Investigación de Asuntos Internos y Anticorrupción

Villarejo incumplió la orden de destruir los ‘recibís’ de los 48.000 € de fondos reservados cobrados por el chófer de Bárcenas

Villarejo
El chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, y el comisario José Villarejo.

El ex comisario José Villarejo no cumplió la orden de sus superiores de destruir los «recibís» firmados por Sergio Ríos, el chófer de Bárcenas, y ese enorme desliz ha colocado a toda la cúpula de Interior de la época del ministro Jorge Fernández Díaz en una situación judicial muy comprometida, según ha podido saber OKDIARIO fuentes judiciales.

Villarejo guardaba en su domicilio de Boadilla del Monte documentos sensibles relacionados con la ‘operación Cuisine’, montada desde la Dirección General de la Policía para recuperar los papeles de Bárcenas que afectaban a Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y Javier Arenas.

Quienes conocen a Villarejo señalan que, conservando ese material, el ex comisario pretendía blindar sus actuaciones policiales como agente encubierto e infiltrado en asuntos que, como la ‘operación Cuisine’, se desarrollaban al margen del control de los jueces.

Tareas de penetración en Gürtel y otras operaciones reservadas

En su «Historial Profesional» desvelado por OKDIARIO, que Villarejo depositó en marzo de 2015 en la Dirección General de la Policía, siendo entonces su director el actual portavoz del Senado del PP, Ignacio Cosidó, destacaba su participación en “tareas de penetración e inteligencia durante varios meses en Operación Gürtel” e “intervención en otras operaciones actualmente activas de naturaleza reservada”.

Con la documentación intervenida, relacionada con unas pesquisas policiales catalogadas de “secretas”, que el staff del Ministerio del Interior consideraba que había pasado por la trituradora, los agentes de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) y la Fiscalía Anticorrupción han podido evidenciar que el chófer de Bárcenas fue sobornado con dinero de los fondos reservados, como desveló OKDIARIO.

La UAI de la Policía, además de intervenir en el domicilio de Villarejo las pruebas de los pagos al conductor del ex tesorero del PP, encontró una serie de cintas y pendrives con la grabación de las conversaciones de Villarejo con el también comisario Enrique García Castaño. En estos registros, los dos altos cargos policiales, coordinadores del operativo contra Bárcenas, hablan sin tapujos de la ‘operación Cuisine’ contra el ex tesorero del PP.

Los «recibís» conservados por Villarejo constatan también que el chófer de Bárcenas cobraba todos los meses 2.000 € del dinero destinado a la lucha antiterrorista y al crimen organizado, cantidad que había pactado con la Policía para realizar su función de infiltrado entre el primer trimestre de 2013 y el verano del 2014.

Durante todo ese tiempo sólo pudo espiar directamente al ex tesorero del PP hasta el 27 de junio de 2013, fecha en la que el juez ordenó su ingreso en la prisión madrileña de Soto del Real. El resto del tiempo se dedicó a facilitar a Villarejo y García Castaño los movimientos de Rosalía Iglesias, la esposa de Bárcenas, y de su hijo Guillermo, el cantante del grupo musical Taburete.

Operación extrajudicial

Según fuentes de la investigación, la UAI dispone también de una parte de los informes que realizaban a diario los jefes de los grupos del Área Especial de Seguimiento (AES) de la Comisaría General de Información para comunicar los movimientos de la familia Bárcenas. El receptor final de los partes policiales era el jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), García Castaño.

Los 80 policías de la AES, entre agentes de campo y jefes, que participaron en los seguimientos a Bárcenas, fueron instruidos previamente para que no dejaran rastro de su trabajo. En todo momento fueron informados por sus superiores, entre otros por el coordinador de la operación, el comisario García Castaño, de que aquel trabajo era «extrajudicial» y que, por tanto, toda la documentación debía ser destruida.

Sin embargo, según fuentes de Asuntos Internos, todo el material policial del control a los Bárcenas nunca fue destruido y está en poder de García Castaño. Al igual que la documentación recuperada del ex tesorero del PP.

A pesar del celo policial en los seguimientos a la familia Bárcenas, el hijo del ex tesorero del PP, el cantante Guillermo, detectó cómo unos motoristas lo controlaban mientras repostaba combustible en una gasolinera. Informó del incidente a su padre, quien así mismo le reconoció sus sospechas. Días antes había descubierto cómo el portero de uno de los inmuebles próximo a su domicilio lo fotografiaba cuando salía de su portal.

La observación de Bárcenas constata la información desvelada por OKDIARIO sobre la existencia de un portero entre el grupo de topos contratado por el ex comisario Villarejo.

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