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El yule era la Navidad vikinga

El yule era la Navidad vikinga, una festividad llena de alegría y esperanza que marcaba el inicio del invierno.

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  • Francisco María
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La Navidad es una festividad ampliamente conocida y celebrada en todo el mundo, pero ¿sabías que los vikingos también tenían su propia versión de esta festividad? Se llamaba «yule» y era una celebración que tenía lugar durante el solsticio de invierno. En este artículo, exploraremos en detalle el yule, su significado y cómo los vikingos lo celebraban.

El comienzo del invierno

El yule era una festividad de gran importancia para los vikingos. Marcaba el inicio del invierno y celebraba el renacimiento del sol, ya que a partir de ese momento los días comenzaban a alargarse. Era un momento de alegría y esperanza, en el que se creía que el sol volvía a ganar fuerza y se derrotaba a la oscuridad.

La celebración del yule duraba aproximadamente doce días, desde finales de diciembre hasta principios de enero. Durante este período, se llevaban a cabo numerosas actividades y rituales para honrar a los dioses y buscar su protección para el nuevo año que comenzaba.

Actos y banquetes

Uno de los aspectos más destacados del yule era la quema del tronco de Navidad. Los vikingos seleccionaban un tronco grande y lo decoraban con símbolos sagrados y runas. A continuación lo prendían fuego y lo dejaban arder lentamente durante toda la festividad. Se creía que el fuego purificaba el hogar y alejaba a los espíritus malignos.

Además de la quema del tronco de Navidad, los vikingos también realizaban banquetes y se reunían alrededor de grandes hogueras. Compartían comida y bebida, cantaban canciones y contaban historias. Era un momento de camaradería y unión, en el que se fortalecían los lazos familiares y comunitarios.

Durante el yule, los vikingos también practicaban la adivinación. Creían que en esta época del año, el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos era más delgado, por lo que era más fácil comunicarse con los espíritus. Se realizaban rituales para contactar a los antepasados y obtener su orientación y protección.

Otro aspecto importante del yule era la entrega de regalos. Los vikingos intercambiaban obsequios como símbolo de amistad y buena voluntad. Estos regalos solían ser objetos útiles o artesanales, como armas, joyas o ropa. La tradición de dar regalos durante el yule ha perdurado hasta nuestros días y es una parte fundamental de la Navidad actual.

Un Santa Claus vikingo

El yule también tenía su propio personaje festivo, similar a nuestro Santa Claus. Se trataba de Odin, el dios principal de la mitología nórdica. Se creía que durante el yule, Odin visitaba los hogares vikingos montado en su caballo de ocho patas, Sleipnir, y dejaba regalos para los niños que se habían portado bien durante el año.

Aunque el yule era una festividad pagana, con la llegada del cristianismo a Escandinavia, se fusionó con la Navidad cristiana. Muchas de las tradiciones y rituales del yule fueron adaptados y adoptados por los cristianos, lo que dio origen a las celebraciones navideñas que conocemos hoy en día.