Brasil, más cerca que nunca: Iberia une Madrid con Recife y Fortaleza
Iberia celebra su 75 aniversario en el país sumando rutas, reforzando lazos culturales y apostando por la conectividad sostenible entre ambos lados del Atlántico.
Hace 75 años, un Douglas DC-4 despegaba de Madrid rumbo a Río de Janeiro. Aquel vuelo inaugural marcó el inicio de una relación duradera entre Iberia y Brasil, un puente aéreo que desde entonces ha unido culturas, economías y millones de historias a ambos lados del Atlántico.
Hoy, esa conexión histórica se renueva con más fuerza que nunca. La aerolínea española celebra su 75 aniversario de operación en Brasil con el anuncio de dos nuevos destinos: Recife y Fortaleza, ampliando así su red en el país y reforzando su papel como principal enlace aéreo entre Europa y Latinoamérica.
La apuesta no es casual. En un contexto de recuperación del turismo y expansión internacional, Brasil se ha convertido en uno de los mercados estratégicos para Iberia, tanto por su potencial turístico como por su creciente peso económico y cultural.
El nordeste brasileño, con su mezcla de playas, naturaleza, ritmo y tradición, será el nuevo punto de encuentro entre España y América Latina. Recife y Fortaleza se preparan así para recibir los colores de Iberia y abrir una nueva etapa de conectividad que refuerza una alianza de siete décadas y media y que sigue mirando al futuro.
Recife y Fortaleza: las nuevas joyas del nordeste brasileño
Hoy, São Paulo cuenta con dos vuelos diarios y Río de Janeiro mantiene entre cuatro y cinco frecuencias semanales, sumando más de 590.000 asientos anuales disponibles entre España y Brasil. Se trata de la mayor capacidad en la historia de Iberia en el país, lo que equivale a un incremento del 27% respecto a 2024. Con esta expansión, la aerolínea puede transportar cada día cerca de 1.300 pasajeros entre Madrid y São Paulo, es decir, tiene capacidad de transportar a casi 12.000 personas cada semana entre Brasil y Europa.
Más allá de cifras, el crecimiento refleja una visión clara: reforzar los lazos culturales, turísticos y económicos entre España y Brasil, ofreciendo nuevas oportunidades de conexión y desarrollo mutuo. “Estamos encantados de haber celebrado nuestro 75 aniversario en Brasil y, sobre todo, de hacerlo en un año en el que el país será uno de los principales protagonistas de nuestro crecimiento internacional”, explicaba Víctor Moneo, director global de Ventas de Iberia.
La historia que empezó en 1950 con un único avión y un puñado de pasajeros se ha transformado, tres cuartos de siglo después, en una red sólida que une a miles de personas, proyectos e ilusiones cada día. Y lo mejor, es que aún quedan muchos capítulos por escribir.
La gran apuesta de Iberia para la próxima temporada de invierno tiene nombre propio: Recife y Fortaleza, dos ciudades vibrantes del nordeste de Brasil que concentran buena parte del encanto, la alegría y la diversidad del país.
A partir del 13 de diciembre de 2025, Iberia estrenará los vuelos directos Madrid-Recife, con tres frecuencias semanales. Poco después, el 19 de enero de 2026, despegará el primer vuelo hacia Fortaleza, con tres frecuencias semanales. Ambas rutas serán operadas con los nuevos Airbus A321XLR, el modelo más moderno del mercado, con capacidad para 182 pasajeros y configurado en dos clases: Business y Turista.
Recife: la “Venecia brasileña”
Bañada por los ríos Capibaribe, Beberibe y Jordão, Recife es conocida como la “Venecia brasileña” por la gran cantidad de puentes y canales que la cruzan. Su carnaval está considerado uno de los más alegres y multitudinarios de Brasil, y su patrimonio histórico y arquitectónico refleja siglos de mestizaje cultural.
Es también un paraíso para los aficionados al buceo, con un parque submarino formado por más de 30 barcos naufragados, que convierten sus aguas en un museo bajo el mar. “Esta nueva conexión representa un paso fundamental para fortalecer los lazos entre Pernambuco, Recife y Europa”, señaló Priscila Krause, gobernadora en funciones del estado. “Al impulsar el turismo, generamos oportunidades que dinamizan la economía del Estado y permiten a los visitantes conocer nuestras tradiciones, bellezas naturales y la riqueza de nuestra cultura”.
