¿Cómo afectan los cambios de temperatura a tu caballo?
¿Qué buenos hábitos y pautas hay que tener en cuenta para tu caballo con los cambios de temperatura? Aquí te ofrecemos algunos buenos consejos.
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Los bruscos cambios de temperatura pueden resultar difíciles para los caballos que viven en el interior o en el exterior. La llegada de un viento polar seguido de un aumento en la temperatura o viceversa puede provocar en tu equino varias consecuencias como falta de apetito, poca ingesta de agua o dificultades para realizar ejercicio. Además, se ha comprobado que un caballo puede presentar ciertas enfermedades o cólicos si no se lo cuida adecuadamente en estas ocasiones.
Consecuencias que provoca el cambio de temperatura en el caballo
Beben menos
Con la llegada del frío, todo se congela y el agua del caballo se vuelve repentinamente fría, provocando que este animal no beba lo necesario. No olvidemos que la deshidratación es uno de los principales causantes de cólicos en caballos.
Falta de apetito
Los cambios de temperatura pueden provocar que los caballos sientan cierta incomodidad que los lleva a simplemente morder el heno, pero no masticarlo. La falta de fibras puede provocar problemas digestivos en el equino.
Falta de movilidad
Cuando los equinos tienen demasiado calor, les costará moverse con facilidad y es probable que se detenga más de lo habitual. Es fundamental que el caballo esté en movimiento para facilitar el trabajo intestinal, con siguiendo que los alimentos se muevan en el tracto digestivo.
¿Cómo ayudar a un caballo a superar las temperaturas bruscas?
Todos los caballos, cuando se produce un cambio extremo de temperatura, deben tener acceso a agua limpia. Darle sal es una buena opción si quieres que tu caballo sienta más sed.
Es esencial controlar en todo momento la ingesta de agua y alimentos en tu caballo, ya que una insuficiencia de estos podría provocarle malestares digestivos. Durante los meses más fríos puede que el abrigo natural de los equinos los lleve a no necesitar mantas. Aún así es importante mantenerlos en un refugio seco libre de nieve y charcos.
El ejercicio regular
Los caballos necesitan ejercitarse regularmente, esto no quiere decir que se lo deba montar. Cuando las temperaturas son demasiado bajas o elevadas es fundamental limitar el ejercicio riguroso. Después de montarlo, se lo debe enfriar de manera adecuada con el fin de evitar resfriados, secándolo con una manta. Además, se debe evitar que esté expuesto a corrientes de aire y su alimentación debe ser la adecuada.
Si bien los caballos jóvenes pueden no requerir de mantas, si puede resultar necesaria para aquellos que tienen muchos años, están enfermos o demasiado delgados. Con que la utilicen durante las horas más frías del día será más que suficiente, de esta manera el animal no perderá energías en mantener el calor de su cuerpo.
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