Investigación
ESPIONAJE A SU MAJESTAD (VI). LAS PRUEBAS DEFINITIVAS

El CNI también grabó en su chalé la cita íntima del Rey y una amiga con la que sólo hablaba en inglés

Existe otra grabación, de la que OKDIARIO ha tenido conocimiento, en la que Don Juan Carlos permanece en Sextante con una acompañante que sólo habla en inglés. La grabación habría sido registrada a lo largo de 1993, como la que ayer destapó este periódico y que también cayó en manos de los agentes del director del CESID –el actual CNI.

La cinta demuestra que Su Majestad fue expuesto una vez más a un riesgo innecesario y que las medidas de protección adoptadas por el CESID en torno al jefe del Estado eran una verdadera chapuza. Los servicios secretos pagaban con fondos reservados el nido de amor de S.M pero no garantizaban su seguridad. En aquellos encuentros el Rey pudo ser objeto de cualquier acción violenta.

La cinta fue registrada meses después de que el entonces jefe del Estado participara en 1992 en un documental realizado por la periodista inglesa Selina Scott, titulado A year in Spain. A ese trabajo periodístico se opuso todo el equipo de S.M en la Zarzuela, pero el Rey se empeñó y salió adelante. Entonces, se llegó comentar que Don Juan Carlos había establecido una relación de estrecha amistad con Selina Scott. Sabino Fernández Campo, que se enfrentó con energía desde el primer momento a algunas de las pretensiones para el reportaje de la reportera británica, sufrió meses después el castigo del Rey, apartándolo de la Zarzuela.

La británica abandonó más tarde la profesión periodística y montó un negocio de venta de calcetines y de otros complementos de moda por internet, con el que alcanzó un éxito comercial.

Como la otra cinta la grabación carece de calidad. La posición de las cámaras y los micrófonos en el interior del altillo del armario empotrado del dormitorio principal del chalé de Sextante, donde suelen guardarse las maletas o mantas de invierno, no garantizaba a los espías del CESID una nítida grabación.

Esa es la causa por la que la grabación de la cinta fuera de escasa calidad. El objetivo estaba colocado en un minúsculo orificio, que había sido taladrado en la puerta del armario, y el micrófono del registro de sonido estaba incorporado en la cámara. Los mismos agentes de Manglano se encargaban revisar las baterías y de retirar y sustituir las cintas de manera periódica, pero los dispositivos permanecían en el mismo sitio.

El chalé fue alquilado por uno de los espías de la AOME, conocido por su nombre de guerra de Moreno, que estampó su firma en el contrato bajo una identidad falsa. Por lo general los agentes de los servicios secretos disponían de una doble documentación. Este agente transfería así mismo el dinero del alquiler a una cuenta del arrendatario JM.S.T del Banco Exterior de España de la calle Urquijo. Los fondos procedían de los fondos reservados.

La dirección del CESID consideró siempre la base Sextante como el lugar más seguro para Su Majestad, pero no sólo estaba equivocada sino que erró en sus planteamientos de seguridad. El hecho de que sólo fuera conocido por una decena de personas y de que estuviera calificado como un lugar de máximo secreto, no era una garantía de seguridad para las idas y venidas del monarca.

La falta de control, para no levantar la suspicacia del vecindario de Aravaca, fue lo que propició que agentes del CESID, ajenos al operativo del chalé, pudieran acceder a la vivienda y colocar equipos de grabación de audio y vídeo en las dependencias que solía ocupar el Rey. La operación «Aneto-Pirámide-Torre» resultó finalmente toda una chapuza, que propició las grabaciones al jefe del Estado, como demuestra la grabación que publicó ayer OKDIARIO. Los operativos hostiles lograron entrar y salir del chalé cuantas veces quisieron sin ser detectados.

Se desconoce el paradero actual de la grabación y si el general Manglano, entonces director del CESID, pudo recuperar la cinta y retirarla de la circulación.