El Gobierno del Kurdistán iraquí anuncia un referéndum de independencia para septiembre

Kurdistán
La ciudadela de Erbil (Kurdistán iraquí), el asentamiento humano poblado permanentemente más antiguo del mundo.

El Gobierno de la región del Kurdistán iraquí celebrará en septiembre un referéndum de independencia de Irak y el Parlamento kurdo volverá a abrir sus puertas dentro de un mes, según ha asegurado el vicepresidente del Parlamento, Jaafar Ibrahim.

La región kurda del norte de Irak ejerce prácticamente como un ente independiente desde la caída de Sadam Husein. La región, cuya capital es Erbil —el asentamiento humano poblado permanentemente más antiguo del mundo, desde el siglo XXIII antes de Cristo—, goza de las mejores tasas de desarrollo económico y de empleo del país, gracias a sus enormes reservas de petróleo.

Las relaciones entre el Kurdistán iraquí y el Ejecutivo central de Bagdad han sido tensas desde la caída del régimen de Sadam Husein. El acuerdo entre ambos gobiernos permite a Erbil gestionar sus propias relaciones exteriores y comercializar el petróleo a cambio de un porcentaje de sus ingresos que debe ingresar a Bagdad. Las discusiones sobre los montantes anuales de este pago han sido recurrentes en la última década.

Ibrahim, que pertenece al Partido Democrático del Kurdistán iraquí (PDK), ha asegurado que tras meses de reuniones y negociaciones entre los partidos kurdos, se ha llegado a la conclusión de que el Parlamento debe abrirse otra vez, según la agencia kurda de noticias Rudaw.

«Actualmente el clima es positivo», ha señalado Ibrahim. «Debemos llevar a cabo esfuerzos serios para reactivar el Parlamento. Creo que esto debe ser un esfuerzo colectivo», ha añadido.

En el referéndum podrán participar «todos los kurdos o cualquier persona del Kurdistán iraquí que viva dentro o fuera de Irak».

Movimiento por el Cambio, que es el segundo partido con más escaños en el Parlamento de Kurdistán, junto con la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), Unión Islámica y el Grupo Islámico de Kurdistán, están a favor del referéndum, pero debe tener una orden del Parlamento.

El pueblo kurdo por fin tendría un Estado

Los kurdos son un pueblo cuyas primeras manifestaciones datan del siglo X antes de Cristo. Actualmente, viven repartidos en cuatro estados de la región de Oriente Próximo: Turquía, Irán, Siria a Irak. Precisamente, estos dos últimos están sumidos en una guerra contra el terrorismo del autodenominado Estado Islámico, mezclado con otros grupos insurgentes y frentes cruzados de peleas sectarias entre suníe y chiíes. Al tiempo, tanto Turquía como Irán intervienen en ambos territorios para proteger sus intereses geoestratégicos.

En caso de convocarse, celebrarse y ganarse —esto se da casi por seguro, dados los intereses económicos de la región— este referéndum, sería la primera vez en la historia que el pueblo kurdo tendría un Estado que considerar su patria. Si bien las diferentes comunidades residentes en cada país no están del todo bien avenidas entre sí, podría cundir el ejemplo. La identidad kurda está muy arraigada, y de hecho sus comunidades a lo largo del mundo son muy activas a este respecto.

Teherán pretende salvaguardar la prevalencia chií en Irak, durante décadas gobernada por la minoría suní gracias a la dictadura de Sadam Husein y al interés de las grandes potencias mundiales por ejercer el contrapeso a la Revolución islámica de los ayatolás en 1979.

La minoría kurda en Irán vive sojuzgada y sin derechos como pueblo. Sus líderes, relacionados con el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PK) turco, son acallados mediante detenciones y torturas.

Ankara, por su parte, lucha por ser el país más influyente de la zona, gracias a su economía pujante, a su posición geográfica y a su alianza con Occidente. La deriva autoritaria e islamista de su presidente Recep Tayyip Erdogan dificulta esta misión, al tiempo que le apuntala en el poder. Turquía pone el foco públicamente contra el régimen de Bashar al Assad en Siria, pero tiene un especial interés en evitar que los kurdos de Siria logren una región autónoma como la que gozan los iraquíes… porque temen precisamente lo que los de Irak acaban de convocar: un referéndum de independencia.

Los cantones de Rojava, al norte de Siria, son actualmente autogestionados de facto por una suerte de democracia incipiente y multiétnica impulsada por la mayoría kurda. Erdogan no quiere que cunda el ejemplo, ya que Rojava es fronteriza con la región oriental de Turquía, poblada mayoritariamente por kurdos. Y éstos —defendiéndolos de manera bélica como el PKK o de manera pacífica en las instituciones— también tienen aspiraciones, cuando menos, autonómicas.

Por otro lado, Ankara está diseñando un nuevo mapa de alianzas: mientras mantiene una pata en la OTAN, acuerda con Rusia la utilización de su territorio para el paso del llamado Southstream, un gasoducto que permita a Moscú esquivar a Ucrania como único paso de sus hidrocarburos camino de Europa.

Así, el mero anuncio de la convocatoria de un referéndum de independencia del Kurdistán iraquí será un nuevo motivo para el desequilibrio en la región. No tanto porque al pueblo kurdo pueda negársele una vez más su derecho a la autodeterminación, sino porque los cuatro países con minorías de esta etnia no tienen ningún interés en abrir esta rendija, ocupados como están cada uno en otros frentes.

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