¿Cómo se hace?
Informática

¿Sabes hacer overclocking de tu procesador Intel® Core™ sin bloqueo? Te lo contamos

Si vas notando que la potencia de tu PC se está quedando algo corta respecto de tus exigencias, en este artículo queremos enseñarte cómo hacer overclocking de tu procesador Intel® Core™ sin bloqueo. Un truco simple -si conoces los pasos a seguir- pero realmente interesante.

Solamente necesitas un chip de este fabricante y algo de tiempo. No hace falta ser un avanzado en la materia para el overclocking.  Realizado el procedimiento, forzarás al procesador a trabajar al máximo de su potencia. Por eso es importante que únicamente recurras a este paso a paso cuando no haya otra salida, y que no insistas en él de forma constante o estropearás el equipo.

Overclocking de tu procesador Intel® Core™ sin bloqueo

Con Intel® Extreme Tuning Utility

Hay ciertos softwares específicos que pueden ser de mucha ayuda, y Intel® Extreme Tuning Utility es ideal para los principiantes. Básicamente fue diseñado para los novatos, por lo que es perfecto si no tienes conocimientos previos o no quieres perder tiempo.

Caso contrario, puedes obtener resultados similares pero personalizados al completar un overclock manualmente desde la BIOS. Aclarado esto, te recomendamos centrarte en la primera de las opciones porque la segunda alternativa es un poco más compleja.

Antes de iniciar, tienes que fijarte que dispongas de todos los elementos indispensables para ello, como un una CPU cuyo nombre finalice con una K o X al final. Este sufijo es bastante habitual, e indica que los multiplicadores de frecuencia no están bloqueados.

También debes contar con una placa base que permita hacer overclocking, así que comprueba el modelo de la tuya en Internet. Analizado el rendimiento actual de todos los componentes de hardware, podrás saber cómo es la escalada de potencia luego.

Una vez que hayas descargado Intel® Extreme Tuning Utility desde este enlace, ejecuta el programa y ajusta esos multiplicadores relacionados con la frecuencia de destino. Algunos están predeterminadamente más altos que otros, así que comienza subiendo aquellos que quedaron rezagados. El objetivo es poner todos los núcleos de la CPU a la misma velocidad para evitar mermas.

Guarda los cambios y reinicia tu PC para dedicarte a probar si notas una mayor potencia al correr juegos o aplicaciones de edición. Seguramente esos son los usos en los que más deberías notar las diferencias. Si aún no las percibes, vuelve a lanzar la utilidad estableciendo otros cambios en los núcleos. Ve haciendo pruebas hasta que estés satisfecho con el rendimiento de tu equipo.

Y recuerda que éste es un procedimiento delicado, con contraindicaciones, por lo que tienes que ser muy cuidadoso.