El primer ministro belga pide a sus ministros no hablar de Cataluña para no desestabilizar su gobierno

Fraude fiscal
Charles Michel, primer ministro de Bélgica.

El primer ministro de Bélgica, Charles Michel, ha pedido a los miembros de su Ejecutivo que se abstengan de comentar la situación política en Cataluña, por temor a que las declaraciones enfrentadas entre los distintos partidos que forman su Gobierno desestabilice la coalición, según el diario belga Le Soir.

El primer ministro, miembro del partido liberal francófono (MR) ha trasladado un «mensaje a sus principales ministros para implorarles que no hagan comentarios» sobre la situación en Cataluña y que comuniquen la consigna al resto de ministros, según una fuente oficial citada por Le Soir.

El Gobierno de Michel se apoya en una coalición de cuatro partidos, entre ellos el nacionalista flamenco N-VA, que sumó el mayor número de votos en las últimas elecciones generales, los liberales francófonos (MR) y los democristianos y los liberales flamencos.

La posición del Gobierno belga respecto al desafío independentista en Cataluña tensó las relaciones bilaterales con España después de que el propio Michel condenara la «violencia» de las cargas policiales durante el referéndum del 1 de octubre y que después planteara la posibilidad futura de una mediación de la UE entre Madrid y Barcelona.

Sin embargo, el episodio más crítico se produjo a finales de la semana pasada, cuando su secretario de Estado de Asilo e Inmigración, Theo Francken, abrió la puerta a la posibilidad de que el expresidente de la Generalitat Carles Puigedmont pidiera asilo político en Bélgica.

En ese caso, Michel llamó al orden a su secretario de Estado, del partido nacionalista flamenco N-VA, para dejar claro que tal posibilidad no estaba en la agenda de su Gobierno y también para pedir a Francken «no echar más leña al fuego» en esta crisis.

Otros ministros también miembros del N-VA, como el de Interior, Jan Jambon, y el de Justicia, Koen Geens, se han alineado con las demandas independentistas en Cataluña, otros como el viceprimer ministro Kris Peeters, flamenco democristiano, han afeado la estrategia de Puigdemont.

«No quiero prejuzgar nada, pero cuando se pide la independencia, más vale quedarse cerca de su pueblo», dijo Peeters en una entrevista con la cadena pública flamenca VRT el mismo martes en que el expresidente autonómico comparecía en una rueda de prensa en Bruselas.

Mientras, el líder del N-VA, Bart de Wever, alcalde de Amberes y el candidato con más votos en las elecciones de 2010, dijo hace dos días tener lazos «muy estrechos» con Puigdemont y que él nunca da «la espalda a un amigo» en problemas.

Wever reaccionó así a un comunicado difundido por Charles Michel coincidiendo con la presencia de Puigdemont en Bruselas, en el que el Gobierno federal aseguraba que no había terciado para facilitar el viaje del político catalán y que Puigdemont era un ciudadano europeo, «con los mismos derechos y obligaciones» que el resto.

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