El barrio histórico de Recife Antigo, con sus calles empedradas y fachadas restauradas, invita a perderse sin rumbo fijo. En la Plaza del Arsenal, los cafés y las galerías conviven con los músicos callejeros, mientras que el Museo Cais do Sertão y el Instituto Ricardo Brennand muestran el lado más artístico e histórico de la ciudad. Cada rincón respira cultura y hospitalidad, una mezcla que conquista a quien la visita.
Pero si Recife es el alma cultural del nordeste, su costa cercana es el verdadero paraíso. A poco más de una hora de carretera se encuentra Porto de Galinhas, uno de los destinos más espectaculares de Brasil. Sus playas, elegidas repetidamente entre las más bellas del país, parecen sacadas de una postal: aguas de un azul intenso, arrecifes que forman piscinas naturales, peces de colores y arena blanca que brilla al sol.
Aquí el tiempo se detiene. Los pescadores locales, con sus jangadas –pequeñas embarcaciones de vela–, llevan a los visitantes a recorrer las aguas tranquilas donde se mezclan la calma y el color. Es un lugar perfecto para bucear, hacer snorkel o, simplemente, disfrutar de un día sin reloj bajo una palmera. Al atardecer, los tonos dorados cubren la costa y los bares a pie de playa sirven caipirinhas y mariscos frescos mientras suena música en vivo.
Para quienes buscan una experiencia aún más exclusiva, Recife también es el punto de partida hacia Fernando de Noronha, un archipiélago paradisíaco declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Llegar allí implica tomar un vuelo adicional, pero la recompensa es inigualable. Sus playas, como Baía do Sancho –considerada una de las más bonitas del mundo– o Baía dos Porcos, ofrecen aguas cristalinas donde nadar junto a tortugas, delfines y peces tropicales.
Fernando de Noronha es sinónimo de naturaleza pura y conservación: el acceso está limitado para proteger su ecosistema, y cada visita se convierte en una experiencia íntima y casi espiritual. Allí no hay grandes complejos turísticos ni multitudes, solo silencio, brisa marina y un horizonte que parece infinito. Es el destino perfecto para quienes buscan desconectar y reconectar al mismo tiempo: con el océano, con la naturaleza y consigo mismos.
De este modo, Recife es el punto de partida hacia algunos de los paisajes más impresionantes del nordeste brasileño. Un lugar donde historia, arte y naturaleza se entrelazan para ofrecer una experiencia completa, auténtica y luminosa.
Fortaleza, la energía del nordeste
Pocos lugares representan tan bien el espíritu del nordeste como Fortaleza, capital del estado de Ceará. Sus playas –Iracema, Meireles y Do Futuro– son el corazón social de la isla, donde el ritmo de vida se marca al compás de la música local y del mar. A ellas se suman enclaves culturales como la Fortaleza de Nuestra Señora de la Asunción, el Palacio de la Luz y una gastronomía que combina tradición pesquera y sabores tropicales.
Fortaleza combina modernidad y tradición. En el Mercado Central o la Feirinha Beira Mar, los visitantes pueden encontrar desde artesanía local hasta dulces típicos de cajú o tapioca. En el Centro Dragão do Mar de Arte e Cultura, la escena artística y musical cobra vida cada noche, con conciertos al aire libre y exposiciones que celebran la creatividad brasileña. Todo aquí vibra: los colores, la música, la gente.
Pero más allá de su bullicio urbano, Fortaleza es también el punto de partida hacia algunos de los paisajes más impresionantes de Brasil. A unas seis horas por carretera, se encuentra Jericoacoara, conocida como “Jeri”, un paraíso escondido entre dunas doradas y lagunas de agua dulce. Llegar hasta allí es una aventura: el último tramo se recorre en vehículos todoterreno, atravesando un mar de arena que desemboca en un escenario de ensueño.
En Jericoacoara no hay calles asfaltadas ni grandes hoteles; el suelo es arena y el cielo está repleto de estrellas. Durante el día, los visitantes pueden practicar kitesurf, recorrer las dunas en buggy o bañarse en las lagunas cristalinas de Lagoa Azul y Lagoa do Paraíso, donde las hamacas flotan sobre el agua. Al caer la tarde, todos se reúnen en la Duna do Pôr do Sol para contemplar uno de los atardeceres más espectaculares del mundo, un ritual que se repite cada día con la misma emoción.
