Draghi gana finalmente la moción de confianza y congela su dimisión hasta el jueves

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Rafael Gallego

Italia se ve abocada a unas próximas elecciones generales después de una nueva jornada de pura convulsión política marca de la casa. El primer ministro, Mario Draghi, tomó la decisión de dimitir tras rechazar el Movimiento 5 Estrellas participar en la votación, al igual que la derecha. Pero, poco después, congeló esta decisión al menos hasta el jueves, cuando lo más probable es que acuda al Quirinal a presentar su renuncia definitiva ante Mattarella. Se baraja el 2 de octubre como fecha para las elecciones.

Poco ha durado la marcha atrás que se había planteado dar el primer ministro italiano después de que la pasada semana el presidente Sergio Mattarella rechazase su dimisión y le instase a intentar sacar adelante cualquier fórmula que le mantuviera en el poder. Draghi decidió entonces esperar hasta este miércoles para pulsar, ya de forma definitiva, sus apoyos en la Cámara. El resultado, infructuoso. El populista Movimiento 5 Estrellas le ha dado la puntilla, rechazando participar en la votación al igual que Forza Italia y la Liga.

De este modo, Draghi entendió que su aspiración de encontrar lo que él entendía una mayoría suficiente -mucho mayor a una simple mayoría aritmética- se tornaba en una misión imposible, dejó el Parlamento y se subió al coche oficial.

La prima de riesgo italiana entra en terreno pantanoso con esta deriva. Ya en las últimas horas había superado los 220 puntos ante la incertidumbre sobre el futuro de Draghi, en una tendencia alcista a medida que llegaban inquietantes noticias sobre la estabilidad política transalpina.

«Hoy tenía dos posibilidades. Confirmar mi dimisión y marcharme sin pasar por el voto de confianza. Pero el apoyo que he visto en el país no tiene precedentes y es imposible de ignorar. Eso me ha llevado a volver a proponer el pacto de coalición y someterlo a vuestro voto. Sois vosotros que decidís. Así que nada de petición de plenos poderes». Así se presentó Draghi ante la votación que, a la postre, marcará su más que probable final como líder del Ejecutivo italiano.

De este modo, el siempre convulso horizonte político en Italia pasará por nuevas elecciones tras el verano, en función de lo que ocurra con la ley de presupuestos y los plazos que decida establecer el propio Draghi en su dimisión. Entre septiembre u octubre llegará el momento de sacar las urnas, se baraja el 2 de octubre como fecha más probable.

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