¿Cómo se hace?
Fresas

Cómo sacar las semillas a la fresa en 1 minuto

Si tienes la intención de cultivar fresas en casa, antes tendrás que tomarte la molestia de aprender cómo quitarles todas las semillas para, de esa forma poder germinarlas, sembrarlas en macetas o directamente en tu jardín, y ver cómo poco a poco se transforman en unas maravillosas plantas. Te contamos cómo sacar las semillas a la fresa.

Para esto debes ser extremadamente cuidadoso, y fijarte en hacerlo bien, aprovechando alguno de los trucos que vamos a enseñarte en este sentido.

Maneras de sacar las semillas a la fresa

Truco 1

Si sólo te interesa deshacerte de la mayoría de las semillas, pero no quieres perder mucho tiempo, deberías comenzar probando suerte con este método no tan meticuloso, pero sí el más sencillo.

Coge las fresas en cuestión, siempre que estén rojas, con brillo y firmes y, con ayuda de un palillo o similar, sujeta cada una de las semillas, ejerciendo fuerza suficiente para desprenderlas, pero no tanta como para dañarlas, ya que en ese caso no podrás conseguir que germinen en el futuro.

Truco 2

Aún más práctico que el anterior, vas a recurrir a un cuchillo o navaja bien afilado, y mejor delgado. Tienes que quitar la capa superficial de la fruta, separándola con semillas y todo, y trasladar luego las semillas y la piel a la tierra, poniéndolas a una distancia mínima debajo de la capa externa.

Debes procurar que esa piel con semillas no se entierre demasiado, porque eso le quitará la chance de mantenerse con vida, y entonces tendrás que reintentarlo con más fresas, hasta que funcione.

Truco 3

Si las ideas anteriores no acaban de convencerte, siempre tienes la posibilidad de escoger algunas fresas, lavarlas y desinfectarlas como lo haces normalmente y preparar un licuado, con agua o leche.

Sirve el licuado en unos vasos como haces siempre, pero sobre el final ve más lento, para que esas semillas que están en el fondo de la licuadora por su peso, no caigan y se queden en el recipiente.

Ya servido el licuado, enjuaga las semillas con un colador para quitarles los restos de leche y azúcar y listo, ya puedes germinarlas en una pequeña maceta o llevarlas a tu jardín, colocándolas sobre una servilleta húmeda, precisamente para evitar que se vayan muy hacia abajo.