Fortaleza y sus alrededores representan la esencia del nordeste: una mezcla de naturaleza salvaje, calidez humana y alegría contagiosa. Aquí, cada momento se vive al ritmo del mar y de la música local.
Junto con Recife, la incorporación de estos destinos a la red de Iberia abre una nueva puerta al Brasil más auténtico, ese que combina historia, sabor y aventura. Desde las coloridas calles de Recife hasta las playas infinitas de Fortaleza y los paraísos naturales de Porto de Galinhas, Jericoacoara o Fernando de Noronha, cada viaje se convierte en una invitación a explorar el nordeste con los cinco sentidos.
Innovación y sostenibilidad en vuelo: el A321XLR, símbolo de una nueva era
Cada vez que un avión despega, no sólo une dos destinos: también refleja una forma de entender el futuro. En el caso de Iberia, ese futuro tiene nombre y modelo: el Airbus A321XLR, el avión más avanzado de su categoría y uno de los más sostenibles del mercado.
El Airbus A321XLR es un avión de fuselaje estrecho, capaz de volar hasta 7.500 kilómetros con un consumo hasta un 40 % menor que los modelos tradicionales, combina autonomía de largo radio con una experiencia de confort equiparable a la de los A350. Su nueva cabina Airspace y su configuración para 182 pasajeros refuerzan la apuesta por la innovación y el bienestar a bordo, mientras reduce de forma significativa las emisiones de CO₂.
Conexiones que impulsan turismo, cultura y desarrollo
Cada vuelo es algo más que una ruta en el mapa. Es una línea que une historias, economías y formas de entender el mundo. Con la apertura de Recife y Fortaleza, Iberia refuerza su papel como puente entre Europa y América Latina, conectando dos regiones unidas por la lengua, la cultura y una larga historia compartida.
Brasil es, desde hace décadas, uno de los mercados más importantes de Iberia en América del Sur. El país no sólo representa un destino turístico enorme atractivo, sino también una potencia económica y cultural en plena expansión.
Las nuevas rutas amplían el acceso de los viajeros europeos al nordeste brasileño –una región de naturaleza exuberante, cultura vibrante y gran potencial turístico–, al tiempo que facilitan la llegada de visitantes brasileños a España y al resto del continente. “Fortaleza y Recife son puertas de entrada a las bellezas y experiencias únicas de Brasil. Estamos ampliando el acceso de los turistas españoles al nordeste brasileño, que tiene playas de aguas cálidas, una gastronomía original y una cultura popular muy viva”, destaca Marcelo Freixo, presidente de Embratur / Visit Brasil.
El crecimiento de Iberia en Brasil va más allá del transporte aéreo. El impacto de las nuevas conexiones también será significativo en términos económicos y sociales. Supone una apuesta por la conectividad cultural y el desarrollo sostenible, capaz de generar beneficios mutuos en el turismo, el empleo y la economía. Gracias a su hub en Madrid, Iberia no sólo acerca Brasil a España, sino también a otros destinos europeos, de Oriente Medio y Asia, integrando al país sudamericano en una red global que sigue expandiéndose. Una red donde cada nuevo destino es una oportunidad de intercambio, descubrimiento y crecimiento compartido.
75 años conectando emociones, destinos y personas
Desde aquel primer Douglas DC-4 que aterrizó en Río de Janeiro en 1950 hasta los modernos A321XLR que pronto unirán Madrid con Recife y Fortaleza, Iberia ha tejido una historia de conexión entre España y Brasil que va mucho más allá de los aeropuertos.
Son 75 años uniendo personas, culturas, idiomas y oportunidades. Una relación que ha crecido con el tiempo, adaptándose a los cambios tecnológicos y a las nuevas formas de viajar, pero manteniendo intacto su propósito original: acercar el mundo.
Hoy, esa historia entra en una nueva etapa. Con cuatro rutas directas –São Paulo, Río de Janeiro, Recife y Fortaleza– y más de 590.000 asientos anuales, Iberia afronta el futuro con la misma vocación que la hizo pionera hace más de siete décadas: volar más lejos, de forma más sostenible y humana.
En esta nueva era, los destinos no son sólo lugares a los que llegar, sino puntos de encuentro donde se cruzan la innovación, la sostenibilidad y la emoción. Brasil, con su diversidad y vitalidad, se convierte en un símbolo perfecto de ese espíritu: el de una compañía que sigue mirando al otro lado del Atlántico con la misma ilusión que en su primer vuelo.
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