Investigación

La retirada de la acusación popular deja impune la corrupción de los Mossos en el ‘caso Macedonia’

La retirada de la acusación popular, que ejercía Manos Limpias, ha llevado al titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, a dictar el archivo del caso Macedonia, en el que estaban imputados cinco agentes de la Unidad Adscrita de los Mossos d’Esquadra, que dirigía el comisario Josep Lluís Trapero.

Según las fuentes consultadas por OKDIARIO, Manos Limpias carecía de recursos para seguir afrontando los costes de este proceso judicial. Tanto la Fiscalía como los letrados de la Generalitat habían pedido el archivo de la causa, por lo que, ante la retirada de la única acusación, al juez instructor no le ha quedado más remedio que archivar las actuaciones pese a la existencia de numerosos indicios delictivos.

Cinco agentes de la Unidad Adscrita de los Mossos, que actuaban bajo las órdenes directas de Josep Lluís Trapero, se enfrentaban a penas que suman hasta 19 años de cárcel por encubrir al presunto narco Manuel Gutiérrez Carbajo.

Estaban acusados de los presuntos delitos de revelación de secretos, obstrucción a la Justicia, omisión del deber de perseguir delitos, ocultación de documentación a autoridad judicial, falsedad en documento público y encubrimiento (o, alternativamente, tráfico de estupefacientes).

Tráfico de droga y armas

Como informó OKDIARIO, la instrucción de la causa reveló que el propio Trapero –que nunca llegó a ser imputado en este proceso– intercambió 224 llamadas telefónicas con el narcotraficante Manuel Gutiérrez Carbajo en un año. Y su número 2, el subinspector Antoni Salleras, lo hizo en 144 ocasiones. Estas comunicaciones se interrumpieron repentinamente, justo cuando el juez ordenó pinchar el teléfono de Carbajo.

A su vez, en un sólo año, Carbajo habló 1.553 veces por teléfono con un sujeto identificado como Mehmet Polat, al que la Policía Nacional investiga desde 2014 por su relación con una red dedicada al tráfico de armas “en colaboración con grupos terroristas“.

En el auto de transformación de la causa en procedimiento abreviado, el juez instructor Joaquín Aguirre señalaba que el comisario Trapero y el subinspector Antoni Salleras “estuvieron en continuo contacto con el jefe del grupo criminal dirigido por Manuel Gutiérrez Carbajo“, al que tenían encomendado investigar.

El equipo de Trapero también ocultó al juez los pinchazos telefónicos que dejaban en evidencia que varios mossos colaboraban con las actividades delictivas de Carbajo, por ejemplo facilitando a la banda información confidencial procedente de las bases de datos policiales o incluso dándole cobertura con un coche patrulla.

Varios agentes a sueldo del narco

De una de estas conversaciones se desprende que un subinspector de los Mossos cobraba de la banda 1.000 euros al mes por brindarle esta colaboración, e incluso intercedió para que un amigo del número 2 de Carbajo pudiera ingresar en la Policía autonómica.

El llamado caso Macedonia se había iniciado el 28 de mayo de 2009, cuando la Guardia Civil detuvo a un miembro de la banda de Carbajo, Juan Miguel Bono, en el momento en el que supuestamente recogía un alijo de 40 kilos de cocaína oculto en el maletero de un coche estacionado en Barcelona. Sin embargo, el análisis toxicológico reveló que sólo uno de los 29 paquetes interceptados contenía realmente cocaína. El resto estaban rellenos con yeso o azúcar.

Durante 14 meses de investigación, la Unidad Adscrita de los Mossos dirigida por Trapero se dedicó a desviar la atención del juez instructor, ocultando sistemáticamente las actividades delictivas de la banda de Carbajo. Finalmente, uno de los agentes reconoció ante el juez que su equipo sabía desde el principio lo que había ocurrido realmente: otro narcotraficante, David Donoso, había “estafado” al grupo de Carbajo: le había cobrado 600.000 euros por un supuesto alijo, pero le había dado el cambiazo y le había entregado yeso.

Según se desprende de la instrucción de la causa, la Unidad Adscrita de Trapero se había pasado más de un año engañando al juez y ocultándole estos hechos, para proteger a Carbajo. La verdad sólo salió a la luz cuando el magistrado requirió la intervención de la División de Asuntos Interior (DAI) de los Mossos d’Esquadra. Ahora, la retirada de la única acusación personada en la causa impedirá llegar a esclarecer estos hechos.