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Iglesias y Montero escolarizan a sus 3 hijos en un centro privado de Las Rozas por 1.500 € mensuales

Los dirigentes izquierdistas matriculan a sus hijos en un colegio privado de Las Rozas tras defender la pública

El ex vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y la ex ministra de Igualdad Irene Montero han matriculado a sus tres hijos en un colegio privado ubicado en una exclusiva urbanización de Las Rozas, por el que abonan aproximadamente 500 euros mensuales por cada alumno. Esta decisión, que ha podido confirmar OKDIARIO, ha generado gran sorpresa al contrastar con el histórico discurso de ambos políticos en defensa de la escuela pública.

Esta semana, coincidiendo con el inicio del curso escolar 2025-2026, varios padres han presenciado cómo Irene Montero llevaba a sus hijos al centro educativo elitista. Por la tarde, Pablo Iglesias ha sido visto recogiendo a los menores a la salida del colegio. El ex dirigente de Podemos llevaba a uno de sus pequeños subidos a hombros.

La estampa ha causado estupefacción entre algunos progenitores que no esperaban encontrarse con dos ex referentes de la izquierda española en las puertas de un centro privado. La cuota mensual del colegio asciende a los 500 euros por alumno, lo que supone una inversión anual de aproximadamente 15.000 euros para la familia completa de septiembre a junio.

El colegio se define como un «centro privado, laico e independiente, gestionado por una cooperativa de docentes con más de 40 años de experiencia». Según su página web institucional, se presenta como un colegio «pequeño, cercano y centrado en el bienestar del alumno, donde la comunidad educativa (profesores, familias y alumnos) participa activamente».

El centro educativo cuenta con 30 profesores y mantiene una ratio de 24 alumnos por docente. Su metodología pedagógica se basa en «el aprendizaje significativo adaptado a cada alumno» y, en la etapa de Educación Infantil, desarrolla el trabajo por proyectos.

La institución educativa presume de una tasa de graduación del 100% y ha escolarizado a lo largo de sus cuatro décadas de funcionamiento a más de 7.500 estudiantes. Se encuentra enclavada en un entorno privilegiado de Las Rozas.

Esta elección educativa contrasta frontalmente con las declaraciones públicas que Pablo Iglesias ha realizado durante años sobre la educación privada. El ex líder de Podemos llegó a afirmar que «la educación privada no está pensada para que vaya todo el mundo, está pensada para una minoría que se lo puede permitir». Atrás ha dejado el colegio público La Navata que les llevó a mudarse a Galapagar donde compraron el célebre casoplón que desveló en exclusiva OKDIARIO popularmente conocido como Villa Tinaja por la tinaja gigante que hay en la piscina.

Defensor de la escuela pública

En múltiples intervenciones, Iglesias ha descrito la educación privada como «un mecanismo de segregación social, donde las familias con más recursos se separan del resto».

La incongruencia entre el discurso político y la decisión personal ha generado un considerable revuelo en la zona, donde no se habla de otra cosa. En Las Rozas gobierna el Partido Popular por mayoría absoluta. Es por ello que ha extrañado que los Iglesias Montero hayan decidido llevar a sus hijos a un feudo de Isabel Díaz Ayuso.

Esta situación recuerda a otros casos similares de políticos de izquierda que, tras defender férreamente la escuela pública, han optado por la educación privada para sus descendientes. Multitud de ministros socialistas también han caído en la misma incoherencia.

La elección del centro educativo en Las Rozas, además, en una zona tradicionalmente habitada por familias de alto poder adquisitivo, añade un componente adicional a la polémica. El enclave constituye una de las urbanizaciones más exclusivas del noroeste de Madrid, donde el precio de la vivienda supera considerablemente la media regional.

Pablo Iglesias, que recientemente ha reabierto la taberna Garibaldi tras una campaña de micromecenazgo que recaudó más de 140.000 euros, ha definido este local como un «bastión de libertad del proletariado». La incongruencia entre esta retórica populista y la escolarización de sus hijos en un centro privado de élite evidencia una flagrante disonancia entre discurso y praxis personal.

Los protagonistas, por ahora, no han realizado declaraciones públicas para explicar los motivos de esta decisión educativa, que marca un punto de inflexión en su coherencia ideológica y plantea serios interrogantes sobre la credibilidad de su compromiso con la educación pública que tanto han pregonado desde las tribunas políticas.