Uribe, el ex procurador Ordóñez y 8.000 colombianos marchan en Cartagena contra el pacto Santos-FARC

Son más de 8.000 personas en una cadena humana que reivindica la «democracia y el respeto a las instituciones colombianas» y que critica que «el carísimo show de Santos» se celebre antes de que Colombia vote en plebiscito. El ex presidente Álvaro Uribe y el ex procurador general de la nación Alejandro Ordóñez lideran este lunes una cadena humana que rodea la ciudad de Cartagena de Indias en el día en el que Juan Manuel Santos ha convocado a 15 mandatarios latinoamericanos y otros altos representantes mundiales para solemnizar la firma del acuerdo alcanzado con las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El hoy senador Álvaro Uribe, líder del Centro Democrático (CD) y Alejandro Ordóñez, hasta hace 15 días tercera autoridad del país –hasta que fue depuesto por el Consejo de Estado amparándose en un artículo añadido a la Constitución dos años después de su reelección–se han subido a una camioneta para arengar a quienes quieren una renegociación de los acuerdos con los narcoterroristas.

También estaba presente la senadora Paloma Valencia, quien ha declarado que la firma del acuerdo es una «renuncia» del Gobierno en su deber de administrar justicia. «El día de hoy también hay una Colombia que se resiste, una Colombia que sueña con un país justo, que no admite que la ley se la pasen por la faja y que quiere que Colombia tenga un destino como se lo merece», ha añadido Valencia.

«¿Bin Laden presidente?»

«El mundo democrático no permitiría en Estados Unidos, ni en Francia, ni en Bélgica, ni en Chile que Bin Laden o Abigael Guzmán en el Perú o los del ISIS [Estado Islámico] pudieran ser presidentes de democracias», ha reprochado Uribe. «¿Por qué aquí tenemos que permitir que los que han secuestrado a 11.700 niños, violado a 6.800 mujeres puedan ser elegibles?», ha argumentado.

Un mensaje a Castro, a Maduro, a las Farc y a Santos: en Colombia no prosperarán. #EnCartagenaDecimosNo pic.twitter.com/xNrRVwJw3D

— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) September 26, 2016

En su defensa del NO, Uribe ha asegurado que ellos quieren el sí, «el ‘Sí’ a la paz y el ‘No’ a los acuerdos, ya que los acuerdos no generan paz sino reproducción de la violencia». «El mal ejemplo reproduce el crimen. La falta de perdón y arrepentimiento no crea condiciones de reconciliación», ha apostillado.

Además, en su empeño en argumentar su postura, ha explicado que «las FARC, el tercer grupo terrorista más rico del mundo no entrega su dinero, no se arrepiente, no pide perdón, justifica los crímenes», ha reprochado.

Uribe ha denunciado además la relación de las FARC con el régimen cubano. «Castro fue promotor de las FARC hasta que llenas de dinero por el narcotráfico, ya no lo necesitó. Un mensaje a Castro, un mensaje a Maduro, un mensaje a las FARC y a Santos: en colombia no prosperarán», ha proclamado.

Otra de las críticas vertidas por Uribe este lunes ha sido el enorme gasto que supondrá la celebración de esta ceremonia de Cartagena. «Hay una recocha de derroche [un gasto a la ligera] al estilo show del presidente Santos», ha lamentado, agregando que las autoridades «se gastan un platal de los contribuyentes colombianos».

Así, el ex presidente, que ha abogado por el NO en el referéndum sobre el acuerdo de paz, ha recalcado que «el Gobierno no permitió que hubiera publicidad con recursos oficiales para el NO». Uribe reclama que haya un debate público para poder argumentar frente al presidente sus razones para pedir un voto negativo en el plebiscito del próximo domingo 2 de octubre. «Un presidente que no da debate se lo quiere ganar de show y de presión», ha remachado Uribe.

Ordóñez y el líder del CD reclaman que se reoriente la negociación: «No queremos que se dinamiten los acuerdos, sino que se evite una paz que no es tal, sino una invitación a nuevas violencias, una falta de respeto a las víctimas ya las Fuerzas del Orden y, además, una invitación al castrochavismo para que hagan de Colombia una nueva sucursal del llamado ‘socialismo del siglo XXI’».