Guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudí y Rusia

petróleo Rusia
Pozos de petróleo.

El petróleo continúa siendo fuente de discordia. Esta vez, los protagonistas de la disputa son nada menos que Arabia Saudí y Rusia, nada menos que el segundo y el tercer mayor productor mundial de crudo, sólo por detrás de Estados Unidos.

Desde hace unos años, los países de la OPEP -la Organización de Países Exportadores de Petróleo- habían trabajado para coordinar su acción frente a la pujanza de Washington. Ante el aumento de producción estadounidense, los demás trataban de limitar sus flujos para que no se depreciara la mercancía. Pura ley de la oferta y la demanda. Sin embargo, en la última cumbre de la organización, ese consenso se ha venido abajo.

Cumbre sin acuerdo

La semana pasada, se celebró una cumbre de la OPEP en Viena en la que, se suponía, la mecánica iba a ser similar. Riad, que ejerce como portavoz no oficial de la organización, propuso recortar la producción por el descenso de demanda ocasionado por la expansión planetaria del coronavirus. Más allá de la lógica o la oportunidad de la medida, parecía una decisión en la línea de lo que venía sucediendo a lo largo de los últimos meses.

Sin embargo, Rusia se negó a aceptar el recorte. ¿La razón? Hay varias explicaciones no excluyentes. En primer lugar, sus exportaciones están menos diversificadas. Muchas se dirigen a los mercados europeos, entre los que se encuentran algunos de los más afectados por la crisis del COVID-19. Por esta razón, un recorte ahora sería, en comparación, más dañino para las arcas rusas que para las de otros Estados.

En segundo lugar, puede que a Rusia le convenga, en cierto modo, que los precios del crudo continúen descendiendo; al menos, temporalmente. ¿Por qué? Para empezar, podría ser un modo de dañar las exportaciones estadounidenses de gas de esquisto. Además, Rusia dispone de unas amplias reservas, cifradas en 570.000 millones de dólares. Le daría un margen importante para aguantar en caso de un descenso de los ingresos en las ventas de hidrocarburos.

Cambio de criterio de Riad

¿Cuál ha sido la respuesta de Arabia Saudí? Ya que el acuerdo requería la aquiescencia rusa, Riad optó por tomar el camino contrario. Si no se podía reducir el volumen de producción, la otra salida era aumentarla. La petrolera estatal Saudi Aramco ya dejó caer esta posibilidad a lo largo del fin de semana, cuando la cumbre de la OPEP ya había colapsado. Este lunes esa perspectiva cobró todavía más fuerza.

Saudi Aramco hizo público que, a partir del próximo mes de abril, la compañía incrementará la producción en dos millones y medio de barriles más por día. Esa medida, explicó el director ejecutivo Amin al-Nasser, haría ascender su volumen total a 12,3 millones de barriles diarios, 300.000 por encima de la capacidad de producción máxima sostenible de la empresa. Una decisión tomada, a todas luces, unilateral, puesto que el ministro saudí de Energía Abdulaziz bin Salman, primo del príncipe heredero Mohamed bin Salman, ha descartado una nueva cumbre de la OPEP para consensuar futuras acciones.

El impacto de la medida fue inmediato. Los ya maltrechos precios del crudo se desplomaron todavía más. En un solo día, el oro negro perdió, de forma aproximada, una cuarta parte de su valor bursátil, hasta situarse en poco más de 31 dólares por barril -unos niveles que no se habían visto en todo el mundo desde 2014.

Pesimismo en Moscú

Al día siguiente, pasado el susto, los mercados recuperaron la confianza. El petróleo volvió a apreciarse cerca de un 10%. Las acciones de Saudi Aramco, no por casualidad, se revalorizaron en la misma medida. Registraron así su mayor subida diaria desde su salida a bolsa. A remolque, el resto de bolsas del golfo Pérsico, aliadas estratégicas de Riad, pudieron remontar después del que ya se conoce como “lunes negro”.

A la bolsa de Moscú, mientras tanto, le llegó el gran bajón el martes, puesto que el lunes no había abierto. A la apertura, el RTSI de la capital rusa se desplomó más de 150 puntos, cerca de un 12%. Desde entonces, ha registrado subidas y bajadas no tan abruptas, pero no ha recuperado niveles anteriores. Los valores que cotizan -y el apetito de los inversores- se han mostrado volátiles y la incertidumbre es alta.

Este mismo miércoles, Riad ha redoblado la apuesta: Saudi Aramco ha anunciado que la producción diaria llegará hasta los 13 millones. El nuevo anuncio ha agudizado la tendencia alcista en Riad y el pesimismo en Moscú.

En el plano meramente bursátil, parece, a juzgar por los datos, que el que sale ganando, de momento, es el bloque del Golfo liderado por Arabia Saudí. Rusia, por el contrario, pierde. Aunque las dos partes siguen insistiendo en que su ambición es frenar a EEUU, parece haber fisuras en esa coalición, lo que abona la semilla de la incertidumbre de cara al futuro.

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