Lo nunca visto: encuentran una especie en peligro de extinción en un contenedor de basura
A pesar del creciente interés por la conservación de especies amenazadas, persiste una preocupante desconexión entre la sociedad y la biodiversidad marina. Uno de los últimos sucesos ha sacudido a la comunidad científica y ambiental: la aparición de un pez guitarra (una especie catalogada en peligro crítico de extinción) en el interior de un contenedor de basura en Valdelagrana, en El Puerto de Santa María. Este hecho, difundido a través de redes sociales, no sólo refleja el desconocimiento general sobre las especies en riesgo, sino también el abandono de responsabilidades hacia el entorno natural.
La gravedad del hallazgo no radica únicamente en el hecho de que el animal apareciera muerto, sino en las circunstancias que lo rodean. El doctor Jaime Penadés, especialista en biodiversidad marina y presidente de la asociación LAMNA, ha expresado su preocupación ante casos como éste. Su equipo lidera uno de los proyectos más ambiciosos de Europa centrado en la conservación del pez guitarra gigante. Según Penadés, no se trata de un suceso aislado: se han registrado episodios similares en otras zonas costeras del sur de España. Incluso, según relata, en el Parque Nacional de Doñana se encontró la cabeza de un ejemplar ofrecida como alimento a jabalíes.
Pez guitarra, una especie en peligro crítico de extinción
La escena era difícil de creer: un animal marino de gran tamaño, de aspecto poco común y con claras señales de haber sido arrojado sin cuidado alguno, descansaba sobre la basura de un contenedor junto a una de las playas más visitadas de la Bahía de Cádiz. Se trataba de un pez guitarra gigante, una especie que en su día habitaba en las aguas del Mediterráneo y del Atlántico oriental. Sin embargo, su presencia se ha reducido drásticamente en las últimas décadas hasta el punto de estar clasificada como en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El vídeo, grabado y compartido por un grupo de jóvenes en la red social TikTok, generó rápidamente un aluvión de reacciones. El pez guitarra (Rhina ancylostoma) puede alcanzar longitudes cercanas a los 2,5 metros y pesar más de 30 kilogramos. A pesar de su imponente tamaño, se trata de un animal inofensivo para el ser humano. Durante décadas, formó parte del equilibrio ecológico de las aguas costeras, desempeñando un papel muy importante dentro del ecosistema marino.
Sin embargo, a lo largo de los años, las poblaciones del pez guitarra han experimentado un declive alarmante, provocado por diversas amenazas de origen humano. Uno de los principales factores ha sido la sobrepesca. Además, la destrucción progresiva de su hábitat natural, especialmente en zonas costeras donde se reproducen y alimentan, ha limitado sus posibilidades de supervivencia. La pesca accidental, también conocida como bycatch, es otra de las causas más graves: muchos ejemplares quedan atrapados en redes que no están diseñadas para capturarlos.
La conservación del pez guitarra, una especie en peligro de extinción, depende de múltiples factores que se deben abordar de manera integral. Uno de los pilares fundamentales es la sensibilización ciudadana.
Características
El pez guitarra, conocido científicamente como Rhinobatos o, en su variedad gigante, Rhina ancylostoma, es una especie de elasmobranquio que presenta una curiosa combinación de rasgos físicos propios tanto de los tiburones como de las rayas. Su nombre común proviene de la forma de su cuerpo, que recuerda a la silueta de una guitarra vista desde arriba.
Una de sus principales características es su cuerpo aplanado y ancho, con una cabeza en forma de triángulo que se va estrechando hacia la cola. Los ojos se sitúan en la parte superior de la cabeza, y debajo de ellos se encuentran los espiráculos, estructuras que le permiten respirar mientras está semienterrado en el fondo marino. La boca se encuentra en la parte ventral, adaptada para alimentarse de organismos bentónicos como crustáceos, moluscos y pequeños peces.
Puede alcanzar longitudes impresionantes, superando en algunos casos los 2,5 metros y llegando a pesar hasta 35 kilogramos. Su piel es dura y rugosa, cubierta de dentículos dérmicos que le proporcionan cierta protección. Presenta una coloración que va del marrón al gris verdoso, con manchas más claras o más oscuras, lo que le permite camuflarse eficazmente en los fondos arenosos o fangosos donde suele habitar.
El pez guitarra es una especie bentónica, es decir, vive en estrecho contacto con el lecho marino. Prefiere aguas costeras poco profundas, generalmente en fondos arenosos o fangosos donde puede permanecer semienterrado durante largos periodos. Tiene un comportamiento discreto y no representa ningún peligro para el ser humano.
En cuanto a su reproducción, es una especie ovovivípara: los huevos se desarrollan dentro del cuerpo de la madre hasta que nacen las crías, lo que limita la cantidad de descendientes y hace que su tasa de reproducción sea baja en comparación con otros peces. Esta característica, combinada con la presión pesquera, hace que la recuperación de sus poblaciones sea extremadamente lenta.
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