eider común (Somateria mollissima), un ave marina que anida en zonas costeras del Atlántico Norte. En Islandia, la obtención de este material se concentra en islas y bahías remotas, como la de Breidafjordur.
Las hembras de eider utilizan su propio plumaje para aislar los huevos durante la incubación. Cuando abandonan el nido, los recolectores extraen cuidadosamente las plumas sobrantes. Este proceso se realiza desde hace generaciones y está protegido por la legislación islandesa, que prohíbe la caza de estas aves o la extracción de sus huevos desde 1847.
Cada año, unos 400 granjeros islandeses participan en esta labor, que apenas produce unas cuatro toneladas anuales de plumón, una cifra insignificante si se compara con las 175.000 toneladas del comercio global de plumas de aves.
Así es el proceso de recolección y limpieza manual del oro del ártico
La obtención del oro del ártico es completamente artesanal. Para reunir un kilo de plumón de eider se necesitan alrededor de 60 nidos. Ese kilo puede transformarse en un edredón de lujo que pese entre 600 y 1.600 gramos.
El proceso comienza con una primera limpieza en el lugar de recolección, eliminando restos vegetales y suciedad. Después, el plumón se seca para evitar la formación de moho y se somete a un tratamiento térmico a 120 °C durante ocho horas para eliminar posibles microorganismos.
Posteriormente, una máquina separa las fibras más finas de las impurezas restantes. La etapa final es manual y requiere entre cuatro y cinco horas para limpiar a mano un solo kilo de material. Esta última fase es esencial para preservar la estructura del plumón y garantizar su calidad.
¿Por qué el plumón del eider es tan costoso?
Para justificar su valor, el plumón de eider posee características únicas:
- Aislamiento térmico excepcional: su estructura atrapa el aire, creando una barrera natural contra el frío.
- Ligereza: permite fabricar edredones y almohadas cómodos sin añadir peso excesivo.
- Durabilidad: mantiene sus propiedades aislantes durante décadas si se cuida adecuadamente.
- Adaptabilidad térmica: regula la temperatura, proporcionando confort tanto en ambientes fríos como moderadamente cálidos.
Otra particularidad es que no contiene plumas rígidas ni cañones, lo que lo hace extremadamente suave y compacto. Su capacidad de cohesión le permite permanecer uniforme dentro de las prendas, sin desplazarse ni apelmazarse con el uso.
Un mercado limitado y regulado: ¿Cuánto puede llegar a costar un plumón de eider?
El valor del oro del ártico está directamente ligado a su escasez y al trabajo que requiere su obtención. Un edredón de plumón de eider puede superar los 5.000 €, y su demanda proviene principalmente de mercados como Estados Unidos, Alemania y Japón.
En Islandia, las granjas que participan en esta actividad cuentan con medidas de protección para evitar que depredadores como gaviotas o zorros dañen los nidos.
El acuerdo tácito entre aves y recolectores ha permitido que la población de eiders se mantenga estable y que la actividad continúe siendo una fuente de ingresos para comunidades aisladas.
A pesar de su elevado precio, la producción sigue siendo limitada por decisión de las propias comunidades, que priorizan la sostenibilidad sobre la expansión comercial. Este enfoque ha permitido que el oro del ártico conserve su exclusividad y se mantenga como uno de los materiales naturales más codiciados en el sector textil de alta gama.
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