¿Cómo se hace?
Rosas

Estas son las variedades de rosa de invierno y sus cuidados

Existen muchas especies que tienen como característica distintiva florecer durante los meses más frío. Si buscas algunas de ellas para poder lucirse en tu vivienda, deberías leer las siguientes líneas sobre las variedades de rosa de invierno y sus virtudes.

Esta especie se diferencia de la mayoría de las rosas que florecen y conocemos porque lo hace con bajas temperaturas. Clasificada dentro del reino de las vivaces, la Helleborus niger -tal su nombre científico- es una planta ornamental que ha sido adoptada históricamente en los hogares y jardines por la cualidad de enseñar sus flores justo cuando las otras las pierden.

Las variedades de rosa de invierno

Ahora que queda claro por qué tiene el nombre de «rosa de invierno», dado lo parecida que resulta a la rosa y cuándo florece, podemos adentrarnos en las particularidades de cada una de sus subespecies. En principio, es posible identificarlas por el color de sus flores.

Las hay tanto de colores blancas como del espectro del rojo, entre el rosa y el granate oscuro. Este amplio abanico de tonos logra que suelan combinarse. Quien tiene una blanca luego adquiere una roja, y viceversa.

Y un detalle muy interesante es que si posees alguna de las variedades con flores blancas seguramente notarás, con el tiempo, que esas flores empiezan a quedarse algo verdes. Este proceso comienza inmediatamente han conseguido madurar, y el tinte verde o verde lima las vuelve aún más especiales. Es decir, en un momento dado puedes tener flores blancas, rojas, granate… y verdes.

En cuanto a la principal clasificación de esta planta, a pesar de su fama la Helleborus niger no es originaria de la península ibérica. Pero sí que proviene de estas tierras una de sus variedades más populares, la Helleborus viridis. Autóctona de Cantabria, es fácilmente detectable por su flor de color verde. Y otra variedad nacional con flores verdosas es la Helleborus foetidus.

Cuidados y mantenimiento de esta planta

Es una especie a la que no le hacen falta demasiados cuidados. Como son plantas de sotobosque, zonas en general sombrías, tenemos que ser muy precavidos con el exceso de abono. Sólo deberás prestar atención al riego, que debe ser mayor en verano aunque no puedes olvidarte de ellas en invierno. Recuerda que el agua es clave para que florezcan al máximo de sus posibilidades.

No te pases con el riego, ya que encharcarlas es una de las peores cosas que puedes hacer. Si la maceta está llena de agua, inmediatamente dale la vuelta para vaciarla. Riega únicamente cuando la tierra esté seca. Si está húmeda, espera un poco.

Por otro lado, si estás en una zona de nevadas, todas las mañanas fíjate que no les quede hielo o nieve encima o se estropearán.

Elimina los restos de agua congelada delicadamente para no romper los pétalos. Y por la tarde encárgate de podar este rosal, proporcionándole espacio para que los rayos solares vayan hacia  las hojas y puedan dotarle de ciertos nutrientes vitales.

Si tras la poda percibes que los tallos tienen unos pequeños microcortes, añade un cicatrizante -como un aceite mineral- para espantar las plagas que podrían atacarla. Al haber heridas abiertas, estos insectos se sienten atraídos por la planta cortada.

Resguarda a tus mascotas

Por último, ésta es una especie de riesgo para perros, gatos y otras mascotas. Siempre que tengas animales en casa, procura que estén lejos y a resguardo de la rosa de invierno. Representa un peligro, sobre todo para los cachorros, que pueden morir si comen accidentalmente parte de un ejemplar. Lo ideal es colocarlas en una superficie elevada, a la que no puedan acceder las mascotas.