El número dos de Al Qaeda murió tiroteado en agosto por agentes israelíes en Irán, según EEUU
El número dos de Al Qaeda, Abdulá Ahmed Abdulá, más conocido como Abú Mohamad Al Masri, murió a tiros el pasado agosto en la capital iraní, Teherán, en una operación desarrollada por agentes israelíes bajo encargo de Estados Unidos, según han informado cuatro fuentes de los servicios de Inteligencia estadounidenses al diario The New York Times.
Junto a Al Masri murió su hija Miriam, a su vez viuda de Hamza bin Laden, el hijo del fallecido líder de Al Qaeda Osama bin Laden. Ambos fallecieron por los disparos efectuados por dos operativos desde una moto. La operación tuvo lugar concretamente el pasado 7 de agosto, fecha que coincide con el aniversario de los ataques a las embajadas estadounidenses de Kenia y Tanzania de 1998 en los que se cree que Al Masri participó.
Las fuentes de Inteligencia indicaron que Al Masri llevaba «bajo la custodia» de Irán desde 2003, pero que había estado viviendo libremente en el barrio de Pasdarán, en la capital iraní, durante los últimos cinco años, muy posiblemente bajo la identidad de Habib Daud, un profesor de historia libanés. Su hija también habría recibido una nueva identidad en con el nombre de Miryam, libanesa de 27 años.
De acuerdo con el relato de las fuentes, la operación tuvo lugar en torno a las 21.00, cuando Al Masri circulaba con su hija en un Renault blanco cerca de su casa. Dos hombres armados y en moto se detuvieron a su lado antes de realizar cinco disparos. Cuatro balas entraron por el lado del conductor, alcanzando a padre e hija, y una quinta impactó en un coche cercano.
El terrorista, de 58 años, fue parte del grupo fundador de Al Qaeda y se creía que era el número dos de la organización. También se encuentra en la lista de los más buscados por el FBI, ya que, oficialmente ni la organización terrorista, ni ningún Gobierno han reconocido su muerte.
Irán lo desmiente
La respuesta de Irán a la información del diario no se ha hecho esperar, y se trata de un rotundo desmentido del portavoz de Exteriores, Said Jatibazdeh. «Para eludir la responsabilidad por las actividades criminales de Al Qaeda y otros grupos, Washington y Tel Aviv intentan de vez en cuando establecer un vínculo con Irán mediante la falsificación y la filtración de información inventada a los medios de comunicación», ha hecho saber en rueda de prensa recogida por la agencia Tasnim.
«Aunque Estados Unidos nunca se ha ahorrado una acusación falsa contra la República Islámica de Irán, este enfoque se ha convertido en un modus operandi permanente en la actual administración estadounidense, ya que la Casa Blanca ha intentado hacer avances en la implementación de su iranofobia al repetir tales acusaciones», ha afirmado el portavoz.
«Tales acusaciones son, sin duda, parte de la guerra económica, de inteligencia y psicológica en toda regla contra el pueblo iraní, y los medios de comunicación no deberían actuar como una tribuna para difundir las intencionadas mentiras de la Casa Blanca sobre Irán», ha remachado.