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Plantas: aprende a cuidar la dipladenia y presume de vegetación en casa

dipladenia

La dipladenia es un tipo de enredadera originaria de América del Sur y muy valorada entre los amantes de la jardinería debido a su follaje verde y sus floraciones abundantes. En realidad, ésta es una definición que engloba a más de un centenar de subespecies. Como comparten muchas de sus principales características, saber cómo cuidar la dipladenia te servirá para cualquiera de ellas.

En cuanto a las cualidades en común que tienen todas estas subespecies, podemos hablar de su altura que alcanza los 9 metros. Por supuesto que esto dependerá del espacio que le dejemos, pero ten en cuenta que puede descontrolarse si nada la detiene.

Aprende a cuidar la dipladenia

Suelo y drenaje

Respecto a la tierra, hay momentos muy específicos del año en los que es recomendable prepararla para trasplantar los ejemplares. Debes buscar una maceta que doble su tamaño, y colocarla en ella antes del invierno para resguardarla de las bajas temperaturas. También se aconseja reemplazar la maceta por una más grande cada dos años, o cada vez que la actual ya sea pequeña.

La sugerencia es que la tierra esté compuesta, en partes iguales, por materiales fáciles de obtener como arena, magra y esfagno. Además, que el sistema de drenaje sea bueno. De lo contrario se corre el riesgo de que la planta se encharque y acabe muriendo.

Exposición solar y temperatura

Más allá de dónde esté ubicada, la dipladenia necesita de abundante luz solar a excepción del verano en el que podría deteriorarse. Son ideales los rincones a los que el sol llega de forma indirecta pero constante y en los que la temperatura es templada. Probablemente no podrás controlarla todo el tiempo, pero intenta que se mantenga entre los 15° y 29° C.

Riego

Durante la primavera y el verano, que son las épocas en las que esta planta se desarrolla, el riesgo debe ser como mínimo semanal. Tienes que ofrecerle agua dos o tres veces a la semana a ser posible, revisando que la tierra se conserve húmeda sin inundarse. Esto último es fundamental porque de formarse charcos puede que aparezcan algunas de las peores plagas de esta especie.

Fertilización y poda

A lo largo de los meses más calurosos del año, debería añadirse fertilizante a modo de abono líquido a la tierra de la dipladenia. Conviene diluirlo en el agua de riego y asegurarse de que sea de buena calidad y contenga diversos macro y microelementos.

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