El director de la Policía concede la Cruz del «Valor» al jefe de personal, amigo suyo

Germán López Iglesias
El director general de la Policía, Germán López Iglesias (i), durante los actos programados para celebrar el Día de la Policía. Foto: EFE
Manuel Cerdán

El escándalo de la concesión de medallas pensionadas sigue levantando polémica en el seno del Ministerio del Interior. El último gesto de nepotismo, según fuentes sindicales, ha sido la entrega de la Medalla de Plata al Mérito Policial al comisario Eusebio Escribano, que hasta su jubilación hace unas semanas figuraba en el staff de la Dirección de la Policía como director de Personal.

El director de la Policía, Germán López Iglesias, le ha concedido la Cruz de Plata, la máxima condecoración del CNP, que está pensionada con el 15% del salario. Además, una vez jubilado, lo ha recolocado de asesor en la Dirección General.

Escribano, licenciado en Derecho y nacido en Alcollarín (Caceres), fue jefe Superior de Policía de Extremadura en 2003, con sede en Badajoz, en donde conoció al director de la Policía, López Iglesias, que llegó a Interior de la mano del actual ministro Juan Ignacio Zoido.

El actual director de la Policía coincidió profesionalmente en Badajoz con Escribano durante su etapa de concejal responsable de Policía Urbana, Tráfico y Turismo. Años después fue nombrado responsable de la Delegación del Gobierno en Extremadura, donde ya había sido jefe de Gabinete. Desde entonces le une una estrecha relación con Escribano, a quien ha premiado desde la Dirección de la Policía.

Falta de criterio en la ‘medallitis’ 

Los sindicatos de la Policía vienen quejándose de la falta de criterio en la concesión de las medallas. La más apreciada, la de Plata -la de Oro nadie la quiere pues se concede a título póstumo- está reservada para profesionales con una trayectoria operativa brillante y no para policías que han trabajado toda su vida en tareas burocráticas, como es el caso de Escribano.

El agravio es toda una realidad cuando se compara con los casos de otros históricos de la Policía que también se jubilaron el año pasado y no fueron premiados con el mismo galardón. Emilio Baos, comisario general de Extranjería y caballero de la Legión de Honor francesa, y José Santiago Sánchez Aparicio, conocido en el Cuerpo como Chati, comisario general de Policía Judicial, percibieron la Medalla con distintivo rojo, también pensionada pero de menor valor que la Cruz de Plata.

En la edición de 2017, donde se repartieron 360 condecoraciones, Escribano tuvo el honor de recibir la única Cruz de Plata que se concedía. Se la colocó el ministro Zoido el pasado el 28 de septiembre durante la celebración del Día de los Santos Ángeles Custodios, patrón de la Policía, en la Plaza Alta de Badajoz.

Escribano en el momento de su jubilación ocupaba el cargo de jefe de la División de Personal, cargo para el que fue nombrado en 2013 por Ignacio Coisidó, el director de la Policía nombrado por el primer Gobierno de Mariano Rajoy. Antes había ocupado el cargo de jefe de la Unidad de Gestión. Poseía una dilatada experiencia en los despachos policiales, de ahí que algunos de sus compañeros le apoden El Plumilla. Fue jefe de Planificación y Recursos Humanos, jefe de Servicio del Instituto de Estudios de la Policía y responsable de la Unidad de Planificación en la Dirección Adjunta Operativa. Todo un historial de cargos burocrático que no cuadra con los parámetros de una Medalla de Plata.

“Tiene gracia que sólo se conceda una Cruz de Plata y recaiga en un burócrata de la Dirección de la Policía. ¿Y los méritos?”, se queja un sindicalista del Cuerpo.

Efectivamente, el premiado nunca ha ostentado ningún cargo de dirección operativa de la Policía ni ha participado en investigaciones o misiones de vital trascendencia.

Los policías ponen como ejemplo la concesión de la Medalla de Plata al Mérito Policial en 2013 a José Manuel Pardo Souto, un agente herido de gravedad durante el traslado de un detenido a las dependencias policiales de Lugo.

Premio para patrotismo y entrega

¿Y cuáles son los méritos que debe reunir un funcionario policial para obtener la Cruz de Plata?. Las causas para la concesión de este tipo de medallas están recogidas en la orden ministerial 5/1964 de 29 de abril que corrige la ley de 1945, año en el que se creó la Medalla al Mérito Policial. El espíritu de la ley queda acreditado: “Premiar a quienes observen las virtudes de patriotismo, lealtad y entrega al servicio en el más alto grado, y que, al mismo tiempo, fomente la interior satisfacción y estímulo en todos los funcionarios de la Policía Gubernativa”.

Los requisitos para la obtención de la Cruz de Plata son: “Dirigir o realizar un servicio de trascendental importancia con prestigio para el Cuerpo y con manifestación de excepcionales cualidades; actuación ejemplar con destacado valor, capacidad o eficacia reiterada en el cumplimiento de importantes servicios con prestigio para el Cuerpo y, en general, hechos análogos que aún sin ajustarse por completo a las exigencias anteriores, lo merezcan por méritos extraordinarios”.

El mayoritario Sindicato Unificado de Policía (SUP) publicó en octubre de 2016 un informe en el que se desvelaba que estas condecoraciones con recompensa económica llegaban al 7,26% de los comisarios, al 1,56% de los integrantes de la escala ejecutiva, pero sólo al 0,45% y el 0,07% de los miembros de las escalas de subinspección y básica.

El récord de medallitis lo tiene el ex ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba que, en 2010, llegó a entregar 3.532 medallas.

Fuentes de Interior aseguraron así mismo las intenciones del director de la Policía de conceder la Medalla de Plata al Mérito Policial a Florentino Villabona, el último DAO de la Policía, cuando se jubile a finales de noviembre. Villabona fue otro de los policías promocionado desde la Dirección General.

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