Investigación
CASO MAJESTAD

Corinna denunció en 2018 ante la Casa del Rey el acoso que sufría por parte del CNI

  • Manuel Cerdán y M.A. Ruiz Coll

Corinna zu Sayn-Wittgenstein denunció en 2018 ante la Casa del Rey y la Embajada de España en Londres, sin obtener ninguna respuesta, el acoso sistemático que venía sufriendo por parte del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que en aquel momento dirigía el general Félix Sanz Roldán.

En un comunicado dirigido a la redacción de OKDIARIO, el abogado de Corinna, Robin Rathmell, ha explicado que “desde 2018 hemos intentado en repetidas ocasiones comunicarnos a través de los canales diplomáticos apropiados, la Embajada de España en Londres y la Casa Real incluida, sobre la campaña de abuso que se ha estado librado contra nuestra cliente durante ocho años. Se hizo caso omiso de los graves asuntos que comunicamos en detalle y en ningún momento se reconoció –ni mucho menos se tomó medida alguna para remediar– tal abuso, que ha continuado hasta hoy”.

Apenas un mes antes de la cacería de Botswana, Don Juan Carlos presentó a Corinna al general Félix Sanz Roldán en el chalé de La Angorrilla de El Pardo, donde la princesa alemana residía por decisión del monarca. El Rey emérito organizó un almuerzo en el que presentó a Corinna como «mi novia», con el fin de que el director del CNI se comprometiera a darle protección, como ha informado OKDIARIO.

Sin embargo, todo cambió cuando la relación entre Juan Carlos I y Corinna salió a la luz, a causa del accidente de Botswana. Félix Sanz Roldán acudió a ver a Corinna en una suite del hotel Connaught de Londres en junio de 2012, para instarle a romper por completo su relación con el monarca, ya que “podía comprometer la seguridad nacional”.

El CNI puso entonces en marcha la Operación Mónaco: Sanz Roldán ofreció a Corinna los servicios de la agencia de seguridad Algiz Security, pagados con los fondos reservados de los servicios secretos españoles, supuestamente para darle protección y mantenerla apartada de los paparazzi.

Al regresar de un viaje, Corinna descubrió a los agentes de Algiz Security  inspeccionando los ordenadores y archivos de sus oficinas situadas en Mónaco. Entonces descubrió que el objetivo real de Sanz Roldan era apoderarse de todos los documentos comprometedores que la princesa germana pudiera conservar sobre su relación con el Rey emérito.

A partir de ese momento, Corinna recibió todo tipo de amenazas apenas veladas. En la primavera de 2012, encontró sobre la mesa del salón de su residencia de Mónaco un libro sobre la muerte de Lady Di con la siguiente dedicatoria: “Entre Niza y Mónaco hay muchos túneles”.