Trapero castigó a los agentes de Asuntos Internos que destaparon su amistad con el narco Carbajo

Trapero
Josep Lluís Trapero, Mayor de los Mossos d´Esquadra, con Puigdemont y Forcadell

Una de las primeras decisiones que el comisario Josep Lluís Trapero tomó tras asumir la dirección de los Mossos d’Esquadra fue defenestrar a la cúpula de la División de Asuntos Internos (DAI) que había destapado su amistad con el narco Manuel Gutiérrez Carbajo.

Trapero fue nombrado comisario en jefe de los Mossos en abril de 2013 por el entonces conseller de Interior Ramón Espadaler, hoy convertido en el fichaje estrella de Miquel Iceta en el PSC. Cuatro años después, en abril de 2017, fue ascendido a mayor del cuerpo por el conseller Jordi Jané mediante una oposición a la carta.

Puesto que el cargo de mayor de los Mossos d’Esquadra es vitalicio, la Generalitat de Carles Puigdemont blindó así al comisario que, tan sólo cinco meses después, debía dirigir a la Policía autonómica para facilitar la celebración del referéndum ilegal del 1-O.

Cataluña es la Comunidad autónoma con mayor número de procesados por delitos de corrupción: 303 enviados a juicio en 2016, según los datos oficiales del Consejo General de Poder Judicial (CGPJ). Y sin embargo, ni uno solo de estos casos de corrupción ha sido destapado por los Mossos d’Escuadra, cuya División de Investigación Criminal dirigía el propio Josep Lluís Trapero hasta 2013.

Los méritos de Trapero para ascender hasta la cúpula de los Mossos hay que encontrarlos, más bien, en las fotos de la fiesta privada celebrada en Cadaqués, en las que aparece tocando la guitarra junto a la plana mayor del independentismo: Carles Puigdemont, Joan Laporta, Pilar RaholaMarcela Topor y Alba Tous (propietaria de las joyerías Tous). Al final del guateque, todos, salvo Trapero, se fotografiaron exhibiendo una gran estelada.

Pero en esta trayectoria fulgurante, Josep Lluís Trapero necesitaba eliminar a unos testigos incómodos: los miembros de la División de Asuntos Internos (DAI) que habían puesto en evidencia su amistad con el narco Carbajo durante la instrucción del caso Macedonia.

Tras ser nombrado comisario en jefe, Trapero llevó a cabo una limpieza a fondo de la DAI, dispersó a sus principales responsables destinándolos a distintas comisarías y colocó al frente de la División a agentes de su absoluta confianza, que dede entonces han sido los encargados de vigilar la integridad de los miembros de la Policía autonómica.

Más de 200 llamadas a Carbajo en un año

Como ha informado OKDIARIO, el juez Joaquín Aguirre encargó en 2009 a la Unidad Adscrita de los Mossos que dirigía Josep Lluís Trapero investigar las actividades de Juan Miguel Bono, uno de los hombres de confianza del narcotraficante Manuel Gutiérrez Carbajo.

Sin embargo, pasaban los meses y la investigación no avanzaba: la Unidad Adscrita de Trapero se limitaba a enviar al juez transcripciones de los pinchazos telefónicos absolutamente triviales. Cuando al magistrado se le agotó la paciencia, puso el caso en manos de la División de Asuntos Internos (DAI).

Sólo entonces se descubrió que, en apenas un año, el comisario Josep Lluís Trapero había intercambiado 224 llamadas telefónicas con el narco al que debía investigar: Manuel Gutiérrez Carbajo. Este tráfico de llamadas se interrumpió en el mismo momento en que el juez Aguirre ordenó pinchar los teléfonos de Carbajo. En un informe desvelado en exclusiva por OKDIARIO, la División de Asuntos Internos (DAI) hizo constar que Trapero y Carbajo mantenían «una relación de amistad».

Imputado en la Audiencia Nacional

El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, mantiene imputados al subinspector Antoni Salleras (que era el número dos de Trapero en la Unidad Adscrita) y a otros cuatro agentes de los Mossos d’Esquadra. En su auto de imputación, el magistrado deja claro que los miembros del equipo de Trapero le engañaron para proteger a la banda del narco Carbajo.

Y apunta que el número 2 de Trapero, Antoni Salleras, pudo ser quien avisó al narcotraficante de que le estaba investigando un juez, para que tomara precauciones. El equipo de Trapero había estado enviando al juez transcripciones de conversaciones intrascendentes, mientras le ocultaba las llamadas telefónicas que dejaban en evidencia que Carbajo se dedicaba al tráfico de cocaína a gran escala.

Y todo ello también podría explicar los motivos del ascenso de Trapero en la maquinaria independentista de la Generalitat: el comisario que engañó al juez para proteger a un narcotraficante, era también el más adecuado para engañar al magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que ordenó a los Mossos d’Esquadra impedir la celebración del referéndum ilegal del 1-O.

Josep Lluís Trapero está imputado ahora por sedición en la causa que instruye la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, por utilizar a los Mossos d’Esquadra para facilitar la celebración del referéndum de independencia.

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