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Sorpresa en este conocido local de Malasaña: acaba de cerrar sus puertas y es definitivo

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Blanca Espada

La noche madrileña sufre una nueva pérdida, y los amantes de la música en directo no pueden evitar la nostalgia. Malasaña, el barrio que siempre ha sido un referente cultural y alternativo, está viendo cómo sus rincones más emblemáticos desaparecen. Ahora, la noticia del cierre de la sala BarCo deja a muchos sin palabras. Este espacio, que durante décadas había sido el epicentro de la escena musical en vivo, ha bajado la persiana de manera definitiva.

La sorpresa ha sido mayúscula para los fieles seguidores del local. Aunque los rumores circulaban desde hace meses, la confirmación oficial no llegó hasta hace unos días. Con un emotivo mensaje en redes sociales, la sala anunció su cierre con una sencilla pero contundente despedida: «Después de grandes conciertos, grandes jams, grandes momentos… la Sala BarCo cierra sus puertas». El pasado domingo 16 de marzo fue el último día en el que los asistentes pudieron disfrutar de su ambiente único. Los motivos del cierre no han sido comunicados de manera oficial, pero todo apunta a que la decisión estaba tomada desde hace tiempo. Según diversas fuentes, el local llevó meses en venta hasta que finalmente se concretó la operación. Su ubicación privilegiada y su licencia para sala de fiestas con salida de humos en una zona con regulaciones estrictas lo convirtieron en un activo muy valioso. Sin embargo, detrás de este cierre también se esconde una preocupación más profunda: la transformación del barrio.

El cierre de este conocido local de Malasaña

Desde su inauguración en 2004, la sala BarCo se había consolidado como un punto de encuentro para los amantes de la música en directo. Sus jam sessions y conciertos ofrecieron una plataforma para artistas emergentes y consagrados, convirtiéndolo en un referente dentro de la escena jazzística y alternativa de la capital.

Los asiduos al local destacan la diversidad de estilos musicales que podían disfrutarse allí, desde jazz y blues hasta funk y rock. El ambiente íntimo y acogedor de BarCo permitió a muchos vivir momentos inolvidables. No era solo un sitio para escuchar música, sino un lugar donde se respiraba arte y espontaneidad.

Sin embargo, la presión inmobiliaria y las restricciones impuestas en la zona han complicado la supervivencia de estos espacios culturales. La llegada masiva de viviendas turísticas y franquicias está cambiando el alma de Malasaña, desplazando a los locales independientes que dieron identidad al barrio durante años.

La venta del local y su futuro como restaurante

El destino del espacio que hasta ahora ocupaba BarCo ya está definido. Tras cerrarse la venta del inmueble, todo indica que pronto abrirá un nuevo restaurante. Este tipo de transformación se ha convertido en algo recurrente en la zona, donde los locales de ocio nocturno están siendo sustituidos por negocios de hostelería orientados a un público diferente.

El diario ABC confirmó que el propietario de BarCo llevaba tiempo intentando vender el espacio, y finalmente logró cerrar la operación. Con 220 metros cuadrados de superficie y una capacidad para 274 personas, el local representaba una inversión atractiva. Su ubicación en un área con restricciones de ruido y limitaciones para la apertura de nuevas salas de fiesta también influyó en su revalorización.

Los cambios en la normativa y las continuas inspecciones han hecho que muchos empresarios opten por desvincularse del ocio nocturno. Según ha denunciado DJ Moderno, uno de los habituales de la sala, la presión de la Policía y la normativa cada vez más estricta están ahogando a los locales más auténticos de Malasaña. «Da mucha pena que una sala así eche la persiana. Va en la línea de lo que está pasando con el barrio: viviendas turísticas, franquicias y un acoso constante a los negocios locales», lamentó.

El futuro de Malasaña: ¿qué queda de su esencia alternativa?

El cierre de BarCo no es un hecho aislado. En los últimos años, Malasaña ha sido testigo del adiós de numerosos locales emblemáticos. Lo que antaño fue un barrio de artistas, bohemios y creadores está dando paso a un distrito cada vez más enfocado al turismo de masas y a las grandes cadenas, algo que puede ser preocupante para vecinos y comerciantes dada la pérdida de identidad del barrio.

A medida que los alquileres suben y la regulación se endurece, los espacios culturales independientes encuentran cada vez más difícil mantenerse a flote. El resultado es un Malasaña que, aunque sigue atrayendo visitantes, está dejando atrás el espíritu rebelde y alternativo que lo caracterizó durante décadas.

El cierre de BarCo marca el fin de una era para la música en vivo en Madrid. Aunque el barrio sigue contando con otros espacios dedicados a la cultura, la desaparición de salas icónicas deja un vacío difícil de llenar. Los amantes de la música en directo lamentan la pérdida, pero también alertan de que, si no se protege el tejido cultural de la ciudad, este tipo de cierres seguirán ocurriendo con más frecuencia.

Con el adiós de BarCo, Madrid pierde mucho más que una simple sala de conciertos. Pierde un trozo de su historia musical, un refugio para artistas y un punto de encuentro para los que buscaban algo más que una simple noche de fiesta. Ahora solo queda la nostalgia y la esperanza de que nuevos espacios surjan para mantener viva la esencia cultural de la capital.

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