Internacional

El Congreso de EEUU abordará la amenaza de los grupos de ultraderecha tras los disturbios en Charlottesville

La Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de Estados Unidos celebrará el próximo mes una audiencia para abordar la amenaza que suponen los grupos de ultraderecha, tras los disturbios ocurridos el pasado fin de semana en Charlottesville (Virginia).

El presidente de la Comisión, el republicano Michael McCaul, ha enviado una carta al máximo representante demócrata del grupo de trabajo parlamentario, Bennie Thompson, para informarle de que la audiencia tendrá lugar el 12 de septiembre.

«Debemos permanecer juntos y rechazar el racismo, la intolerancia y los prejuicios, incluidas las ideologías del odio que promueven los neonazis, el Ku Klux Klan (KKK) y todos los demás grupos supremacistas», ha dicho McCaul.

El líder republicano ha respondido así a la petición realizada a principio de semana por Thompson y otros miembros demócratas. «Ya es hora de que la Comisión de Seguridad Nacional actúe», escribieron los representantes opositores.

La Comisión invitará a funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, el Centro Nacional Antiterrorista y el FBI para debatir las amenazas a las que se enfrenta Estados Unidos a nivel interno.

Violencia en Charlottesville

Los disturbios comenzaron el sábado, cuando grupos de ultraderecha protestaron por la retirada de la estatua de Robert E. Lee, un general confederado. Los antifascistas reaccionaron con su propia marcha, donde irrumpió con su coche James Alex Fields Jr., uno de los ultraderechistas. Una mujer murió y otras 19 personas resultaron heridas.

Este incidente dio lugar a una serie de altercados que se prolongaron todo el fin de semana en esta pequeña localidad de Virginia y se saldaron con tres muertos –la mujer y dos policías que fallecieron tras caer el helicóptero con el que patrullaban la zona– y más de 30 heridos.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha contribuido a la polémica por equiparar a los grupos de ultraderecha con los manifestantes antifascistas. «No todos eran neonazis. No todos eran supremacistas blancos», dijo y recriminó a la «izquierda alternativa» la violencia con la que respondió a las concentraciones de extrema derecha.