Internacional
Venezuela

María Corina Machado retrata la represión de Maduro desde la clandestinidad: «Temo por mi vida»

Denuncia la "brutal represión" en Venezuela: "Han matado, encarcelado y realizado desapariciones forzosas"

Perseguida por el régimen chavista, María Corina Machado permanece en la clandestinidad, desde la que ha denunciado la represión que se está ejerciendo sobre los ciudadanos que han salido a las calles de Venezuela hartos de la narcodictadura de Nicolás Maduro, así como contra los periodistas y contra los líderes opositores: «Temo por mi vida». Antes incluso de que se celebrarán las elecciones presidenciales, Machado denunció también que le habían cortado los frenos del coche.

Después de que la oposición recopilara las actas que dejan en evidencia el pucherazo de Maduro en las elecciones, el narcodictador exigió que se arrestara al presidente electo según dichas actas, Edmundo González, y a María Corina Machado. Contra ella, de hecho, los tribunales de Caracas emitieron una orden de arresto que motivó que Costa Rica le ofreciera un asilo político que ella rechazó. «De 15 a 30 años por criminales», reclamó Maduro.

«Escribo esto desde la clandestinidad, temiendo por mi vida, mi libertad y la de mis compatriotas bajo la dictadura de Nicolás Maduro», ha escrito la líder opositora en una carta difundida por The Wall Street Journal.

Machado ha subrayado nuevamente el fraude electoral de Nicolás Maduro, que «perdió de manera aplastante» con sólo un 30% de los votos frente a los casi 70% que logró Edmundo González, algo que puede demostrar porque tiene las actas de más del 80% de los centros de votación, ha revelado: «Sabemos muy bien que el Consejo Nacional Electoral (CNE) está totalmente bajo su control. Era impensable que Maduro admitiera la derrota». De hecho, la oposición publicó dichas actas en una página web, pero el portal sufrió un ciberataque.

La líder opositora ha recordado que, pese a que ganó las primarias, las autoridades «hicieron todo lo posible para sabotear y descarrilar» su campaña hasta el momento en el que fue inhabilitada y no pudo ser candidata a las elecciones. Después, inhabilitaron también a la que habría sido su sustituta, Corina Yoris, por lo que finalmente fue Edmundo González quien asumió el reto.

«Mientras tanto, decenas de mis compañeros han sido encarcelados y seis de mis principales colaboradores, incluido mi jefe de campaña, buscaron asilo en la Embajada de Argentina», ha relatado. Aunque, con todo ello, lo que «el régimen nunca podría haber imaginado» es cómo crecería el movimiento opositor, «en número» y cómo éste «lentamente se apoderaría de toda la base electoral del chavismo», porque «la gente pobre y rural» está «desilusionada».

Cuando estallaron las protestas espontáneas, especialmente en sectores pobres de Caracas y otras ciudades, ha remarcado Machado, «Maduro respondió con una brutal represión» que ha desembocado en que las fuerzas de seguridad del Estado hayan «matado al menos a 20 venezolanos, encarcelado a más de 1.000 y realizado once desapariciones forzosas». Por ello, la mayor parte del equipo opositor «está escondido»: «Podrían capturarme mientras escribo estas palabras».

El régimen chavista se traduce ya en «un cuarto de siglo de divisiones, odio e ideología» del que los venezolanos «están cansados» y lo único que quieren es «recuperar a sus familias y su dignidad», ha señalado Machado. Eso se ha visto reflejado en los «más de 60.000 comanditos» -unidades de campaña- en los que se han organizado para «defender cada uno de los votos que se emitirían» el día de los comicios.

Maduro se aferra al poder en Venezuela

De hecho, durante la jornada electoral fueron testigos de cómo «la participación electoral aumentaba como un rayo» y de «una victoria abrumadora» que fue evidente desde un principio, ya que se confirmó sólo «minutos después de que comenzaran a llegar los resultados». Eso no ha evitado, ha recalcado, que los que están en el poder hicieran «todo lo posible para aferrarse» a él, aunque «la verdad es que Maduro no ganó en ninguno de los 24 estados», al estar «aterrorizados por las consecuencias personales de décadas de mal gobierno».

Dado el fracaso de Nicolás Maduro, el narcodictador actuó rápidamente «para neutralizar» a los «testigos voluntarios en los centros de votación», ha apuntado: «Dieron órdenes de imposibilitarles su trabajo, de expulsarlos, de negarles la prueba física de los resultados. Estas órdenes fueron desobedecidas por el personal del CNE y los militares. Contra todo pronóstico, nuestros testigos protegieron con su vida las actas de los electorales durante toda la noche».

María Corina Machado finaliza dejando claro que «los venezolanos han cumplido con su deber», el de «expulsar a Maduro», y que ahora es el turno de la comunidad internacional, que «debe decidir si tolera un Gobierno demostrablemente ilegítimo». También ha hecho hincapié en la necesidad de que la represión cese «de inmediato para que pueda haber un acuerdo urgente que facilite la transición a la democracia». «A quienes rechazan el autoritarismo y apoyan la democracia, que se unan al pueblo venezolano (…) No descansaremos hasta que seamos libres», ha sentenciado.

Mientras que el régimen chavista está ejerciendo la represión, deteniendo casa por casa a quienes participaron en el proceso electoral como apoderados y persiguiendo a los líderes opositores, la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitará al Tribunal Penal Internacional la imputación de Nicolás Maduro y la emisión de una orden de arresto contra él. El narcodictador está cada vez más presionado por la comunidad internacional, y sólo cuenta con el respaldo de países que también carecen de democracia, como Rusia, Irán o Nicaragua.