El ISIS ha perdido el 25% de sus territorios en el último año y medio

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Un kurdo observa las ruinas de Kobane tras el asedio del ISIS. (Getty)

Se les empezó a conocer en en el m es de junio de 2014. Al menos, a nivel mundial y como amenaza para la paz global. Pero su apogeo le duró poco. Si los terroristas del ISIS llevan dos años amenazando al mundo, llevan año y medio perdiendo terreno, concretamente el 25% de lo conquistado en esos primeros seis meses. La guerra será «larga y dura», como dicen los líderes mundiales, pero las batallas ya se están empezando a ganar.

En ese mes de junio de 2014, tomaron la segunda ciudad de Irak, Mosul, con total facilidad. Porque en el país árabe ya se conocían sus métodos, pasar a cuchillo, violar, quemar en vida… a todo aquél que los contradiga. El autodenominado Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés), el grupo terrorista más perseguido del planeta, anunció a los pocos días, y tras establecer su ‘capital’ en la ciudad siria de Raqqa, que establecían un nuevo ‘califato’ entre los territorios conquistados en los dos países.

Así, el ISIS ha perdido unos 20.000 kilómetros cuadrados de territorio en los últimos 18 meses, una cuarta parte de lo que controlaba en el noroeste de Irak y en Siria, según las estimaciones del grupo de investigación IHS.

En concreto, el grupo controlaba 90.800 kilómetros cuadrados en enero de 2015, seis meses después de declarar el califato. Ahora estaría al mando de unos 68.300 kilómetros cuadrados, lo que implica la pérdida de un área equivalente a la extensión de la isla de Irlanda.

La idea era ser más un ejército regular de un nuevo Estado que un grupo armado convencional con intereses político-terroristas. Pero esto está cambiando y, a medida que el ‘califato’ pierde terreno se torna más una banda terrorista –global, eso sí– asimilable a otras. Este retroceso en el terreno militar ha provocado un incremento de los ataques contra civiles en Oriente Próximo pero también en Europa y esta tendencia podría agudizarse en los próximos meses, ha apuntado el IHS.

Más atentados

«A medida que el califato del Estado Islámico se reduce, está cada vez más claro que su proyecto de gobierno está fracasando y por ello vuelve a priorizar la insurgencia», ha apuntado un analista del IHS, Columb Strack.

«Por consiguiente, esperamos que haya desgraciadamente un incremento de los ataques con gran número de víctimas y de los sabotajes contra la infraestructura en Irak, Siria y también en más allá, como en Europa», ha apuntado.

La reciente toma de Faluya por el Ejército iraquí ha desencadenado una oleada de atentados contra los chiíes. El atentado más grave ha sido el de la semana pasada, cuando casi 300 personas murieron por una bomba colocada en una heladería del barrio chií bagdadí de Karrada.

Con Ramadi y Faluya de nuevo bajo control de las fuerzas gubernamentales, ahora el objetivo es Mosul, la ciudad más importante del norte del país.

Avance en Siria

En Siria, el autodenominado Estado Islámico ha perdido terreno en la zona norte del Kurdistán, por la resistencias de las fuerzas locales que resistieron el asedio de Kobane durante más de un año, y tras la intervención de Rusia e Irán en apoyo de las fuerzas del presidente sirio, Bashar al Assad, y a las victorias de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), una coalición apoyada por Estados Unidos.

Las FDS tomaron en febrero la ciudad de Shadadi, importante enclave logístico para el ISIS, y en marzo las fuerzas gubernamentales expulsaron a los yihadistas de la histórica ciudad de Palmira y sus inmediaciones.

Ahora, las FDS avanzan en la provincia de Raqqa, cuya capital, llamada también Raqqa, se convirtió en capital ‘de facto’ del califato islámico en Siria.

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