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Los secretos de la Inquisición española

La Inquisición española es un capítulo oscuro y siniestro de la historia de España. Te contamos aquí algunos de sus secretos.

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  • Francisco María
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La Inquisición española ha pasado a la historia como uno de los capítulos más fascinante y a la vez despiadado de la Iglesia Católica. A diferencia de la inquisición medieval, ésta respondía de forma directa a la autoridad real y constituía un mecanismo para ejercer control social. El tribunal del Santo Oficio tenía como fin investigar, perseguir y condenar a los herejes y conversos que practicaban el judaísmo en secreto, quienes, desde luego, no tenían derecho a la defensa. Los supuestos procesos eran una farsa donde había muy poco de verdad.

En el imaginario popular, la Inquisición española fue mucho más despiadada que la de otros países, pero lo cierto es que tanto su historia como los métodos de tortura y ejecución y cifras de muertes están repletos de mitos en una época en la que la persecución religiosa en Europa fue incluso más cruel. Analizamos aquí algunos de esos mitos.

Secretos, mitos y curiosidades de la Inquisición española

Surgió fuera de España

La Inquisición no se originó en España, sino en Francia alrededor del año 1184, en plena Edad Media, con el propósito de perseguir y reprimir la herejía cátara. A lo largo de los siglos se fue extendiendo por el resto de Europa, sin contar Gran Bretaña, Escandinavia y Castilla.

La razón por la que se le asocia con España se debe a la leyenda negra antiespañola que impulsaron los protestantes alemanes, holandeses e ingleses. Sin embargo, existieron otras inquisiciones entre las que algunas adoptaron la fe protestante y no estaban relacionadas propiamente con España.

Fue un Tribunal subordinado a la Corona

Los tribunales de la inquisición medieval presentes en Europa no eran permanentes, como sí lo fue la inquisición española. La misma fue estructurada desde el inicio como un tribunal subordinado directamente al Rey, quien utilizaba la religión para mantener el orden interno.

El periodo de Tomás de Torquemada fue el más oscuro

El Santo Oficio fue creado para combatir los focos judaizantes que se hallaban en el arzobispado de Sevilla. En 1492 ya existían tribunales en ocho ciudades castellanas (Ávila, Córdoba, Jaén, Medina del Campo, Segovia, Sigüenza, Toledo y Valladolid) pero, los resultados de los mismos no eran del agrado de los Reyes Católicos, por lo que designaron a Tomás de Torquemada para el cargo de Inquisidor General de Castilla en 1483.

Durante el periodo de Tomás de Torquemada, entre 1480 a 1530, aumentaron los tribunales por toda Castilla y también las condenas a la hoguera. Miles judeoconversos fueron perseguidos y condenados a muerte por el tribunal. De acuerdo a los historiadores, fueron ejecutadas 10.000 personas, pero hay quienes reducen esta cifra a unas 2.000 personas.

La realidad de las condenas y las víctimas

La inquisición española ejerció su actividad en una época en la que delitos como la herejía podían ser condenados a pena de muerte. La herejía era juzgada tanto por autoridades religiosas como civiles y era comparable a un acto en contra de la Corona.

Aunque muchas personas además de los judeoconversos fueron acusadas por el Santo Oficio, como protestantes, erasmistas y de otras desviaciones de la ortodoxia, durante los años 1540 y 1700, sólo el 1.8 % fueron ejecutados. De acuerdo a los registros que se han conservado de aquella época, cerca de 3.000 personas fueron ejecutadas, una cifra significativamente menor que la de muchos tribunales en otros países europeos. Una prueba de ello fue “La noche de Bartolomé”, en la que fueron ejecutadas más de quince mil personas en cinco días.

La mayoría de castigos fueron menores

Según los historiadores, el Santo Oficio llevó a cabo 125.000 procesos y entre los reos condenados, los castigos podían ir desde servir en galeras como remeros por un tiempo, una multa económica, penas de prisión y, en los casos más graves, ser quemados en la hoguera.

Otros procesados eran quemados en efigie, es decir, a través de un muñeco del tamaño de un ser humano que los representaba. Esto solía hacerse en caso de que el acusado falleciera antes de finalizar el proceso, se escapara o nunca hubiese sido capturado.

Los principales métodos de tortura utilizados por el Santo Oficio

La tortura era uno de los castigos más despiadados de los inquisidores y para poder ejecutarla solían emplearse los siguientes métodos e instrumentos.

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